Carta de Ricardo Palma a
Nicolás de Piérola
La carta de Ricardo Palma a Nicolás de Piérola: no son chilenos los que nos han vencido sino nuestros vicios. El tradicionalista reportó para diarios de América y para su círculo de amigos, la ocupación chilena de Lima descarnadamente. Un pasaje de sus relatos desnuda traiciones y corrupción en nuestra clase política y militar.
Lima, Junio 27 de 1881
Excelentísimo señor don Nicolás de Piérola.
Mí distinguido amigo: Los peruanos hemos tenido siempre en poco a la prensa.
Por eso los chilenos nos ganaron de mano comprando aliados en la prensa europea
que, salvo excepciones, nos ha sido y es generalmente hostil. Nuestros gobiernos,
generosos hasta la prodigalidad, han sido siempre tacaños en materia de prensa…
…Periodista ha sido usted, conoce a fondo el oficio y no necesita, por lo tanto,
que le ponga puntos sobre las íes para estimar la conveniencia o inconveniencia
de tener en Panamá un órgano exclusivamente peruano, ya que en Lima es ello imposible
mientras nos dominen chilenos y achilenados…
…La continuación de la guerra, por
nuestra parte, la tengo por otro lado imposible. ¿Por qué? Porque en nuestro país
desventurado no hay virilidad ni patriotismo, porque la anarquía nos gangrena y
porque la corrupción está infiltrada no sólo en los hombres de nuestra generación
sino en las venas de la generación llamada a reemplazar la nuestra. ¿Qué pueblo
este donde ochenta y nueve coroneles y cincuenta y siete tenientes coroneles suscriben
el compromiso de no tomar las armas contra el invasor? El tesoro público habrá mantenido
durante años y años a tanta y tanta sanguijuela, para que, cuando la patria necesita
de ellos, se conviertan en inofensivos gusanillos. ¡Y qué militares! Salve usted
a la patria con los que tan cobardemente corrieron en San Juan, y con fanfarrones
cuando el peligro está distante…
Por cada diez militares pundonorosos y dignos
tiene usted noventa pícaros, para quienes el honor, el deber, la patria y la honra
son palabras huecas. Para formar ejército tendría usted que empezar fusilando la
mitad siquiera de los militares. Como ya sabe usted que en San Juan hubo jefes,
y no pocos, que por salvar incas (billete circulante), sacrificaron todo, menos
la vida por supuesto. Coronel hubo que el 15, a la hora en que se batían algunos
de sus soldados en Miraflores, llegaba a Huacho.
No son armas ni municiones los
que más necesitamos para escarmentar al enemigo chileno y vengar los pasados desastres.
Es patriotismo y unión, o lo que es lo mismo son virilidad y virtud lo que nos hace
falta. Con ellas ¿sería posible que Lima, ciudad de 130,000 almas, se encontrara
sujeta por una guarnición chilena de 3,000 hombres?...
…No son chilenos los que
nos han vencido sino nuestros vicios, y consecuencia de ellos es la escasez de hombres
para los puestos de compromisos.
Ricardo Palma.
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