LA DÉCADA DECADENTE, es un nuevo libro de Masonería en el Perú,
escrito por el R.·.H.·. Javier Agüero
Vega y en el se hace el recuento de la historia de la Orden en el país desde
1882 y con énfasis en la década comprendida entre 1998 a la fecha.
Su dominio
del ritual, del simbolismo y de la filosofía masónica, así como de la historia de
la Orden en sus genuinos afanes, enriquece la obra, que el lector encontrará profunda,
ágil y con un claro sentido de la docencia, al presentarse los temas espinosos con
inducción lógica y sentido común. No nos cabe duda que este libro es esclarecedor
por las virtudes inobjetables del autor.
Algunos lectores, ya sea por sus
propias emociones o sus vivos intereses, jamás podrán aceptar las conclusiones sostenidas
por el autor, a pesar de las pruebas y las evidencias presentadas en el libro, pero
tampoco podrán negar su veracidad, ni por el rigor con que se analizan los temas,
ni por los buenos propósitos de su labor como masón probado, por lo que el R.·.H.·.
Javier Agüero seguirá siendo acreedor al mayor respeto y consideración de propios
y extraños.
Los Editores.
I. ANTECEDENTES - INTRODUCCIÓN
Según como se lea, la MASONERÍA PERUANA tiene dos aspectos: uno, es la
historia de su devenir en nuestra patria y el otro, es el aporte de nuestros
esclarecidos hermanos dentro y fuera de nuestras jurisdicciones. Al repasar
las páginas escritas de la historia, el lector debe estar dispuesto a
compartir muchas veces hechos que, distando mucho de su propio idealismo,
deben ser tenidos como válidos por ser genuinos, aunque resulte difícil el
percibirlos adecuadamente en un primer momento. Negar la certeza de ciertos
hechos por sentir que no representa la historia ideal de su organización, la
de sus sueños, es una actitud pueril e inocente que refleja alta dosis de
emotividad en reemplazo de la necesaria razón.
No siempre la historia
es todo lo buena y todo lo pura que alguien quisiera. La historia, como
recuento de los hechos de los hombres, tiene facetas propias a sus actores,
algunas buenas y otras menos justas; algunas lógicas y otras pasionales;
unas plausibles y otras condenables; hay también de las constructivas y de
las conspirativas. Cada nota, cada aporte, cada dato de esta narrativa
deberá ser verificada por cada interesado para que con conciencia pueda
asumir el contenido de la misma. Una historia que no se comprueba es un mito
que se dogmatiza y esa es la motivación de todo escritor de historia: la
Verdad de los hechos más allá de sus supuestos. Para ello urge el uso
adecuado del divino privilegio de pensar, tanto en los investigadores como
en los lectores para que juntos eluciden con claridad cada asunto por más
oscuro que haya sido presentado.
La Masonería Peruana al ser parte de
un colectivo mayor llamado Masonería Universal, exige de cada cófrade un
conocimiento prioritario y profundo de ese todo que lo patrocina. Lo que
suele ser ignorado u olvidado es que la ciencia de la geometría expresada en
el arte de los constructores del Muro y la Madera perteneció desde su origen
al cristianismo, pero al cristianismo primigenio, el de San Juan y que fuera
sustituido desde el año 70 por el catolicismo de Simón el zelote
(Pedro) y de Saulo de Tarso (Pablo), bajo el auspicio de Gamaliel, suegro de
este último. Gamaliel facilitó a Saulo su admisión en las filas de los
rebeldes independentistas osenos o esenios del Mar Muerto, desde donde
elaboró la propuesta del Jesús Mesías que el catolicismo pregona al igual
que las iglesias reformistas y separadas.
Los Constructores de
Estrasburgo al igual que los constructores de Bolognia y otras
congregaciones del medioevo, fueron cofrades de la Antigua Orden del Muro y
la Madera de la Masonería de San Juan. En su sello ojival se expresa la
ascendencia femenina de la congregación con la imagen de la Dama o Señora
que sostiene a un niño ubicada en el tercio superior o campo que define en
heráldica al Jefe o Principal de la Casa, en este caso, al de la Orden de
los Constructores de San Juan. Según las enseñanzas de San Juan, todo
iniciado tiene una doble función como encargo superior y ellas son las de
procurar construirse como rey y sacerdote, tal como lo explica en su Manual
del Perfecto Iniciado y que el judeocristianismo conserva como el libro de
las Revelaciones o el Apocalipsis de San Juan.
La Dama con casco y
corona del escudo denota su doble función como reina y guerrera.
A pesar de los muchos intentos del catolicismo por desaparecer esta
imagen no lograron su propósito y así una nueva réplica se conserva en la
Iglesia de San Alfonso de Roma bajo el nuevo nombre de Nuestra Señora del
Perpetuo Socorro.
Para no confesar su origen proveniente de la Orden
de los Constructores de San Juan, la iglesia de Roma dice referente a la
imagen que su origen es incierto, pero se estima que el retrato fue pintado
durante el siglo XIII o XIV, casi simultáneamente con el sello de
Estrasburgo. Este dibujo del medio cuerpo de la Dama o Señora de los
Constructores de Estrasburgo es, según la iglesia de Roma, una copia del
antiquísimo cuadro de la virgen pintado por San Lucas, olvidándose que Lucas
el evangelista fue médico amigo de Saulo-Pablo y que él nunca conoció a
Jesús y lo que escribió o se dice que escribió fue por lo que Saulo le
contó.
Al igual que el de Estrasburgo, el cuadro original de la
Dama o Señora del Perpetuo Socorro no llevaba halos y se dice porque en
aquella época no era común pintar aureolas. Los halos dorados fueron
añadidos mucho después. La imagen original sin aureolas fue venerada como
una pintura milagrosa en Constantinopla y fue destruida en 1453 cuando los
turcos capturaron la ciudad.
La Dama o Señora al ser Reina por la
Sabiduría y Obrera por el ejercicio del Amor y el Servicio, remarca su
condición con el niño que recibe y protege con la mano izquierda y soporta
con la mano derecha sobre su corazón. Hacia el ombligo o punta del sello se
encuentra el sello de la Orden y su ubicación en el escudo es el origen de
su sucesión que le viene de lo alto. El escudo donde exhibe las armas que le
son propias al oficio: el nivel, los malletes de los maceros y el compás,
están sostenidos por una media Luna.
La Luna representa al metal
Plata y como tal es sinónimo de Prudencia, Integridad, Obediencia, Firmeza,
Vigilancia, Elocuencia, estando obligados quienes lo usan a defender a las
doncellas y amparar a los huérfanos y esos también son los postulados de la
Orden de San Juan. La Dama con el niño es María Betania con San Juan,
quienes por mandato de Cristo: Mujer he allí a tu hijo, hijo he allí a tu
madre, se constituyen en Madre e Hijo. Madre como fuente de la Sabiduría
revelada e hijo como sucesor del Maestro.
La imagen griega de la
Señora del Perpetuo Socorro es un icono propio al misterio de la Orden de
los Constructores de San Juan, y su historia cuenta que en el siglo XV un
comerciante acaudalado de la isla de Creta tenía la bella pintura de la
Señora. ¿Cómo habría llegado a sus manos dicha pintura? No se sabe a ciencia
cierta. El mercader decidió llevar la pintura a Italia. Empacó sus
pertenencias, arregló su negocio y abordó un navío dirigiéndose a Roma. Los
fieles devotos de la imagen dicen que en la ruta se desató una violenta
tormenta y todos a bordo esperaban lo peor. El comerciante tomó el cuadro,
lo sostuvo en lo alto, y pidió socorro. La Señora respondió a su llamado con
un milagro.
Esta es la razón por la que los canteros de Estrasburgo
erigen la Catedral de Nuestra Dama (Notre Dame), y que luego sigan elevando
otras en Marsella, Reims, Chartres, Ronchamp y finalmente en la ciudad de la
Luz o París cuyo nombre viene de PARa ISis, la diosa Luna o Señora del
Egipto, patria origen de los constructores en los tiempos de Euclides.
Así se difunde el culto a la Señora Sabiduría, a María Betania la
compañera del Maestro, como la tradición de las Vírgenes Negras asociada a
los cátaros del medio día francés, donde el color negro de la Dama le
reserva el símbolo de lo incognoscible: la Sabiduría de Dios. Es esta figura
de María Betania como la viuda del Maestro y madre simbólica de Juan,
sucesor de Jesús tekton o constructor, lo que da origen a la tradición de
que cada masón de San Juan un genuino hijo de la viuda. Este mensaje del
ícono fue obligatoriamente cambiado por la clerecía de Roma e hicieron que
María sea una virgen y Juan se convierta en su Maestro Jesús, disponiendo
que a ambos se les impongan coronas y aureolas en todas sus
representaciones.
Expedito y los Cuatro Coronados son, entre otros
muchos, algunos ejemplos de los mártires del oficio a lo largo de la
historia de la Orden, que fueron asesinados por conservarse fieles a los
principios de los constructores de San Juan. Diocleciano, Emperador romano
desde el año 284 reorganizó el Imperio y convocó a Claudio, Nicóstrato,
Sinforiano y Castorio, constructores de las canteras de Panonia, para que le
hicieran una estatua con el fin de ser venerado. Los constructores se
negaron por su firme convicción gnóstica cristiana.
Expedito fue militar del Imperio Romano y tuvo a su cargo una legión y fue
parte de los constructores de San Juan. Vivió a principios del siglo IV bajo
el gobierno de Dioclesiano. Cuando resolvió ser iniciado en los misterios de
San Juan se aparece el mal en forma de cuervo gritando: cras, cras, que en
latín quiere decir mañana, o que tu decisión sea mañana, no tengas apuro.
Expedito, piso al cuervo diciendo: HIC ET NUNC que significa Aquí y Ahora
para denotar que las buenas decisiones se hacen HOY y sin postergaciones.
Desde allí FIAT LUX HIC ET NUNC es lema de la Orden.
Desde la
incorporación de Expedito y otros militares a la Orden de Constructores de
San Juan, que operaba al interior del Sacro Colegio de Arquitectos
Romanos y que marchaban detrás de las legiones, se impuso entre ellos el
sacramentum juanítico como el compromiso que se adquiría al ser alistado.
Sacramento no es sólo el compromiso sino fundamentalmente la gracia que
adquiere el comprometido de recibir una información secreta o mistérica, que
le servía para hacer los cambios conductuales en su vida y pasar de una
existencia desordenada y confusa a una vida armónica, amorosa y servicial.
A comienzos del siglo XVIII el arte de la construcción seguía bajo la
dirección operativa de los abades y obispos cluniacenses.
Fue en
1714, cuando Inglaterra se independiza del poder católico escocés de los
Estuardo con la coronación de Jorge I de la familia alemana de los Hannover.
El preceptor de los hijos del rey Jorge I, el luterano Jaime Anderson,
fue designado para dar forma a una asociación profana denominada free
masonry, que esencialmente recusara todos los elementos juaniticos de la
masonería operativa y tradicional. Entre los primeros logros se consigna la
creación de la Gran Logia de Londres (1717), la publicación del libro de las
Constituciones con filiación antigua testamentaria y la creación de la
leyenda del Tercer Grado para sustituir al Maestro Jesús por la figura
de Hiram (1723).
Pocos saben que en 1714 un grupo de villanos que
fueron admitidos como obreros de construcción por los abades, pero sin
llegar al grado de maestros del oficio al no haber optado por una vida
monacal y consagrada a las virtudes, fueron convocados por algunos liberales
de tendencia anticlerical, para constituirse en Londres por sí y ante sí
como Logia Masónica y asumiendo como distintivo el nombre de la taberna
donde se reunían. Posteriormente, convocaron a otros cinco grupos profanos
que se definían a sí mismos como libres y de buenas costumbres, para crear
una asociación que combinara la organización de su estructura con el
lenguaje de los constructores de las Logias Masónicas que existían en
Escocia, Irlanda y la misma Inglaterra, bajo la dirección de los monjes
cluniacenses. La idea según se dijo fue convertirse en un punto de encuentro
neutral de personas de diferentes ideologías, como una copia en versión
menos selecta y más popular de lo que entonces practicaba la Royal Society.
Dos de esos grupos no estuvieron de acuerdo y los otros cuatro se declararon
a sí mismos como Logias de constructores (sin serlo realmente) y fundaron la
Gran Logia de Londres en 1717.
Esas cuatro Logias fundadoras –
salidas de la nada - se denominaron: La Oca y la Parrilla, La Corona, El
Manzano y El Cubilete y las Uvas, asumiendo por nombre el de las tabernas en
donde se reunían.
Cinco años más tarde, en 1722, Felipe Wharton, que
tenía un pésimo prestigio social y al que le acababan de otorgar el título
de Duque por su exitosa campaña de exterminio de católicos en Irlanda, fue
nombrado Gran Maestro a los 23 años de edad. Con el objeto de dotar a la
asociación de un reglamento por el cual gobernarse, se buscó la ayuda de dos
profanos: Jaime Anderson, pastor y preceptor de los hijos del Rey Jorge I y
Teófilo Desaguliers, pastor anglicano y miembro de la Royal Society. De allí
que no resulta extraño porque los artículos 1° y 2° de las Constituciones de
Anderson de 1723, sufriera dos modificaciones posteriores hasta lograr
definir a la nueva Masonería moderna como una réplica de los fundamentos de
la Royal Society.
Para quienes en nuestro país aún niegan la
Masonería de San Juan, es bueno adjuntar la tapa de los rituales que se
usaban en el Perú hasta antes de la fundación de la otrora Gran Logia
Inglesa de York el 25 de marzo de 1882, con el apoyo y bajo la dirección de
los coroneles chilenos de ocupación. Debe notarse que en aquella época Perú
y Chile eran una única jurisdicción masónica.
Las Constituciones de
los canteros de Estrasburgo, Ratisbona, Milán y de todas las ordenes de
imagineros y constructores de San Juan anteriores a la francmasonería de
Anderson, revelan su filiación a la Orden del Muro y la Madera.
La revuelta independentista judía fracaso en el año 70 y Roma dispuso
el cierre de las sinagogas y la expulsión de los judíos de Palestina.
Algunos consideraron oportuno mimetizarse con los gnósticos de San Juan y
modificaron la historia de Jesús Maestro por Jesús hijo del Dios, creando lo
que hoy se conoce como la iglesia católica. La nueva historia fue impuesta
como dogma en el Concilio de Nicea del 325, para lo cual se oficializan los
neo evangelios de Mateo, Marcos y Lucas y se obligó a la quema de los
evangelios gnósticos, los que fueron reencontrados en la localidad de Naj
Hammadi en 1945, dos años antes que los manuscritos del Mar Muerto.(Para
mayor información léase LA GNOSIS DE JESÚS del mismo autor)
El Sacerdocio juanítico es un compromiso de gestión que se asume como
muestra de servicio. Para alcanzar el sacerdocio se requiere conocer los
tres grados de la construcción. Los Presidentes o Venerables de logia eran
por eso genuinos sacerdotes. Los constructores tienen que combatir
permanente contra los apegos y las emociones, entre ellos la Ignorancia, la
Hipocresía y la Ambición. Este símbolo de la guerra y la construcción se
aplica desde los primeros años de la introducción de la Orden en el Colegio
de Arquitectos Romanos, como la nueva usanza de las legiones romanas, donde
los constructores solían marchar a la retaguardia de los ejércitos del
Emperador para ir reconstruyendo lo que las tropas destruían. De allí la
asociación del casco como símbolo de guerrera y de obrera.
Todos
los OLD CHARGES hacen referencia a los mártires como patronos de la Orden.
Los constructores de la Antigua Orden del Muro y la Madera de San Juan eran
tan conocidos por sus votos de humildad que los cantos de cuna populares los
aludían con coplas que decían: aserrín aserran los madereros de San Juan
piden pan y no le dan, piden queso y menos eso, piden ají y eso si.
EL
SECRETO MEJOR GUARDADO. Licia Chuecas, 2005
Búsqueda en el
|
Copyright © 2018 - Todos los derechos reservados - Emilio Ruiz Figuerola