Manual del Maestro Masón Ritual de Emulación Venerable Hermano
John Sebastian Marlow Ward LA LEYENDA
Después de la investidura ceremonial del candidato, el Venerable
Maestro continúa el relato de la historia tradicional. Al menos esto es así en la
mayoría de los trabajos ingleses, pero en algunos trabajos escoceses la historia
entera se cuenta primero y, como consecuencia, el candidato y otro hermano interpretan
las partes principales. Quizás uno de los puntos más importantes es comprender el
significado correcto del nombre Hiram Abiff. En Un examen del Ritual Masónico
el comandante Sanderson da las siguientes interpretaciones interesantes que procederemos
a ampliar: “El nombre Hiram Abiff está tomado directamente del hebreo en Crónicas
2, Capítulo 4, Versículo 16, y significa Hiram Su padre. Hiram quiere decir la Exaltación
de la luz, su libertad o blancura, el que destruye; es de interés notar que
Abiff
significa en hebreo espigas de trigo, o frutos verdes, y solo hay una posibilidad
de que éste sea el título correcto de Hiram.” Teniendo presentes estas traducciones,
percibimos simultáneamente una serie entera de significados internos escondida en
el nombre del principal arquitecto. Tomando la interpretación cristiana de nuestros
rituales: en primer lugar debemos recordar que Cristo dijo “Si soy elevado (o exaltado)
arrastraré a todos los hombres hacia mí.” En segundo, Cristo murió para hacernos
libres, es decir, para darnos libertad de las ataduras de la muerte y el infierno.
En tercer lugar, los teólogos medievales no se cansaban de referirse a la blancura
y pureza de Cristo, y se relatan muchas leyendas hermosas y alegorías para enfatizar
y convencer de esta lección. Una sola frase bastará para recordar este aspecto de
Cristo, por ejemplo de Él se habla constantemente como “la azucena del valle”. En
cuarto lugar, Él vino a destruir las ataduras de la muerte y el infierno y no debemos
olvidar la antigua profecía que habla acerca del Cristo por venir y la serpiente,
representante de Satanás. “Te aplastará la cabeza, y tú serás golpeada en el calcañar”
(Gen. 3. v. 15.) Es de interés notar que Quetzalcóatl, el Preservador mexicano que
luchó y derrocó al gran gigante de mal, fue golpeado con violencia en el pie cerca
de una cascada de agua, muriendo a consecuencia de la herida y levantándose posteriormente
de nuevo de la tumba. De forma semejante, en India Krishna murió de una herida
de flecha en el talón. Es más, en los frescos medievales Cristo aparece representado
constantemente aplastando la cabeza del gran dragón bajo Su pie izquierdo, mientras
en Su mano derecha Él lleva un bastón que es una cruz. Estas escenas se denominan
normalmente “Los tormentos del Infierno”. En quinto lugar, si la palabra
Abiff
es la traducción correcta de la segunda mitad del nombre en cuestión, tenemos una
referencia clara al pan sacramental. Las espigas de trigo son sinónimos de la oblea
o pan consagrado que en los tiempos medievales era el único que tenían los laicos.
Mientras la traducción alternativa, “frutos verdes”, nos recuerda la frase bíblica
en que Cristo es “primicias de los que durmieron” (1Corin, 15. 20). Teniendo presente
esta posible interpretación cristiana, los Maestros Instalados percibirán la importancia
profunda de la palabra de paso que lleva del grado de Maestro Masón al de Maestro
Instalado. Además de estas interpretaciones cristianas de Hiram Abiff, hay otra
que, en algún sentido, puede considerarse más antigua, y cuya clave nos la proporciona
India. En este sentido, Hiram Abiff asume las características de Shiva el Destructor.
Primeramente, la “Exaltación de la vida” nos recuerda la leyenda según la cual en
cierto día Shiva aumentó de estatura hasta que sobresalió del Universo y, como resultado,
derrocó a Brahma el Creador y fue reconocido por Visnú como Su superior. En ese
gran día atrajo hacia Sí el principio y el fin de todas las cosas, Alfa y Omega,
y de aquí en adelante el nacimiento, y también la muerte, quedaron en Sus manos.
A continuación “Su libertad” se refiere al hecho de que, para el hindú pío, Shiva
concede, por la muerte, la liberación de las fatigas y angustias de este mundo,
y libera al alma para elevarse a mayores alturas de espiritualidad. En tercer
lugar, siempre se habla de Shiva como del “Gran Dios Blanco, blanco con las cenizas
del muerto que es siempre incinerado en Su honor.” No olvidemos que estas cenizas
se esparcen siempre a los cuatro puntos cardinales del Cielo. Cuarto, Él es en
Su mismo ser “El Gran Destructor.” Las “espigas de trigo” son símbolos de
Visnú
el Preservador, el Cual, según numerosas leyendas hindúes, fue muerto y resucitó
de entre los muertos, como pago a su lealtad al Señor de la Muerte, y por eso:
Quinto, nosotros obtenemos la idea de la Resurrección simbolizada en las espigas
de trigo, que se plantan en la tierra y generan una cosecha abundante, los “frutos
verdes” de los campos. En conexión con esto es bueno recordar también que el tema
central de los Misterios de Eleusis era la espiga de trigo que se mostraba al candidato
en el momento más solemne de toda la ceremonia y, de forma semejante, enseñaban
la doctrina de la resurrección de entre los muertos. El próximo punto que nos
choca en la leyenda es el número de artesanos que fueron “enviados a la búsqueda.”
La versión irlandesa es de interés peculiar, pues refiere que se trataba de los
doce que inicialmente conspiraron quienes fueron después “a la búsqueda”, y no un
nuevo grupo de quince. En muchos sentidos esto es más lógico y tiene ciertamente
un profundo significado simbólico. Es lógico en tanto que muestra que los doce
penitentes hicieron lo posible para reparar por siempre el daño que se hicieron
por haber escuchado los malvados planes de los otros tres, y el mandato subsecuente
del rey Salomón, ordenándoles que llevaran guantes y mandiles blancos como una marca
de su inocencia, es muy apropiado. Era el anuncio público de que el rey Salomón
perdonó su indiscreción y los descargó de responsabilidad por el crimen. Por
otro lado, en nuestra versión no hay ninguna razón lógica para que el rey Salomón
ordene a un grupo completamente nuevo de Compañeros que lleven estos emblemas de
su inocencia, dado que claramente no tenían nada que ver con el crimen y, más aun,
todos los otros, excepto los doce penitentes, eran igualmente inocentes, y deberían
también haber recibido instrucciones para llevar guantes y mandiles blancos. Debe
recordarse que estos guantes blancos, etc., no se dieron como premio por haber tomado
parte en la búsqueda sino que específicamente se ordenó llevarlos para manifestar
inocencia. El relato irlandés continúa narrando que los doce salieron juntos
del Templo y anduvieron en compañía hasta que llegaron a un lugar donde se encontraron
cuatro caminos formando una cruz; entonces se dividieron en cuatro grupos y tres
fueron al Norte, tres al Este, tres al Sur y tres hacia el oeste. Así pisaron el
Camino de la Cruz. En algunos trabajos irlandeses antiguos se nos dice que los tres
que fueron al Norte nunca volvieron. Esto implica simbólicamente que entraron en
el Lugar de la Oscuridad. Como la tendencia en la moderna Masonería irlandesa
parece ser ajustar lo esencial de su ritual a las formas inglesas, es sencillamente
justo que deje dicho que tengo una prueba tangible de esta versión de la leyenda
en un viejo mandil irlandés de 1790, el cual, a diferencia de los modernos mandiles
irlandeses, contiene varias escenas con sucesos del ritual. Una de ellas muestra
a los doce Compañeros separándose en el cruce de los cuatro caminos de la cruz.
Queda claro en todos los relatos, sean ingleses, irlandeses, escoceses o americanos,
que los canallas, los agentes de la muerte, fueron encontrados por los que tomaron
la dirección de Joppa, que está en el Oeste, pero nos quedamos con una gran duda
sobre si el cuerpo fue hallado en el Este o en el Sur. Simbólicamente, sin embargo,
debía estar claramente en el Sur, pues Hiram Abiff fue derribado, como Cristo, a
las doce del mediodía, cuando el Sol está en el Sur. Desde un punto de vista
práctico es bastante obvio que los canallas que estaban llevando el cuerpo lejos
nunca podrían haber alcanzado Joppa si hubieran ido hacia el Este, porque habrían
tenido que andar en semicírculo alrededor de Jerusalén, un procedimiento que habría
convertido en casi desesperada su oportunidad de huir. Yendo por el Sur ellos podrían
esperar despistar a sus perseguidores y entonces retroceder formando un ángulo,
alcanzar Joppa y escapar en barco. Que esto era su intención está claro en muchas
viejas formas de la leyenda, y sobre todo con las que se trabaja en América. Sin
embargo, el rey Salomón previo esta posibilidad y previno su huida prohibiendo a
cualquier barco navegar. En los trabajos americanos, uno de los oficiales de
la logia representa el papel de un capitán de buque, e incluso usa gorra marinera.
Los canallas vienen a él y le piden que los suba a bordo, pero se niega debido al
embargo pedido por el rey Salomón. Que el mismo hecho era conocido en los antiguos
trabajos irlandeses se comprueba con la pequeña escena en el mismo mandil irlandés
que pinta el arresto de los bribones a la orilla del mar, porque en el fondo hay
una nave. Interpretemos primero el significado de los trabajos irlandeses. Desde
el punto de vista cristiano, los doce Compañeros del oficio representan a los doce
apóstoles, con Matías reemplazando al traidor Judas. Pero en la interpretación no
cristiana, posiblemente más temprana, estos doce serían claramente los doce signos
del Zodíaco, buscando el Sol que se ha eclipsado. Nunca debemos olvidar que, además
del significado espiritual profundo oculto en nuestro ritual, hay también un mito
solar embebido que en el curso de los años se ha alegorizado y llenado con verdades
espirituales más profundas. Pero, siendo masones ingleses, debemos prepararnos
para encontrar una explicación de los quince. En los tiempos egipcios antiguos el
mes tenía 30 días, y el año doce meses, más cinco días extras. Ahora los primeros
quince, doce de los cuales se retractaron, probablemente representen la primera
mitad del mes, mientras la segunda mitad se representa por los quince que fueron
a la búsqueda. Pero el significado espiritual de los quince está bastante claro.
El hombre tiene cinco sentidos y triple naturaleza lo que implica que Cuerpo, Alma
y Espíritu deben cooperar intentando encontrar a Dios y emplear en esa búsqueda
sus cinco sentidos. Para que no haya cualquier equivocación, explicaré que se
considera que el hombre no solo tiene los cinco sentidos físicos, sino también los
correspondientes a Alma y Espíritu. La frase “ver con los ojos del Espíritu” es
perfectamente conocida y de forma semejante hablamos de los ojos del Alma. Para
dar ejemplos concretos: los estudiosos de ciencias psíquicas hablan constantemente
de clariaudición y clarividencia. Aunque no es necesario aceptar este tipo de fenómenos,
es bastante obvio que si el hombre sobrevive a la muerte en toda su Alma debe tener
medios de comunicación con otras Almas y estos corresponden de alguna manera a nuestros
sentidos físicos. De igual manera ¿cómo vamos a describir las visiones de los grandes
videntes y profetas relatadas en la Biblia, si no es porque poseen vista espiritual?
Teniendo esto presente, obtenemos la siguiente interpretación del destino que tuvieron
las tres logias de Compañeros que formaron los quince. Aquellos que no encontraron
nada representan los sentidos físicos de hombre, que resultan inútiles más allá
de la tumba; el siguiente grupo ha de representar al Alma pues, a pesar de la lógica
del mundo físico, es el Alma quien comprende que con la muerte no acaba todo, y
por esto es uno de ellos quien encuentra al Maestro. Pero el poder que nos dice
lo que es correcto y malo y que finalmente nos castiga por nuestras ofensas es lo
que llamamos conciencia, y así ciertamente es la Chispa Divina dentro de nosotros,
el Espíritu. Permítasenos ahora considerar los detalles relacionados con el descubrimiento
del cuerpo. La casualidad del arbusto tiene tal llamativa analogía con un relato
similar encontrado en La Eneida, donde Eneas encuentra el cuerpo del asesinado Polidoro
tirando de un arbusto que está cerca de él en la ladera de una colina16, que algunos
estudiosos sugieren que, en la revisión de nuestro ritual, este episodio se copió
de Virgilio. Pero, en ¿Quién era Hiram Abiff?, demuestro que ambos provienen de una
fuente antigua y tienen un significado alegórico. Una prueba que apoya este punto
de vista es que este árbol en concreto, la acacia, ha sido más o menos sagrado en
el Oriente próximo desde tiempo inmemorial. En Egipto antiguo las formas más tempranas
de la leyenda de Osiris relatan que fue una acacia lo que creció alrededor del ataúd
de Osiris y no un tamarisco como en las versiones posteriores. (Véase Un Examen
del Ritual Masónico, del comandante Sanderson). De la misma manera, este árbol
es sagrado en Arabia, India y en muchas partes de África, siendo la madera de Shittim
del antiguo Testamento de la que está hecha el Arca. No hay duda de que en esta
veneración a la acacia tenemos una supervivencia de la primitiva adoración a los
árboles, normalmente denominada “culto al árbol y la serpiente”. En India el árbol
assouata es considerado un símbolo de Trimurti, La Trinidad. Sus raíces representan
a Brahma, su tronco a Visnú y sus ramas a Shiva, el Destructor. De todos modos
podemos considerar a la acacia como un emblema de la resurrección en sí misma, pues
la diminuta semilla enterrada da un árbol poderoso cubierto con fragantes lozanías.
El relato de la manera en que nacieron los signos sustitutivos, aunque ingenioso,
difícilmente puede tomarse como histórico. Como ya hemos tratado previamente este
punto, solo diremos que todo estudioso del folklore es consciente de que, en la
inmensa mayoría de los casos, las leyendas que tratan de explicar el origen de una
cierta costumbre no dan el real, sino que meramente indican que el origen de la
costumbre se ha perdido debido a su gran antigüedad. La misma manera en que se
dan algunos de los signos es suficiente para indicar que no se originaron de la
manera sugerida, mientras, por otro lado, nosotros encontramos estos mismos signos
alrededor del mundo, con explicaciones completamente diferentes acerca de su origen.
Son, de hecho, antiguos hitos, y debe tenerse sumo cuidado para no alterarlos de
forma alguna. La captura de los malhechores es el siguiente suceso en la leyenda.
En algunos rituales se da con detalles muy interesantes de naturaleza pintoresca.
Todos están de acuerdo que fueron aprehendidos en una taberna y muchos dicen explícitamente
que estaba cercana a la orilla del mar. Algunos de los rituales afirman que se escuchó
a los fugitivos lamentarse como sigue. Uno dijo: “¡Oh, que mi garganta hubiera sido
cortada en lugar de haber hecho yo esto!”; mientras otro exclamó con mayor tristeza:
“¡Oh, que mi corazón hubiese sido arrancado en lugar de que yo le golpease!”; y
una tercera voz dijo entrecortada: “¡Oh, que mi cuerpo hubiera sido cortado en dos
en vez de que yo le golpease con violencia!”. Esta última versión es de interés
para explicar el origen legendario de las penalizaciones de los tres grados, y a
propósito muestra cómo la leyenda incorpora los hechos en una historia para explicar
algo cuyo significado original está perdido. En esta versión parecería como si los
canallas no hubieran pensado realmente matar a su víctima sino aterrorizarla, pero
en la excitación del momento perdieron la cabeza. Esto contiene simbólicamente
una valiosa enseñanza. Según una interpretación, los tres canallas representan “la
concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la jactancia de las
riquezas” (1 Juan, 2. 16). En otros términos, los pecados de la carne, los pecados
del alma, como la codicia, y el orgullo espiritual, el más mortal de todos. Ciertamente,
estos pecados destruyen física y espiritualmente al hombre, aunque quepa decir en
verdad que cayendo en ellos ningún hombre piensa destruirse a sí mismo. Desde el
punto de vista más estrictamente cristiano son los tres bribones Herodes, Caifás
y Poncio Pilatos y está absolutamente claro que Pilatos y Herodes de todos modos
no deseaban matar a nuestro Señor, pero quedaron atrapados en una posición desde
la que encontraron imposible escapar. Volviendo a la más profunda interpretación
mística, nosotros notamos que los canallas fueron encontrados en el Oeste, la región
de la Muerte, lo que nos enseña que la retribución justa para todos nuestros pecados,
sean del cuerpo, alma, o espíritu, nos llegará después de la muerte y aunque en
un sentido es Dios, aquí ensombrecido por el rey Salomón, quién castiga, en otro
sentido son nuestras cinco facultades espirituales las que nos juzgan. Nos auto-condenamos
nosotros y nada más podemos obtener, por consiguiente, que estricta justicia.
Sin pretender haber agotado este asunto, esta breve explicación del verdadero carácter
de los canallas y sus aprehensores debería bastar y solo mencionaremos de pasada
que aquí también parece haber una referencia astrológica medio olvidada a los tres
meses invernales que oprimen al Sol.