El francés de René Guénon es a la vez preciso y límpido, e inevitablemente
pierde con la traducción; su tema es de un interés absorbente, al menos para quien
se interesa por lo que Platón llama las cosas realmente serias. Sin embargo, a menudo
se ha considerado indigerible; en parte por la razones que ya se han dado, pero
también por algunas razones que, paradójicamente, ha expuesto un reseñador de la
obra de Blakney, Meister Eckhart en el Harvard Divinity School Bulletin, que dice
que "Para una época que cree en la personalidad y en el personalismo, la
impersonalidad del misticismo es enormemente frustradora; y para una época que quiere
potenciar su conocimiento de la historia, la indiferencia de los místicos hacia
los acontecimientos temporales es desconcertante"..
En cuanto a
la historia, las siguientes palabras de Guénon, a saber, "el que no puede
escapar del punto de vista de la sucesión temporal, y ver todas las cosas en simultaneidad,
es incapaz de la menor concepción del orden metafísico", complementan adecuadamente
las palabras de Jacob Boehme de que la "historia que pasó una vez"
es "meramente la forma (exterior) del cristianismo". Para el hindú,
los acontecimientos del ôgveda son ahora y sin fecha, y la Krishna L´lŒ "no
es un acontecimiento histórico"; de hecho, la confianza del cristianismo
en "hechos" supuestamente históricos, parece ser su mayor vulnerabilidad.
.
El valor de la historia literaria para la doxografía es muy escaso, y por
esta razón muchos hindúes ortodoxos han considerado que la erudición occidental
es un "crimen": el interés de estos hindúes no está en absoluto
en "lo que han creído los hombres", sino en la verdad. El lenguaje
inflexible de Guénon, presenta además una dificultad extra; "la civilización
occidental es una anomalía, por no decir una monstruosidad". Precisamente
sobre esta expresión, un comentarista ha observado que "observaciones tan
devastadoras como ésta no pueden compartirlas ni siquiera los críticos de los avances
occidentales". .
Sin embargo, ahora que su desenlace está ante nuestros
ojos, yo habría pensado que la verdad de esta afirmación podría haber sido reconocida
por cualquier europeo libre de prejuicio; sea como fuere, en 1915, sir George Birwood
describió a la civilización occidental moderna como "secular, sin alegría,
vana, y autodestructiva", y el profesor La Piana ha dicho que "lo
que nosotros llamamos nuestra civilización no es otra cosa que una máquina mortífera
sin conciencia ni ideales"; y al calificativo de mortífera podría haberle
agregado el de suicida. Sería muy fácil citar innumerables críticas del mismo tipo;
por ejemplo, sir S. Radhakrishnan sostiene que "la civilización no merece
salvarse si continúa en su rumbo presente", y esto sería muy difícil de
negar; el profesor A. N. Whitehead ha hablado con tremenda contundencia -"Queda
la apariencia de la civilización, pero sin ninguna de sus realidades"-..
En cualquier caso, si hemos de leer realmente a René Guénon, debemos haber rebasado
el punto de vista, temporalmente provinciano, que durante tanto tiempo y tan complacientemente
ha considerado un progreso continuo de la humanidad, progreso que habría culminado
en el siglo XX; y debemos estar dispuestos a preguntarnos, al menos a nosotros mismos,
si no habrá habido más bien un declive continuo, "desde la edad de piedra
hasta ahora", como me señaló una vez uno de los hombres más instruidos
de América..
Ciertamente, no será la "ciencia" la que nos salve:
Eric Gill habla de la "inhumanidad monstruosa"
del industrialismo, y del modo de vida moderno, como "ni humano ni normal
ni cristiano… Es nuestra manera de pensar misma lo que es extravagante e innatural"...
Este sentido de frustración es quizás el signo más alentador de los tiempos.
Hemos hecho hincapié en estas cosas, porque René Guénon se dirige sólo a aquellos
que sienten esta frustración, y no a aquellos que todavía creen en el progreso;
a todos aquellos que están satisfechos, lo que René Guénon tiene que decir les parecerá
completamente descabellado..
Fuente: ¿Soy yo el Guardián
de mi Hermano? de A. K. Coomaraswamy.
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