La Oración del Labriego
Los Zañartu
Vals Criollo del Perú
Letra: Felipe Pinglo Alva
Música: Felipe Pinglo Alva
Es ya de madrugada, el labriego despierta,
al
entreabrir sus ojos la luz del Alva ve.
Entonces presuroso, saliendo de su lecho,
musita esta plegaria,
llena de amor y fe.
Señor, tú que has creado, las aguas de los
ríos,
y a los prados permites, el verdor que se ve.
No niegues
al labriego, el divino rocío,
que con cada caída, alegra nuestro
ser.
La campiña que luce, hermosos atributos,
por ti florece
siempre, cual ameno vergel.
Pero si tú nos niegas, agua, Sol
y rocío,
morirán los labriegos, de inanición y sed.
Después
de la jornada, la lampa sobre el hombro,
al ponerse la tarde, retorna
el labrador.
Y mientras que tranquea, de vuelta a la cabaña,
cantando el pensamiento, modula esta canción:
La ansiada primavera,
que exalta los amores,
te debe la pureza, de todo su arrebol.
Y el concierto admirable, e pájaros y flores,
por obra de tu
gracia, conservan tu primor.
En medio de este encanto, que alegra
corazones,
el labriego es el guarda, de tan rico joyel.
Como
guardián te pido, que con tu omnipotencia,
multipliques los frutos,
que cosechar podrán
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