Canciones de
Carmencita Lara
Durante sus 54 años de vida artística, Carmencita Lara popularizó valses que le cantan al desamor, la tristeza y la esperanza. Su voz quejumbrosa es como el pañuelo que alivia las penas y la nostalgia.
- ¿Dónde Estarás?
- Alma de mi Alma
- Asi es el Norte
- Aurorita
- Blanca luz
- Boda y lagrimas
- Cabellitos de mi Madre
- Canalla
- Cementerio
- Clavel Marchito
- Con panuelo y cintura
- Dulce espera
- El Árbol de mi Casa
- El Payaso
- Fe marchita
- Idilio
- La Despedida
- Llora Corazón
- Melancolia
- Mi culpa
- Mi desventura
- Mi sufrir
- Mis penas
- No me importa
- Nunca me dejes
- Olvídala amigo
- Si me ven llorar
- Solita soy feliz
- Tu falso juramento
- Un consuelo
- Ya no tengo corazon
- Yo no se
“Llora cholo, llora. ¡Y sufre!” Así fue desde sus inicios,
así lo es hasta hoy. Carmencita Lara no sólo ha viajado por todos los rincones
del Perú, sino también por varias ciudades de Europa y América Latina, en las
que convocó las catarsis colectivas en sus recitales. Sin embargo, en su casa
de Comas, ella intenta superar sus tristezas personales. Comenta que el asalto
que sufrió en su hogar el año pasado la ha dejado sin recursos económicos. Además,
le cuesta obtener las regalías de medio siglo de éxitos porque sólo tiene dos
discos compactos reconocidos: Éxitos de Carmencita Lara y Siguen los éxitos
volumen 2.
Los aproximadamente mil discos de carbón y vinilo sólo sirven
para el orgullo de la familia. Hace 54 años su esposo Víctor Lara le inventó
a Julia Rosa Capristán García un seudónimo. Se prestó el nombre de su madre
y la bautizó con éste para siempre. Así nació Carmencita Lara, conocida también
como “la reina de la rockola”.
Desde entonces, juntos saborearon los
aplausos de miles de admiradores. El acordeón de Víctor es el acompañante inseparable
de la voz aguda de Carmencita, que es capaz de tocar el dolor de los corazones
rotos de los melancólicos. Juntos embelesaron los coliseos y las radioemisoras
de la capital que hoy sólo vemos en las fotos en blanco y negro. “Siempre hemos
cantado a los pobres, a los humildes y marginales”, afirman. Sus temas pertenecen
hoy a los recuerdos, pero sus mensajes no han perdido vigencia. “Olvídala amigo”,
“El árbol de mi casa”, “Llora, llora corazón” y “Devuélveme a mi madre” son
algunos títulos del ramillete de éxitos que en sus escasas presentaciones le
reclaman como si se tratara de la canción más importante de la última semana.
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