Maestro Masón, simboliza el nivel de conciencia, espiritualidad
y la muerte, que nos iguala a todos los seres humanos. Entre los símbolos del grado
están una ramita de acacia, la cual representa la vida del individuo que lo lleva
a crecer, en contraste con el primer grado, que es un viviente del mundo natural.
En este grado, el hermano ya no es conducido a la puerta de la cámara de la
muerte como un ciego; más bien está abierta, pues ya pronto va a ser un miembro
completo del cuerpo.
En esta ceremonia, se lleva a cabo una representación
de la muerte del sabio arquitecto Hiram Abif, constructor del Templo de Salomón,
lo que simboliza la muerte de sí mismo (ego, yo), maltratado simbólicamente por
los tres rufianes o demonios Jubelá o Jubelas, Jubeló o Jubelos y Jubelum o Jubelón
(defectos y agregados).
Por su muerte, Hiram Abif es levantado de ella, y
renace como una nueva persona. Esta muerte y resurrección se llevan a cabo en cuatro
pasos: el recibimiento, la muerte, el acostamiento y el levantamiento de la nueva
persona.
Las herramientas entregadas son el lápiz (la creatividad), el carrete
(cordel) y el compás, herramientas de diseño que representan el entendimiento de
las leyes fundamentales, tanto naturales como espirituales, y el hecho de restringirse
de éstas o la creatividad.
El compás sirve para mantener balanceadas las
otras dos herramientas.
El paso al tercer grado, el sublime grado de Maestro,
se denomina exaltación.
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