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El Templo Masónico




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AL.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.

EL TEMPLO MASÓNICO


I) PRELIMINAR.

En este trazado abordo los aspectos generales del Templo Masónico, con orientación a la práctica del R.·. E.·. A.·. A.·. en Gra.·. de Apr.·..

Su contenido será mejor aprovechado si se lo estudia en forma conjunta con la simbología del Gra.·. de Apr.·.; temática que he desarrollado en la anterior entrada. (Publicada con fecha 10 de diciembre de 2015 bajo el título “EL CUADRO DE PRIMER GRADO”).

En el Anexo I agrego una serie de fotos que estimo de utilidad para una superior interpretación del presente, tanto en lo que se refiere a la parte principal siguiente como a las referencias que se encuentran al final en el Anexo II.

Las imágenes incorporadas fueron tomadas de la red y tienen una finalidad ilustrativa. Si en algún caso se presentaran discrepancias entre las mismas y los textos se deberá estar a estos últimos.


II) CONCEPTO DE TEMPLO.

En el Diccionario on line WordReference.com el vocablo templo es definido con dos acepciones:

* Edificio o lugar público destinado exclusivamente al culto religioso.

* Lugar en que se rinde culto a un arte o una ciencia.

En ámbitos masónicos el término templo se suele interpretar como:

* Lugar destinado al culto de una Divinidad. (Nótese que desaparece la condición de “público” que se le asigna al templo en la primera definición).


III) CONCEPTO DE TEMPLO MASÓNICO.

Por lo tanto, desde el punto de vista exotérico y partiendo del concepto de “Templo” citado al final del punto anterior, resulta que: “El Templo Masónico es el lugar que se destina para que los masones rindan culto al G.·.A.·.D.·.U.·. y a la virtud a la que Él conduce.”

Otra definición posible: “El Templo Masónico es el edificio o el espacio físico en el que se reúnen los masones bajo los auspicios del G.·.A.·.D.·.U.·. para realizar su trabajo espiritual[1], moral y psíquico.”

Lo que conceptualmente se presenta como una definición simple en los hechos se complica por razones de índole política.

Así nos encontramos con algunas estructuras masónicas (Regulares e irregulares) en las que se tiende a reemplazar el vocablo Templo por los términos Logia y/o Taller.

Para lo cual, las significaciones conceptuales de esas dos palabras (Logia y Taller) se ampliaron indebidamente, asimilándolas a la de Templo.

En ese sentido, se utilizan definiciones como la siguiente: “La Logia o Taller es el local en el que los francmasones celebran sus asambleas o reuniones”. (Se suprime toda connotación espiritual)

De ese modo procuran ocultar la naturaleza religiosa que ha caracterizado a la masonería occidental desde sus orígenes, abriendo las puertas a un trabajo masónico laico que es a todas luces incompatible con el esoterismo iniciático que hace a la esencia de las Artes Real y Sacerdotal.

Pues, entonces, creo oportuno expresar con toda claridad que el trabajo masónico (el auténtico, no el de mera denominación) exige que se lleve a cabo en un Templo Masónico, que se efectúe AL.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·., que se realice con la presencia y bajo la dirección del Altísimo y que se ejecute por obreros creyentes en un Dios Creador y Providente. (HH.·. capaces de generar el Egregor necesario para cumplir los objetivos propios de la espiritualidad masónica).

Los grandes enemigos de la masonería, y me refiero a los masones ateos, agnósticos, politeístas, panteístas, deístas y cultores de la New Age que pujan por aniquilar la espiritualidad judeo-cristiana que dio vida a la masonería occidental, saben perfectamente que si logran esa primera meta también habrán conseguido su gran objetivo velado; que consiste en eliminar el Auténtico Arte Real, impulsor insobornable de la verdad y la virtud en un marco de libre pensamiento.

Como parte final de este item habré de señalar que el aspecto esotérico del Templo lo trato en los puntos siguientes, apresurándome a anticipar que la tarea que se viabiliza en las Tenidas (Cuando es correctamente ejecutada) permite alcanzar niveles espirituales que resultan inimaginables para la mayoría de los profanos y para gran parte de los MM.·. que, lamentablemente, se han extraviado en corrientes del pensamiento incompatibles con las profundidades de la actividad masónica.


IV) DISEÑO DEL TEMPLO MASÓNICO.

La comprensión del modo en que estos templos fueron diseñados exige tener presente que la masonería especulativa, tal como se la pensó en su nacimiento (Siglo XVIII de nuestra era), se nutrió de “…una concepción del mundo y del hombre basada fundamentalmente en el Arte Constructivo, imbricado con las restantes disciplinas que conforman la médula del Hermetismo[2]: la Alquimia[3], la Teúrgia[4], la Magia Natural[5] y la Astrología[6]-Astronomía[7], también llamada Ciencia de los Ciclos y de los Ritmos, sin olvidarnos de las distintas corrientes de pensamiento procedentes de las Religiones de Misterios, del Pitagorismo, del Neoplatonismo, de la Gnosis judía y cristiana y la herencia de la antigua sabiduría Egipcia…”[8].

Los tres siglos transcurridos desde el inicio de la masonería especulativa, las ansias de progreso que la guían, las experiencias recogidas y los enormes avances científicos, han hecho que el Arte Real se fuera desprendiendo de aquellas creencias que se evidenciaron como meras supersticiones o muestras de ignorancia a la luz de los nuevos saberes de la humanidad.

Más allá de la evolución experimentada, la masonería ha sido rigurosa en su afán de conservar los conocimientos perennes insertos en la propia naturaleza del ser humano y el cosmos que lo contiene.

Ese respeto por las verdades eternas y el buen juicio que ha prevalecido en sus dirigentes hasta ahora determinaron que se conserven los primitivos símbolos del templo masónico, los que continúan siendo imprescindibles para ejecutar la labor espiritual, moral y psíquica que hacen a la esencia masónica.

En ese contexto nos encontramos con que:

“Todo Templo se constituye en el centro, ya que allí es posible el contacto con la divinidad, por lo tanto, es atravesado por el eje del mundo, el camino que permite el tránsito entre el mundo superior y el mundo inferior.”[9]

Para los masones el Templo representa “simbólicamente al Templo del Rey Salomón, el cual fue erigido en honor y por designio de Yahvé, su Dios...” “Este edificio construido en Jerusalén, de acuerdo con las referencias bíblicas, contaba con tres estancias bien delimitadas: el Pórtico[10], el Sancta[11] y el Sanctasanctórum[12] -recinto del Arca de la Alianza[13]-[14]. Sin perjuicio de lo dicho: “Cuando describimos nuestro Templo hacemos referencia a la mítica Logia de San Juan...”[15]

El Pórtico va desde la pared en que se halla la puerta física de ingreso/egreso al recinto hasta la línea imaginaria que se proyecta de la pared Norte a la pared Sur a la altura de las columnas B y J. El Sancta se extiende desde dicha línea imaginaria hasta la balaustrada. Y el Sancta Sanctórum desde la balaustrada hasta la pared Oriental.

El templo tiene forma de paralelepípedo[16], integrado por dos cubos perfectos[17]; el cubo de occidente representa a la Materia y el cubo de Oriente representa al Espíritu. A la mitad del cubo de Occidente se deben colocar las dos grandes columnas "B" y "J"[18]; y a la mitad del cubo de Oriente la balaustrada que separa el Sitial del Venerable Maestro del templo propiamente dicho.

Queda, pues, al centro, un tercer cubo formado por las dos mitades de los cubos de Oriente y de Occidente, representando al Hombre compuesto de materia y Espíritu. En el centro de este tercer cubo es donde se coloca el ARA (Altar), que representa al Sol en su condición de centro de nuestro sistema solar. Simboliza el punto de llegada del viaje al centro que debemos realizar, es decir nuestro encuentro con el G.·.A.·.D.·.U.·..

La figura geométrica del cubo corresponde en aritmética al número 4. Y en cuanto a su simbolismo tiene diversos significados, entre ellos:

Los 4 puntos cardinales: Norte, sur, este y oeste.

Las 4 estaciones: Verano, otoño, invierno y primavera.

Los 4 elementos primarios de la naturaleza: Tierra, aire, agua y fuego.

Las 4 divisiones del día: Mañana, mediodía, tarde y noche.

Las 4 fases lunares: Llena, cuarto creciente, cuarto menguante y nueva.

Los 4 reinos: Mineral, vegetal, animal y espiritual.

Los 4 tipos de tierra narrados por la Biblia[19]: La tierra junto al camino, la de muchas piedras, la de espinos y la tierra buena.

Los 4 querubines que vio el profeta Ezequiel[20], con cuatro caras y cuatro alas cada uno.

Los 4 querubines llamados «seres vivientes»[21]. El primer ser viviente era como un león (un rey); el segundo, como un buey (un sirviente); el tercero, como un hombre (la naturaleza humana); y el cuarto, como un águila volando (la Naturaleza Divina).

El aludido ARA o Altar del Templo se levanta sobre el pavimento mosaico, figura que encierra una compleja y rica simbología.

El pavimento mosaico es un piso con forma de damero blanco y negro (también llamado piso ajedrezado) que ilustra sobre la cosmovisión dualista de la masonería (bien-mal, espíritu-materia, luz-oscuridad, etc.) y recuerda la armonía que debe reinar en las Logias a pesar de las diferencias políticas, sociales o religiosas de sus miembros.

Este símbolo también contiene una alegoría del mundo extramuros. Recuerda a todos los HH.·. del Taller las características del universo profano y que en ese mundo se deben desenvolver la mayor parte de sus vidas sin perder los atributos que caracterizan a los buenos masones.

En la parte superior de los Templos Masónicos, rodeando las paredes de los mismos, se encuentra colgada o pintada una cadena de eslabones o, en su lugar, una cuerda con nudos, que representan a los masones esparcidos sobre la superficie de la tierra y la unión que debe reinar entre ellos. Además, este símbolo nos enseña que la solidaridad masónica jamás se debe romper.

El significado indicado hace que en muchos templos la cadena de unión se encuentre cerrada, como expresión del vínculo fraterno indisoluble que deben experimentar los HH.·.; mientras que en otros se las representa abiertas por el lado de Occidente, más precisamente al centro sobre la puerta de entrada al espacio físico, en señal que la Orden está predispuesta a aceptar la incorporación de nuevos miembros.

Este símbolo también representa figurativamente la Elíptica que recorre la tierra en su movimiento de traslación para producir las cuatro estaciones del año.

En cuanto a los techos de los templos masónicos, cabe destacar las características Bóvedas Celestes[22] pintadas en ellos. En algunas de sus representaciones se incluyen las Constelaciones Zodiacales[23], el Sistema Planetario Solar[24] y el Día y la Noche, mientras que en otras estas temáticas quedan en el plano figurado. Como fue dicho, la Astronomía[25] y la Astrología han tenido un papel trascendente en el simbolismo de los templos[26].

Hoy la astronomía mantiene su vigencia e importancia como ciencia. Distinta es la situación de la astrología que ha perdido su antiguo predicamento, al igual que ha ocurrido con la teúrgia, la magia y la alquimia; disciplinas que han quedado marginadas en las estructuras regulares a posiciones muy minoritarias.

De cualquier modo, lo que deseo resaltar aquí es que a la astronomía le fue otorgada una destacada participación en el esoterismo de los templos masónicos y que ésta se conserva intacta.

Así nos encontramos con que los templos masónicos, de manera imaginaria, están atravesados por:

El trópico de Cáncer (Solsticio de verano)[27], desde la columna B a la Luna.

El trópico del Ecuador (Equinoccios[28] de otoño y primavera), desde occidente a oriente.

El trópico de Capricornio (Solsticio de invierno), desde la columna J al Sol.

Para comprender la relevancia de lo expuesto en los párrafos precedentes se deberá tener en cuenta que, como una analogía del Sol en su ciclo anual, al desplazamos de una columna a otra estamos yendo de un solsticio a otro y recorriendo paso a paso las diferentes etapas y pruebas que impulsan la evolución del alma en su aventura trascendente por este mundo.

Al respecto será útil tener presente que los solsticios y los equinoccios se producen como consecuencia de los movimientos de la Tierra (Rotación[29] y Traslación[30])


V) ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO EN EL TEMPLO.

Tanto el diseño del templo como la organización del trabajo de los obreros responden a la orientación dada por los cuatro puntos cardinales:

Oriente: Es el lugar por donde nace el sol y, alegóricamente, es el punto del cual surge la luz. Por esa razón el Oriente es considerado como fuente de la sabiduría, marchamos hacia allí en busca de conocimientos y el V.·. M.·. tiene su sitial en ese punto.

Occidente: Es el lugar por donde se oculta el sol. Por occidente se ingresa a la logia, significando que vamos de las tinieblas hacia la luz. El ler. Vig .·. tiene su sitial en occidente, vale decir en el sector opuesto al V.·. M.·..

Norte: Parte de la logia que queda a la izquierda de la entrada. Se llama Columna del Norte y es el espacio donde se ubican los hermanos aprendices.
Se sitúan en ese lugar porque estos apenas han salido de las tinieblas de la ignorancia y sus débiles pupilas no pueden resistir la luz del sol de frente. Es precisamente en el norte dónde la luz solar llega más oblicua y, por ende, con menos fuerza. La columna del norte abarca desde la columna "B" hasta la balaustrada.

Sur: Es la parte que queda a la derecha de la entrada de la logia. Se llama Columna del Sur (O mediodía) y en ella se ubican el 2do. Vig .·., los Maestros a su derecha y los Compañeros a su izquierda. La Columna del Sur abarca desde la columna "J" hasta la balaustrada. En el sur, el sol llega con más intensidad que en el Norte. Como los Maestros poseen más luz de sabiduría pueden contemplar el sol de manera más directa que los Compañeros, por eso aquellos se sitúan más cerca del astro (y de oriente) que estos.[31] (Los MM.·. MM.·. se sientan a la derecha del Seg.·. Vig.·. y los CComp.·. a la izquierda, siempre que la infraestructura lo permita).


VI) SIGNIFICADO ESOTÉRICO DEL TEMPLO MASÓNICO.

Desde el punto de vista esotérico, analizado en su conjunto, el templo masónico simboliza:

A) El Universo.

Es una representación de la obra de Dios, del mundo creado por Él. Por este motivo sus dimensiones se trazan desde Oriente a Occidente, del Norte al Sur y del Cenit[32] al Nadir[33]. El universo es el lugar donde el profano es iniciado y como masón trabaja en procura de su crecimiento personal a la Gloria del Gran Arquitecto.

B) La Humanidad.

El templo masónico es también una alegoría de la humanidad ideal a la que como masones debemos aspirar y ayudar a construir con nuestro ejemplo. Una humanidad donde reine el amor y la cooperación entre los seres humanos, tal como es encarnada por el trabajo que los HH.·. ejecutan en el recinto sagrado.

C) El Cuerpo Humano.

Simboliza, además, al Cuerpo Humano o Universo Humano, donde mora el Ser Superior, la Esencia Infinita, el Espíritu Divino o Dios. Se le llama Templo porque es el santuario que utiliza la Divinidad como uno de sus medios para manifestarse en este universo físico.

D) La Interioridad Humana.

El templo masónico es igualmente una imagen del alma y de la conciencia del hombre, ámbitos en los que los masones se deben esforzar desbastando la piedra bruta. Evoca la alegoría del renombrado templo interior, la obra que cada masón debe ir construyendo en sí mismo hasta alcanzar la Divinización del Ser. (Theosis o Santificación, según las denominaciones usadas en otras tradiciones)

E) El Cuerpo y la Interioridad Humana.

Del análisis conjunto de la carnalidad y la interioridad humana, contenidas en el esoterismo del templo masónico, surge que el hombre guarda en su cuerpo al Espíritu de Dios y que solo será guiado por Éste una vez que haya conseguido eliminar los vicios que le impiden ser dócil a Su voluntad. Asimismo, se desprende que con la Gracia de Dios y el trabajo personal es posible regenerar la naturaleza caída y retornar al estado original con que el hombre fue creado.


VII) EPÍLOGO.

El Templo Masónico y el Cuadro de Primer Grado encierran las claves que le permiten al iniciado comprender el objetivo esotérico de las Artes Real y Sacerdotal que se trabajan en la masonería. Y, asimismo, analizar si el Egregor de la Logia en la que ha recalado resulta apropiado para la consecución de la finalidad perseguida.

No es posible pasar por alto la riqueza de la simbología existente en esos dos elementos pedagógicos esenciales (el templo y el cuadro aludido), ni la generosidad de la masonería que los pone al alcance de quienes están dando los primeros pasos en sus filas.

Esa conducta de amor -y profundamente llamativa por lo atípica en el mundo profano- encuentra una fuerte justificación práctica avalada por una causa de estricta justicia. Pretende evitar que quienes comiencen el camino masónico erren el rumbo que deben seguir, porque una vez que un H.·. se ha extraviado en la espesura de la noche es sabido que le será muy difícil encontrar la senda que le permita reorientar su marcha. Y, lamentablemente, la experiencia nos enseña que muchos MM.·. jamás lo logran.

En síntesis:

Las simbologías del Templo Masónico y del Cuadro del Primer Grado trazan una línea divisoria que separa la Masonería de la Pseudo-Masonería.

Nos permiten comprender que la “Masonería Legítima” trabaja con el Espíritu de Dios en el templo y que en ella es el G.·.A.·.D.·.U.·. quien realmente preside la labor de los obreros; mientras que la “Masonería Apócrifa” se ve limitada al simple hacer humano.

En consecuencia, la “Masonería Original” se desenvuelve en las dimensiones física y espiritual (Imprescindibles ambas para la práctica del Arte Real), mientras que la “Masonería Adulterada” queda atrapada en la carnalidad del ser humano y sólo trabaja en el plano natural.

Los símbolos estudiados también muestran que el objetivo trascedente de la vida humana consiste en lograr la Divinización del Ser y la Salvación del Alma.

Son una carta de navegación encriptada que el Dios Único, Creador y Providente permite descifrar a los MM.·. que le aman y tienen el valor de iniciar el viaje hacia el centro con todos los peligros que esto presupone.

Dios nos muestra así el camino de regreso a Casa. Está en cada uno tomar la decisión de seguirlo en pleno ejercicio del libre albedrío que Él nos concedió.

EN ESCUADRA CON DIOS Y LA PATRIA