
Mujeres albañiles construyendo los muros de la ciudad. Collected Works of Christine de Pisan Cié des Dames.
	Ms. Harley 4431, f. 290. Francia, siglo XV (British Library, Londres)
			  
Mujeres albañiles construyendo los muros de la ciudad. Collected Works 
of Christine de Pisan Cié des Dames. Ms. Harley 4431, f. 290. Francia, siglo XV 
(British Library, Londres) 
En la Edad Media, las corporaciones de 
arquitectos y picapedreros estaban integradas fundamentalmente por hombres. Sin 
embargo, existen ejemplos de la presencia de mujeres en estas organizaciones. Ya 
en el siglo XIII era aceptada la pertenencia de mujeres en las cofradías 
profesionales, como es el caso de las hilanderas, integradas exclusivamente por 
mujeres, o incluso en profesiones identificadas en aquella época por hombres, 
como la corporación inglesa de los Carpinteros de Norwich, a la que pertenecían 
los albañiles de York y que en 1375 menciona la pertenencia de "hermanos" y 
"hermanas".
En los archivos de la Logia de York N° 236, existe un manuscrito 
ritual de 1693 que, refiriéndose al momento de la recepción en la Logia, dice: 
“Uno de los antiguos toma el Libro, y aquél o aquella que debe ser hecho masón, 
posa las manos sobre el Libro, y le son dadas las instrucciones”.
En otras 
corporaciones de oficio como las de los carpinteros, impresores, papeleros, etc. 
también encontramos a mujeres desempeñando la maestría.
Cabe preguntarse 
¿cómo fue posible que en una sociedad tan misógina como la medieval las mujeres 
llegasen a insertarse en el gremio mejor reputado? Desconocemos cómo eran las 
relaciones de género en las cofradías de constructores, pero nos inclinamos a 
creer que la percepción que los masones operativos tenían de la mujer (y también 
de sí mismos como obreros de un arte sagrado) debía estar más próxima al 
arquetipo construido por el Amor Cortés (la excelencia) que al arquetipo 
construido por la literatura tradicional misógina (la vileza). De lo contrario, 
a las mujeres no les habría sido permitido acercarse al oficio de la 
construcción y aprender sus misterios. Igualmente, el carácter iniciático y 
sacro del oficio, debía reforzar en las obreras (a las que a menudo los obreros 
estaban unidos por lazos de matrimonio o sangre) un estatus femenino de 
excelencia, ya que se trataba de mujeres de conducta intachable (exigencia sine 
qua non de ingreso también para los hombres) con las que se compartía en mayor o 
menor grado los misterios del Arte Real. Puede decirse que las cofradías de 
constructores, en la medida que incorporaban mujeres (como profesionales o en 
tareas asistenciales) no participaban de la misógina de muchos de sus 
contemporáneos, puesto que de haberlas considerado perversas y estúpidas por 
naturaleza, no las habrían iniciado.
La gran mayoría de las mujeres que 
ejercían algún tipo de actividad laboral en las ciudades se ocupaban en talleres 
artesanos, si bien en puestos de mayor o menor importancia y con un rendimiento 
muy variable. No se trataba tan solo de «familiares que prestaban ayuda» en un 
negocio particular, sino también de personas independientes o dependientes con 
un puesto en el gremio o en un taller no afiliado al mismo.
Los artesanos 
encargados de la confección de vestidos y de productos de lujo solían 
constituirse en gremios que admitían a mujeres en calidad de aprendices, 
oficiales o maestras artesanas. Esto ocurría sobre todo en los talleres que 
fabricaban paño de cañamazo o lana, pero también las empleaban los sastres, los 
peleteros, y bordadores de oro y seda ¬ —estos últimos solían ser talleres 
dirigidos por mujeres que en ocasiones llegaron a fundar gremios exclusivamente 
femeninos, como los de París y Colonia.
Uno de los primeros gremios que 
concedieron los mismos derechos a hombres y mujeres fue el de los peleteros de 
Basilea, fundado en el año 1226. Las mujeres que pertenecían al mismo estaban 
autorizadas a trabajar, a comprar y a vender en las mismas condiciones que los 
hombres. Ciudades como Colonia, Francfort del Meno, Ratisbona, Lübeck y 
Quedlinburg contaban con gremios de peleteros que admitían a mujeres como 
miembros de pleno derecho. Lo mismo puede decirse, si bien en algunos casos se 
daban variaciones, de los gremios de la mayoría de las ciudades centroeuropeos 
del bajo Medievo correspondientes a las industrias dedicadas a los productos 
textiles que se han mencionado.
Otro sector con una acusada presencia 
femenina fue la industria de víveres, como las tahonas, con sus diversos 
productos (tahonas de pan, pasteles, tortas o pastas), las carnicerías, las 
pescaderías, las almazaras, los viveros y las fábricas de cerveza. Estas eran 
las ocupaciones en las que se emplea a las mujeres con mayor frecuencia, aparte 
de la industria del textil, a pesar del esfuerzo físico que requería la 
producción de cerveza y la venta de este tipo de productos. La presencia de 
mujeres en otros oficios que implicaban un gran esfuerzo físico también era 
considerable: además de las tareas de lavar y blanquear ropa, que hoy en día se 
encuentran entre las ocupaciones específicamente femeninas, ejercían lo que hoy 
parecen ser «profesiones típicamente masculinas» pertenecientes al sector de la 
metalurgia y la construcción.
Muchas mujeres trabajaban también en el sector 
de la construcción, como por ejemplo en Basilea, donde se las admite como 
miembros de los gremios de albañiles, estuquistas y carpinteros. Pero ciertos 
indicios parecen apuntar a que esto constituía más bien un acto fraternal con 
respecto a las esposas y parientes femeninos de los miembros del gremio.
En 
muchos otros gremios se les permitía convertirse en maestras artesanas 
independientes, tanto si eran solteras como casadas, hijas o viudas de maestros, 
pero para ello debían someterse a un aprendizaje que duraba varios años. Como 
miembros del gremio contaban con los mismos derechos y estaban sujetas al mismo 
control y a los mismos deberes y obligaciones tributarias que los hombres de la 
comunidad —como el servicio militar y servicio de vigilancia, que las maestras 
artesanas debían encomendar a uno de sus oficiales, o sustituir por el pago de 
cierta suma de dinero.
Una vez que Europa se vio cuajada de catedrales e 
iglesias, el boom de la construcción comenzó su declive y los gremios vieron 
restringidas sus actividades económicas. Como en casi todos los momentos de la 
Historia en los que ha escaseado el trabajo, las mujeres que vivieron los 
albores de la Edad Moderna fueron paulatinamente relegadas en el mercado 
laboral, ya que los gremios experimentaron a partir de entonces, una creciente 
misoginia que concluyó siglos después, con la prohibición en 1668 de que las 
mujeres ejerciesen una actividad artesanal. A ello hay que añadir el influjo 
sobre la Iglesia y sobre el conjunto de la sociedad cristiana del pensamiento 
tomista y sus tesis estigmatizadoras de la mujer, que dominaron el imaginario 
colectivo durante el Renacimiento y el Barroco.
Extractado de: Claudia Opitz, 
“Vida cotidiana de las mujeres en la Baja Edad Media (1250-1500)”, en Georges 
Duby y Michelle Perrot (dir.), Historia de las Mujeres en Occidente, Madrid, 
1992, vol. 2, pp. 365-367.
PRESENCIA DE LA MUJER EN LA MASONERÍA 
OPERATIVA
La Masonería Especulativa moderna y sus epígonos siempre se han 
presentado como la única garantía de “regularidad” y autenticidad. Nada más 
inexacto. De hecho, la Masonería moderna supuso una aminoración y una decadencia 
ritual y simbólica, tal como se puede comprobar estudiando ciertos testimonios 
poco difundidos de la Masonería británica del siglo XVIII y anteriores.
La 
exclusión de la mujer en la Masonería Especulativa es un caso paradigmático de 
la inversión moderna de los criterios tradicionales. En efecto, en la Masonería 
Operativa la mujer de ningún modo estaba excluida por su condición. Es cierto 
que eran numéricamente escasas (casi siempre las esposas, hijas, hermanas, etc. 
de los Maestros) pero ello debe atribuirse a la escasez de fuentes de trabajo y 
no a otra cosa. En el más antiguo de los Old Charges (Antiguos Deberes) de la 
Masonería Operativa, el poema “Regius” (circa 1390) figuran textualmente las 
siguientes citas:
- Línea 42: “and love togeder as syster and brothur” (deben 
amarse como hermano y hermana).
- Línea 204: “but be togeder as systur and 
brother” (pero estar juntos como hermano y hermana).
- Línea 352: “As thawgh 
they were syster and brother” (como si fueran hermana y hermano).
También en 
el “York Manuscript” nº 4, actualmente custodiado por la Grand Lodge of York, 
aparece la siguiente frase: “... the Elders taking the Booke, hee or shee (sic) 
that is to be made Mason shall lay their hands thereon, and the charge shall be 
given” ( ... habiendo tomado el Libro los Ancianos, aquél o aquella (sic) que 
será hecho Masón colocará sus manos sobre el mismo, y el deber será dado). 
También en el manuscrito “Huddlestone derivado de la rama de los manuscritos 
“Colne”, en su segunda parte titulada “Orders to be Observed and Performed by 
the Company of Masons”, se lee textualmente en las instrucciones para prestar 
juramento: ... that He, or She, who is to be made fre …” (... Aquél, o Aquella, 
que será hecho libre...)
Existen muchos otros registros escritos (como el 
caso de Madame de Xantrailles, Teniente de los ejércitos revolucionarios 
franceses y masón) en el continente europeo, así como en las Islas Británicas 
donde, por ejemplo, se pueden mencionar a dos viudas que, en 1696, fueron 
nombradas como miembros de la Operative Mason’s Court. En 1714, en el sur de 
Inglaterra, Mary Bannister, hija de un peluquero de la ciudad de Barking, fue 
tomada como Aprendiz por el tradicional período de 7 años con un costo de 5 
libras que pagó a la Compañia de Masones. En los registros de la Mason’s Company 
de Londres, en 1663, figura como masón la viuda Margaret Wild. En el libro A 
serious and Impartial Enquire into the cause of the present Decay of 
Free-Masonry.... (Dublin, 1744) del Dr. Fifield Dassigny aparece una lista de 
“Suscriber’s Names” en la cual figuran tres mujeres entre las cuales se destaca 
Mrs. Aldworth quien, según la tradición, fue iniciada en su adolescencia luego 
de ser testigo involuntaria de una ceremonia masónica. 
En el libro 
Pituresque Quebec (Lemoine, pág. 234) aparece el siguiente fragmento: “In 1787 
Freemason’s Hall was purchased by the Society of Freemasons and on the 3rd. of 
November it was solemnly dedicated to Masonry, the ceremony being attended by 
Lord and Lady Dorchester, general Hope, and a numerous company of ladies and 
gentlemen who testified with much satisfaction to the regularity and decorum 
with wich it was conducted”.
En la revista “Freemason’s Magazine “ de 1796, 
al describir la tenida de la Gran Logia Provincial del condado de Kent llevada 
acabo el lunes 16 de Mayo de ese año aparece textualmente el siguiente párrafo: 
“... In addition to this uncommonly brilliant, numerous and respectable 
procession, much beauty and elegance was derived from the LadyMasons who 
assembled in great numbers, dressed in white and purple and after joining the 
procession were politely conducted into the Church by the Provl. Grand 
Master...”.
Se ha alegado que la exclusión de la mujer en la Masonería, se 
debe a que la iniciación de los constructores, por su propia naturaleza, no es 
apta para la mujer dadas las exigencias físicas. Tal crítica demuestra una doble 
ignorancia acerca de la iniciación masónica por las siguientes causas: 
Primeramente, la iniciación de los constructores no se reduce únicamente a 
rústicos picapedreros sino que incluye a todo Oficio que utilice la escuadra, el 
compás, la regla, el mazo, el cincel, etc. en sus trabajos. De este modo, los 
pintores, escultores, cerrajeros, iluminadores, vidrieros, tallistas, etc. 
serían aptos para la recepción de mujeres en su seno. Y así sucedía ya desde la 
En la Edad Media. En segundo lugar, los antiguos Masones Operativos no tenían 
ningún tipo de prejuicio para recibir mujeres aún para las tareas más pesadas. 
Así lo prueban fehacientemente diversos documentos medievales, tales como Listas 
de Pagos de obras de construcción de iglesias, catedrales y castillos, donde 
figuran familias enteras (padre, madre, hijos e hijas) realizando las mismas 
tareas sin ningún tipo de distinción. He aquí algunos documentos incontestables:
- En el Rollo de Pagos de la construcción del Caernarvon Castle (1304-5) 
realizados por el chambelán Thomas de Esthall, con visado y testimonio del 
Maestro Masón Walter de Heresford, Master of the Works, así como también en el 
“Account Book of the new haven, Chester- 1567-8” figuran muchas mujeres 
realizando tareas de construcción igual que el hombre.
- En el manuscrito 
titulado “Anno Domine 1613-A Booke of the Buyldinge Charges at Boulsover the 
yeare of oure Lorde God: 1613-Begininge the 2th. of November 1612” en que se 
inventarían los gastos de la construcción del Boulsover Castle (1613) la 
proporción de mujeres trabajando en la obra es sensiblemente mayor. En el 
cómputo de mujeres realizando trabajos de Masonería Operativa en este edificio 
aparecen 24 mujeres y 5 chicas que cobraban 3 y 4 libras. Dichas mujeres y 
chicas eran empleadas para demoler el muro viejo, ayudar a los colocadores 
(layers, setters), acarrear arena y pedregullo, tamizar piedra y arena, limpiar 
helechos y enredaderas que recubrían los muros viejos, cavar los cimientos (“at 
the foundations”) y construir el horno de cal (“at the lime kiln”). Durante 
muchas semanas, sobre todo en verano, 8 o 10 mujeres y chicas eran empleadas al 
mismo tiempo y en muchos casos aparecían dos o más miembros de la misma familia 
– varones y mujeres – trabajando al mismo tiempo en la obra. Así aparecen un 
“William Yaevlee” como trabajador, un “Thomas Yeavlee” entre los chicos, la 
esposa de Yeavlee (“Yeavlee wiffe”) y una “Bess Yeavlee” entre las mujeres. 
Otros apellidos de familias que figuran en la documentación son los siguientes:
- “Rodes”: un cantero, una mujer y un niño. 
- “Robeson”: dos aserradores 
(padre e hijo), un trabajador, su esposa (“Alse”) y una mujer (“ Mary “).
- “ 
Kichen”: un trabajador y sus hijos, un chico, una mujer, una chica, un 
carretero.
- “Godlye” : una mujer casada y su hija. 
- “Breeden”: una 
mujer y una chica. 
- “Wynter” : dos mujeres.
- “Fleming”: un cantero y su 
esposa. 
- “Johnson” : un trabajador y su esposa. 
- “Robe “ : un 
trabajador y su esposa. 
Algunas de las “entries” del documento dicen 
textualmente: 
- “Women and boys taking down of the old walls: P(ai)d. Marye 
Welles and other women for 100 days’work at 3d. the day 25s. P(ai)d. more to 
others for 23 days at 2d. the day 3s. 10 d”.
- “Women and boys at the 
carriage of earth and stone out of the foundations: P(ai)d. Mariate and Godlye 
for 20 days 5s. Wynter and Rogers for 16 days 4 s. P(ai)d. Kichen and Barber for 
13 days 3s. 3d. Pd. Godlye and Werewick 19 days 4s. 9d. Pd. Breden and 
Bruckfeeld 17 days 4s. 3d. Pd. Hogeskinson and Robe wiffe 10 days 2s. 6d. Pd. 
Yeavlee and Breeden for 10 days at 2s.6d”. 
- “The lime burner and women both 
at the lime kiln and at the foundation: 
Pd. 2 Robensones for 14 days 3s. 6d.
Pd. Miller and Welles for 13 days 3s. 3d. 
Pd. Shipston and Hogkinson 14 
days 3s. 6d.
Pd. Bruckefeelde and Willson for 7 21d.
Pd. Yeavlee for 10 
days 2. 6d. 
- “The lime burner and women both at lime kiln and at the 
foundation: 
Pd. Willson for 11 days at the lime kiln at 10d. the day 9s. 2s.
Pd. the 2 Breedens for 16 days 4s. 
Pd. the 2 Robensons for 17 days 4s. 
3d. 
Pd. Shipston and Willson for 21 days 5s. 3d.” 
- “ 6 women at the 
lime kiln: 
Pd. Miller and Robenson for 19 days 6s. 4d. 
Pd. Robenson and 
Yeavle for 25 days 8s. 4d. 
Pd. Shipston and Hogskinson for 21 days 7s. 
- 
“Women and boys at the foundation serving layers: 
Pd. Breeden and Kichen for 
days 18 4s. 6d. 
Pd. Willson for 4 days 12d. 
Pd. Kichen and Robartes for 
17 days 2s. 10d.
- “The lime burner and 6 women at the lime kiln and the 
foundation: 
Pd. Norwoode for 11 days 6s. 5d. 
Pd. Robenson and Yevlee for 
22 days 7s. 4d. 
Pd. Miller and Hoginson for 21 days 7s. 
Pd. Kichen and 
Breeden for 20 days 6s. 8d. 
- “Women at the foundation and carrying of sand:
Pd. Yavlee and Robenson for 16 ½ days 5s. 6d. 
Pd. Ward and Shipstone for 
16 days 5s. 4d. 
Pd. Breeden for 5 days 18d. 
Pd. Kichen for 8 days 16d.
- “ The lime burner and 6 women at the lime kiln: 
Pd. Norwode for 8 days 4s. 
8d. 
Pd. Robenson and Hogskinson for 16 days 5s. 4d. 
Pd. Kichen and Rodes 
for 16 days 5s. 4d. 
Pd. Miller wiffe and some Breeden for 17 ½ days 5s. 10d.
- “The lime burner and 6 women at the lime kiln: 
Pd. Norwood for 11 ½ 
days 6s. 10d. 
Pd. Robenson and Woode for 23 days 7s. 8d. 
Pd. Robenson 
and Rodes for 23 days and 7s. 8d. 
Pd. Miller wiffe for 11 ½ days 3s. 10s.
Pd. Hogskinson for 8 ½ days 2s. 10d. 
- “Women and boys at the 
foundation: 
Pd. Breed and Shipstone for 17 days 5s. 8d. 
Pd. Yeavle at 
3d. Kichen at 2d. for 23 days 6s. 6d. 
- “The lime burner and women at the 
foundation: 
Pd. Norwoode for 9 days at 7d. 5s. 3d. 
Pd. Hoginson and 
Rodes for 15 days 5s. 
Pd. Robinson and Warde for 17 days 5s. 8d. 
Pd. 
Robinson and Miller for 17 ½ 5s. 10d. 
Pd. Breeden and Yeavlee for 17 days 
5s. 8d. 
Pd. Ellen Kichen for 8 ½ days 2s. 1d. 
- “The lime burner and 
women at serving the layers with filling stone and carrying of sand to the lime 
kiln: 
Pd. Norwood for 9 days at 7d. 5s. 3d. 
Pd. Rodes wiffe for 9 days 
3s 
Pd. Alse Robenson for 9 days 3s. 
Pd. Miller wiffe for 9 days 3s. 
Pd. Margerye Warde for 9 days 3s. 
Pd. Marye Robenson for 9 days 3s. 
Pd. 
Yeavlee wiffe for 9 ½ days 3s. 
Pd. Bese Yeavlee for 5 days 20d. 
Pd. 
Hogskinson for 8 days 2s. 8d. 
Pd. Kichen for 8 days 2s. 
Pd. Breeden for 
2 days 12 d. 
- etc., etc.
Todas las “entries” consignadas 
anteriormente son absolutamente textuales aún con sus errores y variaciones 
ortográficas debidas a la antigüedad del documento.
Parece innecesario, 
por tanto, continuar sumando pruebas de la pertenencia de la mujer a la 
Masonería Operativa y de su lógica “regularidad” masónica.
Dr. Jorge 
Francisco Ferro, Apéndice al “Diccionario Masónico – Entre Columnas”, ed. Lumen, 
Buenos Aires, 2007, pp. 287 y siguientes.

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