El Ermitaño
Jesús Vásquez
Vals Criollo del Perú
Letra: Serafina Quinteras
Música: Serafina Quinteras
Hoy solo en el silencio que invade el albergue, donde
vivo triste,
maldigo aquel pasado que llenó mi vida de arrepentimiento;
tu voz vibra en las alas del amor que trae el viento
y bebo en la
mañana el claro azul de tu mirar.
Son vanos los esfuerzos que
hace mi memoria por borrar tu imagen,
te veo a toda hora bueno y
cariñoso dándome consuelo.
No supe comprenderte y Dios te oyó, ¡volaste
al cielo!
dejándome en el mundo sin mayor anhelo que el de recordar.
Después que te perdí vine a saber cuánto te amaba,
que sólo era
feliz cuando a tu lado me encontraba,
que toda mi alegría se esfumó
con tu partida,
que se acabó mi vida, pues mi vida fuiste tú.
Hoy el remordimiento no deja un instante de acosar mi mente;
tus lágrimas vertidas, cual gotas de fuego, abrasan mi pecho;
me
he vuelto un ermitaño por el daño que te he hecho
y busco en el retiro
un alivio a mi sufrir.
Te pido de rodillas, tierno compañero
de mi vida errante,
que ruegues que termine la amargura horrible
de este sufrimiento
para que Dios me otorgue su perdón y que, al
momento,
me lleve hasta tu lado para eternamente estar cerca de ti.
Después que te perdí vine a saber cuánto te amaba,
que sólo era
feliz cuando a tu lado me encontraba,
que toda mi alegría se esfumó
con tu partida,
que se acabó mi vida, pues mi vida fuiste tú.
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