Canciones de
María de Jesús Vásquez
María de Jesús Vásquez (*Lima, 20 de diciembre de 1920 – † 3 de abril de 2010), conocida como Jesús Vásquez, fue una cantante peruana, reconocida como la Reina y Señora de la Canción Criolla, epíteto ganado en 1939.
AUTOPLAY
- A las orillas del río
- A mi Amor
- Abandonada
- Alma, Corazón y Vida
- Amargura
- Blanca Luz
- Calla Corazón
- Celaje
- Celos
- Cenizas
- Clavel Marchito
- Cuando me quieras
- Desdén
- El Canillita
- El Ermitaño
- El Guardián
- El Plebeyo
- En Trujillo nació Dios
- Encontré una carta tuya
- Enferma de Amores
- Engañada
- Envenenada
- Horas Felices
- La Cabaña
- La Oración del Labriego
- La Pasionaria
- Mañanita
- Milagro
- Porque me has abandonado
- San Miguel de Morropón
- Nostalgia
- Nostalgia Chalaca
- Ódiame
- Que le debo a la Vida
- Quisiera verte siempre
- Todos Vuelven
- Triste Despedida
Fue hija de don Pedro Vásquez Chávez, y de doña María Jesús
Vásquez Vásquez, nacida en la céntrica calle de Pachacamilla (Hoy Jr. Huancavelica),
en un callejón de propiedad de la familia Paz Soldán, en la misma calle donde
está el Santuario del Señor de los Milagros de quien es fiel devota desde que
tiene memoria.
Comenzó a cantar guiada por su madre, quien le enseñó
estas artes. Pero para ser más precisos ella misma comenta que comenzó a cantar
por inspiración divina y que empezó sus pininos artístico en el Colegio de Las
Nazarenas, cuya sede estaba ubicada en la calle Gallos. El 3 de febrero de 1939,
al inicio de su carrera tuvo su propio espacio en el desaparecido Radio Greyeaux,
a la edad de 18 años, en dicho espacio interpretaba tres canciones a las 11
de la noche, paradójicamente la Lima de ésas épocas en ese horario dormía plácidamente.
Luego de dos meses de trabajo, en abril de ese mismo año es llevada por el empresario
chileno Sierralta, quien era el director artístico de Radio Goycochea, que estaba
situada en la Avenida Colonial. Se la llevó a su emisora junto al compositor
Lucho de la Cuba, que provenía del grupo Los Criollos y le ofrecieron una audición,
empezando a cantar y en cada función que se transmitía semanalmente le pagaban
50 centavos. Debido al éxito las audiciones se efectuaban cada 3 veces a la
semana, llegando a hacer espacios en matiné, vermout y nocturno.
Se podría
decir que su consagración vino con su interpretación del vals "El Plebeyo",
del maestro Felipe Pinglo Alva, en una invitación para realizar un homenaje
al compositor en el Teatro Segura. Gozando ya de la admiración e incrementado
en dicho homenaje su popularidad, el compositor Pedro Espinel, la lleva al Centro
Musical Felipe Pinglo, que estaba ubicada en los Barrios Altos.
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