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Rito Escocés Antiguo y Aceptado
del Guajiro

La Hermandad para toda la Humanidad

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Grado 24º
Príncipe del Tabernáculo
R.·.E.·.A.·.A.·.


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Para ser considerado digno de recibir la antorcha de los Misterios, un aspirante debe haber dado suficiente evidencia de compasión, piedad y de justicia. Después de su Iniciación es requerido a manifestar fielmente las virtudes sociales para recibir las recompensas, tales como participación en las ceremonias. El uso de símbolos, la lengua universal de la teología antigua, era un vehículo esencial de la Comunicación Misteriosa. Una serie progresiva intentó recordar al hombre su origen Divino y cómo él puede finalmente volver. Le hicieron consciente de su identidad, de la nobleza de su creación, de la grandeza de su destino, y de su superioridad sobre los animales. De hecho, así como especulamos hoy sobre los enigmas de la naturaleza, vemos que los antiguos anticiparon nuestras ideas. Lo más profundo de sus pensamientos estaban encajados secretamente y profundamente dentro de los símbolos que utilizaron más elocuentemente que las palabras para expresar esas ideas sublimes que luchaban para ser lanzadas al contemplarse el gran conjunto de fenómenos: Nacimiento, Vida, Muerte, Resurrección, Eternidad, Dios.

El arreglo y la escena del Grado anterior se continúan en éste. Moisés preside una Logia llamada una Corte, en el campamento del desierto. Los Misterios Mayores están a punto de ser conferidos a un candidato que será sacerdote entre las Tribus de Judea. Primero, se hace la purificación según lo enseñado en nuestros Grados. Las fuerzas básicas de la naturaleza: el fuego, el agua, la tierra y el aire se utilizan para este propósito. Luego sigue la muerte y la resurrección simbólicas en medio de recitales de muchas leyendas de Osiris, Brahma, Dionisio y otras. Finalmente, la sustancia de los Misterios Mayores es impartida.

Originalmente estas ceremonias, al contrario de aquellas de los Misterios Menores, fueron rodeadas del secreto más grande y conferidas en lugares tales como cámaras o cavernas subterráneas, dentro de las pirámides, o en arboledas profundas, y generalmente conducidas a medianoche. Terrores y peligros verdaderos amenazaban a los candidatos a cada paso. La muerte simbólica era seguida de luces cegadoras en alrededores magníficos. Los candidatos eran introducidos a lo qué entonces se sabía de las ciencias, de la astronomía y de las artes; recibían claves del sistema secreto de jeroglíficos; aprendían el doble y a veces triple significado de los símbolos; eran enterados de la existencia de una Suprema Deidad, y de una creencia básica en la inmortalidad del alma.

Así como la posesión de este conocimiento dio a los líderes, a los reyes y a los sacerdotes una posición de comando sobre las masas mal informadas, en un grado menor pero real, hoy el conocimiento de estas verdades espirituales que impartimos a un Masón del Rito Escocés, lo prepara con posibilidades de liderizar a sus congéneres. Él tiene también por esta razón una responsabilidad personal de lograr una superación moral y espiritual de su país y de liderizar hacia una libertad, dignidad y fraternidad verdaderas entre toda la humanidad.

Los Grados Simbólicos de la Masonería son el cimiento, así como las primeras tres reglas de la aritmética preceden la ciencia de números o de matemáticas, y como las notas básicas en nuestra escala musical son la fuente para las combinaciones que producen las composiciones de los maestros. Todo Masón serio y estudioso sabe que en el Rito Escocés puede mirar al simbolismo, las parábolas y alegorías, los grandes logros, el conocimiento de lo sublime y a las verdades y filosofías profundas que han descendido de lo más sabio del pasado a través de los Misterios Mayores. Éstas tradiciones nos transportan a edades remotas de la antigüedad, mucho antes del amanecer de la civilización prehistórica, mucho mas allá del tiempo en que las inscripciones jeroglíficas fueron escritas y veladas al profano sobre las tumbas y los templos en el valle del Nilo. Esta sabiduría antigua, según lo enseña el Rito Escocés, era el pozo-vertiente de la Masonería que ha fluido a nosotros de muchos lugares del mundo.

El místico danés, Soren Kierkegaard, en su día también impulsó a buscar uno mismo su descubrimiento personal. Decía: "el asombro máximo es cuando un hombre puede decir de verdad: ' Yo me convertí en mi mismo!' " Sócrates se refirió a este mismo principio en esta simple guía: "Para encontrarte a ti mismo, piensa por tu cuenta." Esta práctica de la confianza en uno mismo rechaza la locura de exigir lo que otro debe hacer. Un verdadero YO es poseído de una seguridad interna que está libre de deseos compulsivos y de ilusiones. No busca la aprobación personal ni pierde su tiempo en los pesares del pasado o las anticipaciones del futuro. Busca mas bien un estado de auto-observación, libre de tensiones egoístas y luchas por la felicidad que piensa que otros pueden proveer, por ejemplo estimulaciones artificiales, actividades para lograr riquezas, y trepar socialmente y en los negocios. Entonces, asombrosamente, en lugar de desesperación amarga, búsquedas decepcionantes, más allá de pesares o miedos del futuro, la atmósfera de la verdadera independencia y libertad de la mente da lugar sin esfuerzo a la verdadera auto-realización y a la felicidad.

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