Históricamente la Francmasonería, desde sus remotos orígenes,
en desarrollo del pensamiento masónico como institución de vanguardia frente a los
cambios de la sociedad , ha trabajado siempre por mejorar la condición del hombre
y defender su dignidad, proclamado que solo finalizará su tarea cuando todos los
seres humanos se sientan iguales, libres y llenos de buenas costumbres. De ahí que
la orden no cesará en su permanente labor, en busca del perfeccionamiento humano
y de una vida entregada al servicio de todos, para conquistar un mundo mejor. Por
lo cual venga en tiempo lo que venga y traiga lo que traiga consigo, la Masonería
estará preparada para vivirlo y enfrentarlo airosamente.
Estamos comenzando
el siglo XXI y con su llegada se repiten en nuestros talleres, preguntas tales como
¿En qué forma la Masonería enfrentará con éxito los desafíos que ya se vislumbran?
Los veloces cambios que se originan ante el asombroso avance científico, tecnológico
y de otros campos, para no quedar transformada en una institución obsoleta y sin
razón de existir.
A muchos Masones les preocupa si nos comunicamos ó no por
Internet, si nos podemos alejar de la realidad, de que cada vez que el hombre da
un paso mas allá, su conocimiento de la vida y del universo debe reubicarse. Es
decir cada avance en el saber debe traducirse en una transformación, en un perfeccionamiento
de sus valores, desprendidos ya de una reubicación continua.
Esto significa
una ubicación dinámica, que permite permanecer en nuestra realidad. Pobre de aquellos
que no saben en esencia y no conocen en profundidad, lo que es en sí la Masonería
y piensa que la tecnología puede debilitar la cadena fraternal de la que todos somos
parte. No importa desafió o cambio alguno, nuestra historia así lo ha demostrado,
la fraternidad se mantendrá eternamente a la vanguardia de una humanidad culta y
civilizada, por lo que ella es y no por lo que cada uno de sus miembros quisiera
que fuera. Y si las dificultades pudieran acentuarse con los cambios, los verdaderos
Masones acentuaran también su energía demostrando su capacidad para superarlas,
y lo harán bajo la inspiración ideal, que surge de la grandeza insuperable de la
orden.
En la sociedad actual el hombre tiene cada vez menos derecho a ser
diferentes, a disponer de su tiempo, de su vida, de sus sentimientos, de sus ocios,
de sus ideas y de su ser. No importa determinar quien es el enemigo del hombre no
se trata de identificar enemigos, sino tomar conciencia de que la tecnología esta
eliminando progresivamente los campos en donde el hombre podía desenvolverse según
su antigua idea de libertad, y lo va llevando hacia un complejo sistema de reacciones
automáticas, predirigidas ; en donde la vida artesana es sustituida por la eficiencia
técnica, la vida individual es transformada en vida colectiva, el desarrollo de
las personas se convierte en desarrollo de grupos humanos, y con esto pareciera
que se acabaran los viejos ideales de libertad. Mientras tanto nos entretenemos
en el juego trágico de la política y las guerras, destruyéndonos por un mundo que
pasó, nos imputamos unos a otros la responsabilidad de los males que sufrimos y
cerramos los ojos a las transformaciones que están operando.
A pesar de que
algunos atacan a la Masonería por ignorancia y cegados por el fanatismo o por intereses
subalternos avergüenzan la conciencia del hombre civilizado, esta continuará formando
en sus talleres hombres libres y de buenas costumbres, bajo el continuo labrar de
la piedra bruta, trasmitiéndoles la eternidad de sus valores y el mensaje espiritual
que fluye de su amor fraterno
Por lo tanto, reciban nuestras observaciones
y previsiones no como augurios sibilinos, sino mas bien como las elucubraciones
de quienes aman nuestra institución, creen que cumplen una función irremplazable
y esperan fervientemente encontrar el camino del desarrollo y el progreso, buscando
como siempre, no su propio beneficio, sino el de la sociedad en que vivimos.
No cabe duda que el mundo actual, inicio del siglo XXI, es muy
distinto del mundo que conocíamos hace unas pocas décadas atrás, y ni que hablar
del mundo de nuestros padres o abuelos. Bien se ha definido nuestra época como la
era de la comunicación. El impresionante desarrollo de la electrónica, que se ha
trasformado en la primera industria mundial, sobrepasando todas las industrias antes
conocidas, así como sus aplicaciones en el campo de la comunicación, están trasformando
de manera radical la forma como la gente trabaja, se entretiene y hace sus compras.
Otros de los factores que han introducido cambios radicales en nuestro ritmo
de vida son la facilidad y velocidad de los transportes. El desarrollo de las comunicaciones
aéreas, los trenes superveloces, las redes de caminos y las autopistas con millones
de automóviles, están contribuyendo a crear esta “aldea mundial”, de la que hablaba,
cuyo nombre no recordamos.
Observemos el cambio producido desde la introducción
del teléfono en 1876, por el escocés Alexander Graham. Bell. Dieciséis años antes,
en 1860 -hace solo 144 años, o sea cinco o seis generaciones atrás- se introdujo
el primer tranvía (arrastrado por caballos), y en Titusville, Pensilvania, se construyo
la primera refinería de petróleo.
Si dentro del termino de nuestras vidas,
de muchos de los aquí presentes, en la última mitad del siglo pasado vimos la introducción
de la televisión, la computadora personal, y luego la portátil, el fax, los teléfonos
celulares, la transmisión por satélites y finalmente el Internet. Este Internet
con mayúscula, cuyo gigantesco desarrollo nadie pudo prever.
Todos los cambios
afectan directamente el modo de vida de la gente. La vida es más rápida, las oportunidades
son mayores, el tiempo es escaso. La competencia en el trabajo, en la industria
y el comercio es incomparablemente mayor que hace una generación atrás; lo cual
fue observado por Alvin Toffer en su libro “El Shock del futuro” publicado en 1970
y todavía actual.
Otro cambio social importante es la transformación del
grupo familiar. La mujer que trabaja ya no es la excepción sino la norma. En una
encuesta reciente en Dakota del sur, en los Estados Unidos, alrededor del 95 por
ciento de las madres con hijos en casa trabajan fuera del hogar. Las personas tienen
menos tiempo libre y junto con eso, la gama de actividades en las que pueden ocupar
el tiempo disponible es inmensamente variada. El núcleo familiar, en si mismo ha
evolucionado. Los hijos se independizan mucho antes, los divorcios son mas frecuentes,
las familias con un solo padre son más numerosas, las raíces son menos profundas.
Esto se refleja también en el trabajo. Las personas cambian de empleo con mayor
facilidad, muchas veces cambian también de profesión. La persona ambiciosa, que
quiere progresar en la vida, ya no siente lealtad hacia su empleador, sino que busca
su adelanto cambiando de trabajo.
Vemos también las fragmentaciones que sufren
naciones por conflictos étnicos, religiosos y culturales y el uso del terrorismo
como instrumento político.
¿Pueden todas estas trasformaciones afectar a
nuestra Orden? Seria imprudente pretenderlo. Si bien es cierto que los hombres en
general son reacios a cambiar sus ideas, sus hábitos, su forma de vida, los factores
externos, las fuerzas sociales y los cambios tecnológicos, les obligan a reconsiderar
sus actitudes y buscar acomodo con las nuevas circunstancias. Aunque estos procesos
sean generalmente lentos, a veces son producto de guerra o revoluciones, e incluso
en tiempo de paz su velocidad va en aumento.
La francmasonería no puede escapar
a estos procesos históricos. Sin embargo, es preciso subrayar que los problemas
que enfrentan la Masonería no son los mismos en todos los países. No es posible
generalizar, ya que las grandes Logias se diferencian no solo en sus constituciones
y rituales, sino también en su historia y tradición, y en el entorno social donde
se encuentren.
A comienzos del siglo pasado, la Masonería de los Estados
Unidos contaba con unos 840.000 miembros. Pertenecer a una Logia masónica era considerado
un galardón. La Masonería, así como otras asociaciones fraternales, creció rápidamente,
y pese a un transitorio descenso en la época de la gran depresión de los años treinta,
alcanzó su punto máximo en 1958, con más de cuatro millones de miembros. Sin embargo
a partir del año siguiente, en 1960, comenzó la declinación.
La disminución
en número de hermanos ha acarreado serios problemas financieros para las grandes
Logias, acostumbradas a manejar cuantiosos fondos y con ello hacer generosas contribuciones
de beneficencia.
Además de la contratación en sus números, se observa un
envejecimiento paulatino. Se estima que el año 2000 la edad media de los Masones
estadounidenses era 73 años, pueden aumentar a 78 años en el año 2015. Este fenómeno
de empobrecimiento humano y material de las Logias se observa también en otros países,
especialmente, aunque no exclusivamente, en las Grandes Logias de habla inglesa.
Por ejemplo, también en Alemania el número de Masones ha decrecido considerablemente
en las últimas décadas. En algunos países, aunque no se produzca el mismo fenómeno
de contracción en su número de hermanos, si se observa una pérdida de influencia
en la vida pública.
Algunos observadores atribuyen la erosión a las Logias
Masónicas, a un cambio en la mentalidad de la gente. La revolución científica-Tecnológica
ha producido este fenómeno. Pero, ¿es que la mentalidad de las personas ha cambiado
mucho desde la época de Darwin?
Debemos dejar planteado que la mentalidad
de los seres humano no cambia, lo que cambia son sus expectativas y posibilidades.
La influencia del medio ambiente, de la familia y la sociedad, es un factor determinante.
La actitud actual el hombre occidental, su meta es fundamentalmente individualista
y hedonista, tratando de obtener el máximo de satisfacción en su vida diaria, abrazando
la ultima moda del momento, y descartándola pronto para dejarse seducir por otra.
Hay una creciente disminución del espíritu cívico. Esto puede ser resultado de la
creciente actitud de que el ciudadano espera y exige recibir lo que cree que le
corresponde, pero es reacio por su parte, a contribuir con la sociedad, cuya actitud
es caracterizada por la falta de valores,. Como lo señala el H.·. Luís Fuentealba
Weber en su trabajo: “una concepción del universo no puede excluir los valores.
Son éstos los que otorgan un sentido a la vida humana, por que en la trama en la
cual teje su explicación, la concepción del universo, ellos marcan las metas que
hacen posible la marcha ascendente del hombre en su eterna búsqueda del ideal”.
Si mencionamos todos estos problemas, aunque algunos o muchos de ellos no sean
pertinentes en nuestro país es porque son fenómenos universales que en la época
actual, con los medios de comunicación que hemos señalado terminarán por afectarnos
a todos, sea donde sea que vivamos.
¿Cómo afrontan las Grandes Logias del mundo estos problemas? Así
como su problemáticas es cada jurisdicción, así también son distintas las medidas
tomadas por las Logias intentando buscar soluciones. Por ejemplo: en Estados Unidos,
la conferencia de Grandes Maestros estableció un “Comité de renovación masónica
“para sentar pautas y preparar programas de ayudas a las Logias.
Volvamos
a los principios fundamentales que inspiraron a los primeros Masones especulativos
y les impulsaron a crear la Institución que conocemos. Estos principios se basan
en una concepción humanística de mundo. El H.·. Horacio Oñate García en su libro
Ética y Moral en el Mundo de hoy cita a José Ortega y Gasset, quien sostiene que
el hombre es un determinado proyecto en el mundo. Y agrega el H.·. Oñate, que en
esta realidad arrancan esas afirmaciones, tan esclarecedoras de la finalidad humana:
el deber del hombre es convertirse en hombre y el hombre debe ser constructor de
sí mismo.
Aquí tenemos, en breves palabras, resumido todo el ideario de la
Francmasonería.
Lamentablemente, hay Logias que han perdido esta orientación,
que siguen costumbres o tradiciones añejas, que les impiden desarrollarse y progresar.
La tradición es indispensable, pero aferrarse a tradiciones como un ansia, conduce
al estancamiento. La tradición debe funcionar como brújula, señalando la ruta, pero
sin inmovilizar nuestro progreso.
Tomemos el caso de la prohibición de reclutar
nuevos miembros, es decir, que no se puede invitar a un profano a que ingrese a
la Orden, sino se tiene que esperar que la iniciativa parta de él. Mal entendida,
esta tradición conduce a la perdida de más de un candidato que podría ser un valioso
aporte a la Logia. Inducir a un hombre de Valía a que se incorpore a nuestras columnas,
explicándoles que es la Masonería, cuales son los beneficios que otorga, cuales
son las obligaciones y los derechos del Masón, todo esto permisible, lo que no se
puede admitir es el ingreso de profanos por obligación, por congraciarse con el
jefe, por creer que así mejoraran sus perspectivas económicas, o por hacerle el
favor a un amigo.
Otro problema que afecta directamente el normal desarrollo
de la Masonería Mundial, es el dilema de la regularidad de las Grandes Logias y
su mutuo reconocimiento. Los cimas y divisiones (muchas veces, sino siempre, producto
de personalidades en conflicto) han llevado a la desintegración de la Masonería
en muchos países. Esto resulta en la interrogante sobre cual de las partes en discordia
debe recibir el reconocimiento.
Veamos los principios básicos establecidos
por las Grandes Logias de Inglaterra, Escocia e Irlanda para otorgar su reconocimiento
y establecer relaciones fraternales con otras Grandes Logias. La Gran Logia que
solicita ser reconocida debe observar y practicar los siguientes principios, considerados
de tiempo “Inmemorial”:
Observemos que en estas condiciones no se menciona en absoluto
la jurisdicción exclusiva de un territorio determinado. Esta es la famosa doctrina
de la “territorialidad”, también conocida como la “Doctrina Americana” establecida
en la convención de Baltimore de 1843, que prescribe el reconocimiento de solo una
Gran Logia en un territorio determinado. Esta doctrina, que fue aceptada casi exclusivamente
por la Masonería anglosajona, tampoco fue observada por ella de manera consecuente.
Por ejemplo, hay Logias individuales dependientes de una Gran Logia, distinta de
aquella que gobierna el territorio donde se encuentran. Ahora mismo, la Gran Logia
Unida de Inglaterra está considerando el reconocimiento de algunas Grandes Logias
estatales de Brasil, sin dejar de reconocer al Gran Oriente.
Pero el ejemplo
más palpable del derrumbe que es mentado principio lo dan las Grandes Logias Prince
Hall, que por muchos años fueron consideradas irregulares. En la última década se
ha producido un vuelco en la actitud de las Grandes Logias “blancas” o “caucásicas”,
que han comenzado a establecer vínculos fraternales con sus congéneres de color
dentro de su mismo territorio. También la Gran Logia Unida de Inglaterra tuvo que
reconocer este cambio, ante la alternativa de estar obligada a romper sus relaciones
con decenas de Grandes Logias estatales de los Estados Unidos y ya ha reconocido
a numerosas Grandes Logias Prince Hall.
Un indicio revelador es la reciente
Asamblea de la Confederación de la Masonería Simbólica de Brasil, CMSB, realizada
en el Estado de Goias con cerca de 800 participantes. El evento fue organizado por
la Gran Logia de Goais con la asistencia del Gran Maestro del Gran Oriente del mismo
estado, así como, de autoridades representativas de todos los estados brasileros
y del exterior, entre ellos 26 Grandes Maestros y otras personalidades masónicas
y cívicas.
Entre los temas tratados mencionaremos solo algunos: “La Masonería
Brasilera en el Siglo XXI”, “Parlamento Masónico en el 3º milenio”, “La Masonería
frente a la muerte”, y “Filosofía de la Masonería Simbólica”. Se destaco en el encuentro
la “Unidad dentro de la diversidad” como escribió el Hno. Aníbal Silva en el periódico
Liberdade e Uniao “En este mundo en crisis, atravesando una época de metamorfosis
moral y ética, es urgente pensar y resumir nuestra línea de tradición y volver a
escribirnos en la Historia”.
Quizás nos adelantamos a la parte final de nuestra
exposición, pero vamos aventurar una previsión, es que toda la maraña de la regularidad
masónica y el reconocimiento mutuo entre Grandes Logia tendrá que llegar a una solución
dentro del siglo XXI, y cuanto antes mejor, por que ha llegado a extremos absurdos,
contrarios tanto a la lógica como a los intereses mismos de la Francmasonería mundial.
Nuestro deber, como escribió hace unos años el Hermano Enrique Neiman, es caminar
por el sendero de la comunicación humana. Dentro del ámbito de la Logia, esto se
traduce en un esfuerzo constante de educación instrucción, que son dos procesos
complementarios, uno extrayendo ó haciendo conscientes los conceptos que queremos
inculcar, y el otro introduciéndolos.
El papel de la Masonería en el Mundo
sigue siendo el mismo, sus objetivos no han cambiado, pero si pueden y deben cambiar
los medios que utiliza para alcanzarlos.
Debemos actuar como los remeros,
que impulsan el bote hacia delante pero con la vista fija hacia atrás.
Un
tema difícil de tratar por lo delicado, es el papel de la mujer en la Masonería
; por una parte nuestras tradiciones, tomadas de las corporaciones medievales, excluyen
a la Mujer en la Masonería ; por una parte nuestras tradiciones, tomadas de las
corporaciones medievales, excluyen a la mujer de las Logias Masónicas, sin dejar
de apresurarnos a reconocer que existen logias femeninas y también Logias mixtas
pero no, nos estamos circunscribiendo solamente a la Masonería , practicada por
la inmensa mayoría de Masones del mundo.
Por otra parte, el avance de la
mujer en los países occidentales y en algunos de los orientales, para alcanzar esa
igualdad de derechos proclamada por la Declaración de los Derechos Humanos, encuentra
expresión de decisiones judiciales, que ya han obligado a otras organizaciones como
el Rotary, y otras, a admitir mujeres en sus filas. Además existen universidades
que hasta hace pocos años estaban segregadas según el género, hoy están todas integradas;
lo mismo ocurre en las fuerzas armadas de muchos países.
¿Cuánto tiempo más
podrán algunas logias mantener cerradas las puertas ante este desarrollo? Lo ignoramos,
pero se trata de un interrogante que merece cuidadoso examen por las directivas
de las Grandes Logias, para buscar soluciones antes de que se les imponga una reforma
forzada.
EL mundo enfrenta desafíos inconmensurables, más serios que aquellos
que aquejaban las generaciones anteriores. Los problemas de la destrucción ecológica,
la deforestación, la contaminación del aire y el agua, la sobreexplotación de los
recursos marítimos, el desperdicio de los recursos naturales, el aumento demográfico
incontrolado, el aumento de la temperatura mundial, con los consecuentes trastornos
meteorológicos. Todo esto motivó a filósofos y científicos, aristócratas y pensadores,
que encontraron en las Logias masónicas un ambiente apropiado para exponer sus pensamientos
y revelar sus descubrimientos, sin temor a la represión política o religiosa; este
espíritu de libres pensadores también llamó a los apóstoles de la libertad, igualdad
y fraternidad, principios plasmados en las revoluciones libertadoras de América
y Europa, como es el caso de Bolívar, Juárez, Washington, Martí y Garibaldi, quienes
actuaron interpretando cada uno a su manera el ideario filosófico de la Francmasonería.
Este aspecto filosófico, esotérico de nuestra Institución ha sido descuidado
en los países anglosajones, cuyas Logias enfocan su actividad en el aprender de
memoria de los rituales, y efectuar actos de beneficencia. El esoterismo, sin embargo,
es un componente indispensable del quehacer masónico. Somos realistas, tenemos los
pies firmemente plantados en la tierra, pero no ignoramos que hay más cosas en el
mundo, de las que conoce la ciencia.
¿Puede la Masonería actual desentenderse
de los problemas que aquejan a la humanidad, algunos de los cuáles hemos señalados
al comienzo de nuestra exposición? ¿Es posible encerrarse en una torre de marfil,
y sin embargo pretender seguir siendo relevantes para el hombre contemporáneo?
Otro factor que debemos tomar en consideración es que muchos de los postulados
de la Francmasonería, como es la igualdad ante la ley, la fraternidad de las personas
y los pueblos, la libertad de expresión, la educación universal , la responsabilidad
mutua y la ayuda al necesitado, todo eso y mucho mas, ha pasado a integrar el acervo
cultural de las naciones ilustradas, conduciendo a la creación de numerosas instituciones
políticas y asociaciones voluntarias de beneficencia que cumplen con los preceptos.
En consecuencia, la Masonería como institución no precisa transformarse en un
organismo político, como fue el caso de la Gran Reunión Americana, la llamada Logia
Lautariana , o la acción de la orden en el campo político, se debe expresar a nivel
individual e institucional.
Al considerar la posición de la Masonería dentro del nuevo mundo
del siglo XXI, podemos comenzar por plantear dos preguntas fundamentales: ¿Qué espera
el profano de la Masonería cuando ingresa a ella? Y, no menos importante, ¿Que impulsa
a algunos Masones a desligarse de la Orden, retiro voluntario o dejar de pagar y
no asistir hasta ser borrado?
La primera pregunta acarrea otras: ¿Qué idea
tiene el profano de la Masonería antes de ingresar a una Logia? ¿Acaso tiene una
imagen clara y exacta de la Orden? ¿Son sus expectativas realistas?
El reverso
de la medalla es otra pregunta importante: ¿Qué espera la Orden del Neófito? Podríamos
ampliar la pregunta, y hacérsela también a los Masones más antiguos. ¿Qué espera
la Orden del Masón?
Finalmente, nos haremos la pregunta siguiente: ¿Cómo
le comunicaremos a nuestros hermanos nuestras expectativas, cómo medir su progreso,
verificar su satisfacción o descontento?
Hay que tener presente que cada
persona constituye un mundo distinto, e ingresa a nuestra Orden con distintas aspiraciones.
Algunos hermanos consideran que el ritual es lo más importante en la Logia. Si no
se ejecuta al pie de la letra, sienten una ofensa personal, y la perfección de la
ejecución les es más importante que el contenido. No hay que menospreciar esta actitud.
Los rituales, efectivamente, cumplen una función irremplazable en el que hacer Masónico.
Lo que si se debe tener presente es que no basta repetir de memoria las palabras
del ritual, sin reflexionar sobre su significado.
Otros hermanos consideran
que el aspecto social es el fundamento de nuestra institución. La beneficencia,
la atención de viudas y huérfanos, las actividades sociales, fiestas paseos campestres
y tenidas blancas, son lo que ocupan su mente. La actividad de este hermano también
es positiva, siempre que no se transforme en la razón de ser de su Logia.
Hay también hermanos que estudian, acuden a la biblioteca, compra libros, escriben
planchas y artículos analizando nuestros rituales. Todo esto es positivo. Gracias
a estos hermanos hemos podido obtener una visión justa y verídica de los gérmenes
y desarrollo de nuestra Orden, librándonos de las leyendas y fantasías que marcaron
la literatura masónica de siglos pasados.
Luego está el simbolista, quien
ingresa a la Masonería atraído por el misterio simbólico de la Orden, sus enseñanzas
esotéricas, sus conexiones con los Rosacruces, la Cábala, el hermetismo y la Alquimia.
Ellos son quienes profundizan en el aspecto espiritual o místico de la Masonería
y desentrañan sus secretos.
La Logia debe satisfacer las necesidades y satisfacciones
de todos estos hermanos, sin descuidar ningún aspecto, pero tampoco restringiendo
su actividad a uno solo de ellos.
Si analizamos las preguntas que planteamos
hace unos momentos, comprobaremos que las respuestas tienen un común denominador;
es la educación en dos frentes, por así decirlo: hacia el exterior, la educación
de los profanos, especialmente al postulante al ingresar a una logia, y por otro
lado la educación de los Masones, tanto los recién iniciados como los Maestros con
mayor antigüedad.
Todos precisamos aprender constantemente, analizar nuestros
méritos, títulos y galardones. Bien se ha dicho repetidamente: Todos seguimos aprendiendo
hasta el día en que pasamos al Oriente Eterno.
En el aspecto exterior, nuestra
acción educativa reviste diversas formas, desde la creación de escuelas, cátedras
y universidades, hasta la publicación de libros y revistas, la ejecución de seminarios
y actos públicos, la difusión de programas radiales y televisados, la producción
de videocasetes, la creación y mantenimiento de sitios y paginas en Internet. Actividades
estas, que merecen atención especial y permanente, sin descuidar las relaciones
con las autoridades civiles y religiosas, los colegios profesionales, el magisterio,
la prensa, y demás medios de comunicación.
En el aspecto interno, se trata
de preparar programas de trabajo para las Logias, para los grados superiores y para
la formación de sus cuadros directivos.
Ya mencionamos la educación, es necesario
recalcar que no se trata solamente de educación masónica, concerniente a temas de
Masonería, sino educación en general. La Masonería, bien se ha dicho, es la institución
dedicada a hacer mejores hombres y mujeres. Esto significa que el masón entra en
una institución educativa por excelencia. El hermano Stephen Joel Trachtenberg,
presidente de la Universidad de George Washington, escribió lo siguiente: “La familia
y la educación son los dos pies de un trípode estable, el tercero es el esfuerzo
que cada individuo debe invertir por si solo” Sin desconocer el papel de la familia
en la formación del individuo, no cabe duda que la educación -formal o no- es la
que determina de manera concluyente su desarrollo intelectual.
No podemos
dejar de decir algunas palabras respecto al Internet. El efecto futuro del Internet
en la Masonería es difícil de apreciar. Existen en la actualidad cerca de mil sitios
masónicos en el mundo, y su número crece día a día; lo cual permite un intercambio
de ideas i informaciones entre los Masones, sin reconocer fronteras.
No solo
eso, ya en Inglaterra, el país conservador por excelencia, se inauguro una Logia
virtual en Internet. Por su puesto, no podemos concebir, por lo menos con la tecnología
actual, ejecutar ceremonias masónicas en el espacio cibernético, pero no cabe duda
que debamos utilizar esta herramienta extraordinaria de comunicación para nuestros
fines, tanto en la publicidad como en la instrucción. En un futuro no muy lejano,
puede llegar el día que se realicen ceremonias masónicas en la realidad virtual.
Por ahora, desde hace varios años, el Internet ya otorga posibilidades insospechadas.
Mucho se ha hablado del “secreto masónico”. Al aprendiz masón se le inculca,
desde el primer momento, el deber de mantener en absoluto silencio todo lo que ocurre
dentro de la Logia. Esta prohibición rigurosa es a menudo mal entendida, y conduce
muchas veces al distanciamiento de la familia. Debemos explicar e instruir a nuestros
nuevos hermanos, que el secreto masónico bien entendido se refiere a los medios
de reconocimientos, los signos y toques, y no a la filosofía o rituales de nuestra
Orden, temas que ya han sido publicados innumerables veces y están al alcance de
todo quien se moleste visitar una biblioteca. Eso si, el otro tema que debemos mantener
en riguroso silencio, es la pertenencia de otra persona a la orden. Cada uno tiene
derecho a declararse Masón, pero ningún Masón tiene derecho de señalar la condición
masónica del prójimo.
Fuera de esas dos prohibiciones, no solo esta permitido
sino que es recomendable exponer nuestra filosofía y principios, a todas aquellas
personas cuyo carácter y cualidades les hacen merecedores de ser admitidos en nuestra
institución.
Este nuevo enfoque del secreto masónico se refleja en la apertura
hacia el mundo profano de muchas Grandes Logias. Este tipo de actos públicos se
está haciendo cada vez mas frecuentes, contribuyendo a rebatir la critica lanzada
contra nuestra institución, de ser un grupo cerrado y secreto, en cuyas Logias se
traman quien sabe cuales designios maléficos.
Se advierte así mismo un movimiento
hacia la unidad de la Masonería a nivel regional y mundial. La presencia de la Masonería
en Internet ha cobrado un impulso extraordinario en los últimos años. Prácticamente
todas las grandes Logias y los demás cuerpos masónicos han abierto sitios en el
Internet. Este es un instrumento de publicidad y de instrucción que no tiene paralelo
en la historia. También tiene su lado negativo, pues su absoluta falta de control
permite a toda clase de personas o grupos mal intencionados propagar mentiras y
hacer propaganda racista que raya en lo criminal, por lo que no hay que dejarle
el campo libre a los calumniadores del espacio cibernético.
Finalmente, la
apertura que hemos señalado se refleja también en la proliferación de publicaciones
masónicas hay decenas en su gran mayoría, destinadas exclusivamente a los Masones.
Resumiendo, en el siglo XXI-La Masonería tendrá que prestar atención a los siguientes
aspectos:
La Masonería en el presente siglo XXI sigue siendo actual, puede
y debe cumplir una función insustituible en la sociedad contemporánea, promoviendo
la tolerancia, la educación, la libertad de conciencia y todos los derechos humanos
proclamados por nuestros antepasados Masones, con un futuro promisorio; si lo afrontamos
con decisión, esfuerzo y espíritu en alto, consientes de que somos los hijos de
la luz, y que las fuerzas oscuras de la ignorancia, la ambición y la envidia jamás,
podrán extinguir la llama eterna de la verdad.
I.·.P.·.H.·. Luis
Cayon Armella, 33º
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