
Cada logia bajo la Constitución inglesa tiene un Cuadro de Dibujos 
(Tracing Board) para cada uno de los tres grados. ¿Cuál es su punto? ¿Realmente 
agregará algo a nuestro estudio de los símbolos y alegorías masónicas? ¿Podrían 
las lecciones impartidas por cada ceremonia de grado ser menos completas sin los 
Cuadros?
Esta es una cuestión compleja; en cierto nivel es cierto que podemos 
aprender todo lo que el ritual enseña sin ninguna ayuda visual. En otro nivel sin 
embargo, los Cuadros de Dibujos contienen pistas; pistas acerca de aspectos de la 
enseñanza de los tres grados que no aparecen como evidentes en las palabras de ritual 
impreso de hoy día.
Tenemos que recordar que la impresión de textos rituales 
claros es una práctica bastante moderna.
Hay indicios de que en aquellos días 
cuando el ritual se transmitía por tradición oral, se impartía mucho más conocimiento 
a los hermanos.
Esa es la única manera por la que podemos explicar, por ejemplo 
que los Grandes Principios sobre los que se funda la masonería, Amor Fraternal, 
Confianza y Verdad, solo se comunican a los Aprendices cuando les enseñan las cuestiones 
pendientes desde el primero al segundo grado- y que no se mencionan en ninguna parte 
del primer grado.
En forma similar con dos de los más ricos depósitos de alegorías 
masónicas, los nobles cinco ordenes de arquitectura y las siete artes y ciencias 
liberales: se habla solo de dos grupos de pasos en una escalera, una de cinco y 
otro de siete. Esas alegorías crucialmente importantes no se exponen ahora en ninguna 
parte, a menos que se lean las “lectures” de Emulación.
Sin embargo, si examinamos, 
por ejemplo, algunos de los Cuadros americanos del siglo 18 hallamos intrincados 
diseños con los órdenes de arquitectura, lo cual deja claro que el Maestro u otro 
masón a cargo de la instrucción de los hermanos más jóvenes debe de haber hecho 
todo lo posible para profundizar en las diferencias y significados de los cinco 
órdenes.
 
 
En Londres, 1762, una “Divulgación” titulada “Jachim and Boaz” 
se publicó con el siguiente pasaje:
“El (el candidato), también aprende el paso, 
o como avanzar hacia el Maestro en el Dibujo del suelo, el cual en algunas logias 
semeja la Gran Construcción, llamada palacio de mosaicos y debe describirse con 
la mayor exactitud posible. También hay dibujadas otras figuras una de las cuales 
se llama la Cuerda de Lazos y otro el Trono tachonado de estrellas.”
“En algunas 
logias, el miembro recientemente admitido es obligado a tomar un estropajo de un 
balde agua y limpiar el dibujo hecho en el suelo, lo que lo sume en cierta confusión 
pero provoca una gran alegría entre los demás hermanos”.
En otras palabras, que 
tenían un gran cuidado de que las imágenes dibujadas en el suelo no pudieran ser 
vistas por el mundo profano.

Desde la mitad del siglo 18 en Inglaterra los diseños se reproducían 
en tapices o alfombras con lo que se terminó con el laborioso lavado cada vez que 
se cerraba la logia.
Estas prácticas fueron copiadas en el continente, en Francia, 
Alemania y Austria en la forma de tapices de logia o carpetas. Una divulgación posterior 
muestra una logia francesa en trabajo, reproducida en un grabado, mostrando a los 
hermanos situados a cada lado de un tapiz de piso con símbolos dibujados sobre el 
mismo.
Más tarde, las telas fueron apoyadas en una tabla o en caballetes y de 
allí la práctica de ejecutar el diseño sobre una tabla rígida.
De acuerdo a Ferry 
Haunch en su trabajo para las Transacciones de la Logia Quatur Coronati Nº 2076, 
hay cierta evidencia de que el término “tabla de caballete” (trestle, trassle y 
training board con otras variantes) quedaron en forma corrupta como “traising” para 
finalmente fijarse en “tracing board”.
En los Estados Unidos, el término “trestle 
board” se sigue usando para este propósito.
Muy pocos cuadros anteriores a 1800 
han sobrevivido, pero después de ese año la fama de ciertos diseñadores ingleses 
llego a primer plano, incluyendo a John Cole, cuyos grabados aparecieron en 1801, 
y John Browne el autor del famoso “Master Key” (1798) diseñó un juego de cuadros 
a todo color cerca de 1800.
Con la llegada de cuadros diseñados por Josiah Bowring, 
un pintor de retratos, puede verse un intento de producir un cuadro estéticamente 
agradable, empleando la perspectiva e incluyendo más detalles que sus predecesores. 
Los cuadros de Bowring ciertamente superan el estándar de los que vinieron después. 
De esos, por lejos, el más logrado fueron los de John Harris, cuyo prolífico trabajo 
dejó un juego de cuadros diseñados en 1820, 1825, 1845 y 1849. Los Cuadros de Harris 
de 1845 fue el que ganó el premio propuesto por la Emulation Lodge of Improvement 
(Logia de Perfeccionamiento) en ese año.
Esos cuadros, de 6 x 3 pies de tamaño 
(1.80 x 0.90 m) son los que aún se emplean en la mayoría de nuestras logias hoy 
día.
Las logias europeas continentales frecuentemente tienen carpetas o tapices 
de piso en lugar de tablas rígidas.
La logia Pilgrim Nº 238 de Londres, que trabajó 
en lengua alemana desde 1749 usa una de estas carpetas.
Desde el restablecimiento 
de la francmasonería en países que estaban previamente bajo el comunismo, las logias 
han trabajado con carpetas diseñadas en los inicios del siglo 20 cuando había un 
arte masónico floreciente.
Vemos carpetas de logia tejidas en Alemania con vibrantes 
colores y atención en los detalles que han excedido los límites de los diseños del 
siglo 19 empleados en Inglaterra.
También Cuadros diseñados por el artista húngaro 
Ferec Sebock donde una forma de Art Deco se transmuta en una manera surrealista.
 
 

Cuadros de Ferenc Seboc
En los Estados Unidos los Cuadros no son usados en general, excepto 
en aquellas logias que trabajan bajo el ritual inglés, aunque existen espléndidos 
ejemplos de cuadros de intrincada elaboración y tapices que son propiedad de los 
museos.
La francmasonería, después de todo, trata con símbolos y alegorías que 
las palabras no pueden expresar, y una imagen visual nos da un medio de usar nuestra 
propia visión para decodificar el mensaje. El Cuadro está allí justamente para eso, 
presentar el plano de la construcción y desarrollar la manera de que podamos recibir 
su mensaje y aprovechar de ello.

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