
Elías Ashmole fue un Anticuario célebre de Obras universalmente 
conocidas, entre las que pueden citarse «Historia de la Orden de la Jarretera» y 
fundador del «Museo Ashmolean de Oxford.».Nació en Litchfield, Inglaterra, el 23 
de mayo de 1617, y murió en Londres el 18 de mayo de 1692. Se hizo francmasón el 
16 de octubre de 1646, dándonos el siguiente relato de su recepción, en sus «Memorias» 
(pag.303).«1646, octubre 15, Hor.30 minutes, pasado meridiano.
Me hice masón 
en Washington, en Lacanshire, con el Coronel Henry Maywaring de Karticham, en Cheshire; 
los nombres de los que estaban en la Logia eran»:
En otro lugar cita el haber sido admitido en la comunidad (Memorias, 
pag.362) por el término de 36 años, después de lo cual hace el siguiente relato: 
«1682 .Marzo 10 a las 5 horas pasado meridiano. Recibí una citación para asistir 
a la Logia en su Tenida que se verificaba al día siguiente en el salón de Masones, 
en Londres.«11.De conformidad en la indicación, asistí, y para el mediodía fui admitido 
en la comunidad de los francmasones por el señor William Wilson, Caballero Capitán 
Richard Bordwich, señor William Wodman, y señor William Wife. Era el mayor entre 
ellos «pues hacía 35 años que había sido admitido».
«Estaban presentes, además, 
los que se mencionan enseguida, (da varios nombres).
Todos comimos en la 
Taberna de la Media Luna de Cheapside, una magnífica comida preparada a expensas 
de los nuevos Masones aceptados».
Sentimos mucho que la intención expresada 
por Ashmole al escribir una Historia de la francmasonería nunca la llevó a efecto.
Sus investigaciones laboriosas, como una evidencia de su Obra infatigable relacionada 
con la Orden de la Jarretera nos conducían a esperar de su anticuaria pluma una 
relación del origen y progresos anteriores de nuestra Institución de más valor que 
ninguno de los que ahora poseemos. Mediante esta nota, intentaremos, de la mano 
del I.·.y P.·. H.·. Robert Gallatín Mackey en su «Enciclopedia de la Francmasonería 
y su relación con la ciencias» consignar parte de la vida del personaje que fuera 
Elías Ashmole, citado en numerosos trabajos masónicos.
Nuestros QQ.·. HH.·. 
en la actualidad suelen recibir variadas referencias de antiguos Masones que tuvieron 
cierta participación en el decurso de la Orden, sin que mejores argumentaciones 
les aclaren sobre qué y quienes fueron en para la Hermandad.
Por ello, nos 
ha parecido ilustrativo consignar en nuestras páginas una referencia ilustrativa 
sobre la personalidad de Elías Ashmole y su injerencia en el seno de la Orden.
Las observaciones siguientes sobre esta materia, contenidas en una carta del 
Dr. Kanipe, de la Iglesia Cristiana en Oxford y dirigida al publicador de la vida 
de Ashmole, a la vez que nos facilita el medio de formarnos una idea de la pérdida 
que la literatura masónica ha sufrido, nos proporciona también datos interesantes 
que son dignos de conservarse.«respecto a la sociedad antigua de los francmasones 
a la que se hace referencia y que manifiestan estar deseosos de saber lo que puede 
saberse con certeza, debo decir únicamente que, si nuestro digno hermano es Ashmole, 
Esq. hubiera puesto en ejecución determinado designio suyo, nuestra Fraternidad 
habría estado tan agradecida hacia él, de la misma manera que los HH.·. de la más 
noble Orden de la Jarretera.
No deseo que se sorprendan de esta expresión, 
o la crean en todo demasiado arrogante.
Los Soberanos de esta Orden no han 
desdeñado nuestra comunidad, pues en muchas ocasiones en todos los tiempos y los 
Emperadores, fueron también francmasones.
Lo que más bien he logrado obtener 
de la colección del sr. Ashmole, fue, esa versión de que el nacimiento de nuestra 
sociedad provenía de una «Bula» concedida por el Papa durante el reinado de Enrique 
III, habiendo hecho al mismo tiempo que viajasen arquitectos italianos por toda 
Europa, con el fin de erigir capillas, lo cual era infundado del todo.
Existió 
tal Bula, y esos arquitectos eran Masones; pero esta Bula, según la opinión del 
entendido sr. Ashmole, era solo confirmativa, por consiguiente, en ninguna manera 
creó nuestra fraternidad y en forma alguna establecerla en este reino.
En 
cuanto al tiempo y manera de este establecimiento, debo relatar algo tomado de las 
mismas colecciones. «San Albán, el proto-martir de Inglaterra, estableció allí la 
Masonería; y desde este tiempo floreció más o menos. Transcurrieron los años, hasta 
los tiempos del rey Atelshtain, el que por consideración a su hermano Edwin concedió 
a los Masones escritura auténtica en el tiempo de los príncipes normandos.
Frecuentemente recibían extraordinarias muestras de reales favores. Mas no existe 
la menor duda que la habilidad de los Masones, eran siempre trascendentes en los 
tiempos más bárbaros,- y debido a su maravillosa bondad y afecto mutuo, diferente 
de algún modo en condiciones y su fidelidad inviolable en guardar religiosamente 
sus secretos- debía exponerlos en esos tiempos de la ignorancia, de la sospecha 
y la molestia a una inmensa variedad de aventuras, las que variaban de conformidad 
con las distintas suertes de los partidos, u otras alteraciones en los gobiernos.
A propósito, hay que hacer notar que los Masones eran siempre leales, cosa que 
los exponía a grandes rigores cuando el poder se adornaba con la justicia, pues 
aquellos que cometían traición castigaban a hombres leales como traidores.
En el tercer año del reinado de Enrique IV, publicose una Ley de Parlamento 
para abolir la sociedad de los Masones e impedirles, bajo severos castigos, el formar 
Cabildos, Logias u otras Asambleas reglamentarias. No obstante esto, posteriormente 
fue repelido tal acto, y aún desde antes de esto, el rey Enrique IV y varios de 
los principales Lords de su corte, hiciéronse Compañeros del Gremio. por el I.·. 
y P.·. H.·. Robert Gallatín Mackey, en su «Historia de la Masonería y su relación 
con las ciencias»

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