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Rito Escocés Antiguo y Aceptado
del Guajiro
La Hermandad para toda la Humanidad
Este grado enseña sobre todo la importancia de la verdad y centramos
la atención otra vez en los Misterios Mayores según lo practicado durante el Cristianismo
más antiguo. La lección trata del andar a tientas del hombre buscando la comprensión
de si mismo y del universo en el cual él mora y por el cuál está rodeado, y de su
relación con la Deidad. En su búsqueda de la verdad, muy a menudo los hombres se
enredan en conflictos sobre dogma en lugar de concentrarse en la substancia del
Ser Supremo.
La Masonería no descree ninguna verdad, más al contrario reverencia
a todos los grandes maestros de moralidad. Está lejos de nuestro propósito decidir
entre posiciones conflictivas que acosan a los seguidores de Moisés, de Confucio,
de Zoroastro, de Jesús, de Buddha, de Mahoma y de otros. Rechazamos cualquier tentativa
de disminuir o de degradar a la Deidad, o de negar el destino glorioso del hombre,
o fomentar la inmoralidad o evadir los deberes que nuestra Fraternidad exige de
sus miembros.
Algunas cosas están más allá de nuestra jurisdicción. Por ejemplo,
no le decimos a un Musulmán que creer él en la divinidad de Mahoma es dependiente
a su creencia en un solo Dios. No le llamamos a un Hebreo hereje porque él rehúsa
creer que el Mesías nació en Belén hace 2.000 años. No les decimos a los Cristianos
que Cristo era solo un hombre, que la historia de su vida es solamente una revivificación
de antiguas historias similares. Hacer cualesquiera de estas cosas sería irreverente.
No pronunciamos tales palabras. Respetamos todas la creencias que no profanen la
Deidad. La Masonería no pertenece a ninguna secta, ninguna religión, ninguna época,
ningún hombre. Encierra y reverencia la verdad de todos.
Es por eso qué
florece y adquiere grandeza cuando se la toma con comprensión y tolerancia. La estructura
humana es traída al Templo del Espíritu Infinito concediendo que el hombre finito
no puede penetrar completamente la estructura infinita. Pero el fervor para la búsqueda
es proporcional con las recompensas de la trinidad de atributos de Dios: sabiduría
o inteligencia, fuerza o resistencia, armonía o belleza.
El taller masónico
es uno en el cual todos los hombres pueden explorar el misterio de la primera causa,
Dios; y pueden expresar a través de nuestra tenue comprensión humana una maravilla
en las fuerzas del universo tales como amor, bondad, sabiduría, misericordia, justicia
y benevolencia. Decimos simplemente que Dios habla en el alma de cada hombre que
vive y en toda la creación, en las estrellas, los árboles, el viento, la tierra,
el susurro de los pinos y el murmullo del arroyo, en la luz del amor y en la canción
de los pájaros y en la risa del hombre.
El propósito del Grado Veintiséis
es enseñar la virtud de la Misericordia. Por Misericordia se entiende el espíritu
de la compasión o ternura del corazón que predispone a la persona pasar por alto
el daño. Es más noble perdonar al ofensor que buscar la venganza.
Las Escrituras
Sagradas, tanto en el Viejo Testamento como en el Nuevo, están llenas de alabanzas
a Dios por su amor bondadoso y sus tiernas misericordias. La misericordia humana
mira a la misericordia de Dios como su modelo e inspiración. "Sed vos Misericordioso",
dijo el Maestro de Galilea, "incluso como vuestro padre es misericordioso". No tenemos
ningún derecho moral de buscar en las manos de Dios nada que nosotros neguemos a
otros. Solamente los que son misericordiosos pueden esperar obtener misericordia.
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