PORTAL MARTINISTA DEL GUAJIRO
"Purificaos, pedid, recibid y obrad.
Toda la Obra se halla en estos cuatro tiempos"
Veamos ahora cómo se fabrica la Piedra Filosofal. He aquí cuáles
son las operaciones esenciales. Extraer el mercurio común y corriente un fermento
especial, al que los alquimistas denominan Mercurio de los filósofos.
Hacer
actuar este fermento sobre la plata, a fin de obtener, igualmente, un fermento.
Hacer actuar el fermento del mercurio sobre el oro, a fin de obtener también, el
fermento.
Combinar el fermento que se obtuvo del oro con el fermento que
se obtuvo de la plata y el fermento mercurial en un matraz de vidrio verde, muy
sólido y de forma oval, tapar herméticamente este matraz y ponerlo a cocer en un
horno especial, al que los alquimistas llaman atanor. Lo único que diferencia al
atanor de los demás hornos es que, por su estructura, permite alentar durante muy
largo tiempo y de una manera especial la antedicha combinación, ahora de forma oval.
Es entonces (durante esta cocción), y solo entonces cuando se producen ciertos
colores sobre los cuales se basan todos los comentarios alquímicos. La materia que
ese “huevo” contiene se torna primeramente negra y se petrifica en su totalidad.
A este estado se lo designa con el nombre de cabeza de cuerpo.
De repente,
a continuación de este color negro se presenta un color brillante. Este pasaje,
del negro al blanco, de la oscuridad a la luz, es una excelente piedra de toque
para reconocer una historia simbólica que trata sobre la Alquimia. La materia así
“fijada” sirve para transmutar los metales impuros (plomo o mercurio) en plata.
Si se mantiene el fuego, entonces se ve cómo ese color blanco desaparece poco
a poco; la materia adquiere diversas tonalidades, desde los colores inferiores del
espectro (azul, verde) hasta los colores superiores (amarillo, anaranjado), y finalmente
llega al color rojo rubí. Entonces la Piedra Filosofal está casi terminada.
Dije “casi” terminada, pues, en este estado, diez gramos de Piedra Filosofal
no transmutan más de veinte gramos de metal.
A fin de perfeccionar la Piedra,
hay que introducirla en un matraz con un poco de Mercurio de los filósofos, y empezar
a calentarlo. La operación original, que requirió un año, ahora no exige más de
tres meses.
Entonces, los colores reaparecen en el mismo orden que la primera
vez. En este estado, la Piedra transmuta en oro diez veces su peso. Hay que recomenzar
la operación. Esta vez dura solamente un mes, y la Piedra transmuta mil veces su
peso de metal.
Por último, se realiza la operación final y se obtiene la
verdadera Piedra Filosofal perfecta, la cual transmuta diez mil veces su peso de
metal en oro puro.
Estas operaciones se designan con el nombre de multiplicación
de la Piedra.
Alquimia Tradición que no Murió
Copyright © 2018 - Todos los derechos reservados - Emilio Ruiz Figuerola
Template by OS Templates