H.·. Alberto Dulanto Pardo Figueroa
Logia Sol del Perú
No 73
Trazado presentado el 26/04/12
Reconozco a la Verdad;
reconozco al Supremo Maestro,
cuya esencia es Gloria; que otorga suprema alegría;
que es la sabiduría
pura;
que está más allá de todas las cualidades
y es infinito como
el cielo;
que está más allá de las palabras; que es uno y eterno,
puro y quieto;
que está más allá de todo cambio y fenómeno
y es el
testigo silencioso de todos nuestros pensamientos y emociones,
reconozco
al Supremo Maestro.
Reconozco a la Verdad.
– Antiguo
Himno Védico -
Hay muchos tratados que hablan sobre el Ser, la unidad, personas
que dan cursos con diferentes cometidos, pero tomando en cuenta, que el camino hacia
la Auténtica VERDAD, es dentro de uno mismo, sintiéndola y experimentándola, ya
que la Verdad no es algo que se pueda explicar ni entender, se tiene que experimentar
para así unificarse a ella.
Olvidémonos de todo, nada es necesario para experimentar
la VERDAD, ni libros, ni gurus, falsos maestros, ni nada. Pero una vez se haya sentido
la VERDAD, no pretendamos creer que somos dueños de la VERDAD intentándola imponerla,
o que somos uno de los elegidos para pretender cambiar o salvar el mundo, (esto
tan sólo sucederá si es una verdad inconsciente, ya que si realmente la has experimentado,
no habrá necesidad ni deseo, ni inconsciencia) pues nunca hubo un mensajero o un
salvador, sino seres preparados para hablar de la VERDAD, lo importante es que el
mensaje se incorpore en ti, hasta Ser uno con el mensaje.
Nada de egos o
vanidades, la humildad es el camino para Ser, pues en la auténtica humildad hay
Amor y hay Paz. Es el Todo y la Nada. El auténtico conocimiento no es saber las
respuestas que el hombre se ha planteado desde su existencia, sino permanecer con
la consciencia despierta que la experiencia con la Verdad conlleva.
Qué es y qué no es
La VERDAD no es algo que se posea,
no es algo que se pueda definir ni algo que se pueda entender. La VERDAD hay que
sentirla, hay que experimentarla. La VERDAD es algo que una vez experimentada, se
vive de acorde con ella, pero no es una posesión de alguien. La VERDAD Es lo que
ES, y no le pertenece a nadie. Por ello, la VERDAD está más allá de cualquier idea.
Está más allá del individuo o colectivo. La VERDAD es algo incomprensible e indefinible.
De hecho, el término Verdad queda menguado ante su verdadero significado. Por ello,
nadie puede decir de forma Consciente, que él tiene la VERDAD o que la conoce, pues
simplemente es algo con lo que ha podido conectarse y en consecuencia vivir en acorde
a ella.
Pero una determinada Verdad mental, no será más que un espejismo
y una limitada perspectiva, pues la auténtica VERDAD ES. La VERDAD se experimenta,
y punto. Intentar definirla es un propósito de la mente, y al hacerlo se intenta
definir algo que es indefinible. Por eso, nadie conoce la VERDAD, tan sólo se experimenta
. Respecto a los que hablan en su nombre, haciendo creer que la conocen, es una
trampa de la mente. Tras conectar y experimentarla, ya no eres el mismo, y en algunos
momentos algunos pueden conectar y percibir la VERDAD a través de Uno, parte de
los que estén preparados para percibir, pero no lo entenderán ni percibirán por
las palabras pronunciadas, sino por el mensaje oculto que está tras ellas, por el
silencio que las rodea.
La Verdad no se impone
La Verdad no es algo que haya que imponerse por la fuerza, la VERDAD no ha de
ser creída, sino experimentada hasta que se esté unificado con ella. Por ello, cualquier
tipo de imposición, es por inconsciencia. Y cada uno percibe la Verdad para la que
está preparado.
La Verdad es Libertad
La
Verdad como Energía que Experimentar, es Libertad. Libertad del dominio mental y
del dominio de las estrategias que se originan en contacto con el mundo espiritual.
Libertad de identificaciones con cualquier tipo de rol.
Libertad de la necesidad
de alimentar la figura del yo-ego. Libertad para fluir con la Existencia, permaneciendo
viviendo de dentro hacia a fuera, con la naturalidad que la fluidez conlleva, quedando
tranquilidad, comprensión y sencillez.
Que conlleva el contacto
con la Verdad
En la Verdad hay Consciencia, y en la Conciencia no
hay sufrimiento, así que todo lo que produzca sufrimiento y separe en vez de unir,
no es la VERDAD, no hay Consciencia.
La VERDAD es Consciencia,
y la Consciencia es Paz. No hay separación, hay unión.
No hay juicios ni
resistencia, hay aceptación. No hay dudas, así que ni tan siquiera necesitas planteártelo.
Quien se conoce,
es libre
Quien
es libre,
no tiene deseo
Quien no desea,
vive con Aceptación
Quien acepta,
respeta
y no juzga
Quien respeta y no juzga,
Ama
Quien ama,
experimenta Paz
Y quien fluye con
Paz,
se conoce a Sí mismo
Conocerse a Sí mismo,
es Experimentar la Verdad,
Y Experimentar la Verdad,
es Unificarse con la Auténtica Paz
Y cuando Fluyes con
Paz,
Contemplas el mundo con la Luz de la Consciencia
Experimenta la Verdad
A Krishnamurti se le otorga las siguientes frases sobre la Verdad:
La Verdad puede ser descubierta por cualquiera de nosotros,
sin la ayuda de autoridad alguna.
Al igual que la vida, está siempre presente
en un sólo instante…
La Verdad es una tierra sin senderos a la cual resulta
imposible aproximarse mediante ninguna religión, filosofía o secta convencional…
La Verdad que te hace libre no puede experimentarse a través de la mente, ni de sus teóricos conocimientos ni de las creencias ni de los apegos e identificaciones. Quien experimenta la VERDAD, no permanece apegado a ningún grupo mental, sino que permanece vinculado al camino de la existencia.
La Verdad es el Estado donde las ideas no tienen relevancia…
Interiorizado y experimentado el significado de la frase, no hay ideas que imponer, se fluye con la vida y con la experiencia en la que no hay enemigos, no hay rivales, sólo queda tranquilidad, amor, aceptación.
Para experimentar la Verdad deshazte de los intermediarios con los que contemplas la realidad…
Pregunta Castañeda en su diálogo con Don Juan, "¿Cómo sabré que he visto, que estoy viendo?"
Responde Don
Juan: "Sabrás. Te confundes sólo cuando hablas." [1].
El
criterio de VERDAD funciona desde el seno del silencio.
El discurso no es capaz de conducirnos a la realidad sutil.
[1]. CASTAÑEDA, C. Una realidad
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