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Maestro Real

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Este es el primer Grado del Rito Críptico que le otorga en los Estados Unidos de América. Los Candidatos que obtengan el Grado quedan impresionados por su digno ritual y las enseñanzas correspondientes. Contiene una sección que se considera generalmente como una exhibición excepcional de simbolismo y contenido de la filosofía. Las presentaciones rituales en el grado explican los artículos contenidos en el Lugar Santísimo del Templo de Salomón, incluyendo el Arca de la Alianza. El conocimiento de que es esencial para aquellos que entienden plenamente los grados anteriores. Los personajes principales en el grado son Salomón y su Asistente Real.

El Grado de Maestro Real simboliza un Compañero en la búsqueda de la Luz adicional masónica.

Sus esfuerzos se recompensan eventualmente y él es admitido en una confraternidad selecta que se ha confiado con Secretos Crípticos no más disponible en la mayoría del arte.

Sin embargo, cuando la verdad Divina sólo puede ser percibida completamente por los que ha alcanzado un estado avanzado del conocimiento espiritual, el Compañero, ahora un Maestro Real, debe continuar su búsqueda hasta que el Templo se complete.

Este Grado nos lleva atrás en el tiempo hasta un día antes de la muerte del constructor, Hiram Abif, que vuelve a ser el personaje central. Imparte enseñanzas sublimes de un trabajo útil en la tierra para el candidato y le da instrucciones en cuanto a la preservación de nuestros valiosos secretos. Este es el Grados más bello de toda la Masonería. Sus lecciones son tan impresionantes que pocas veces se olvida. Es especialmente ilustrativo de los Grados Tercero y Séptimo.

Primera Sección Este grado se desarrolla en la Cámara del Concilio, y representa el apartamento privado de Rey Salomón en que se afirma que él se reunía con sus dos colegas para consultar detalles durante la construcción del Templo. Sus colores simbólicos son el negro y el rojo —el primero alude al sentimiento de pesar y congoja y el último de martirio— y ambos que se relacionan con el constructor principal del Templo. Los momentos rituales a que se refieren las secciones primera y segunda del grado son diferentes. En la primera sección Hiram Abif se halla activo en las tareas de construcción del Templo. En la segunda sección Hiram Abif se encuentra sorprendido y el Templo está muy pronto a su terminación, lo que se hace evidente por la presencia del Arca de la Alianza y la investidura de Adonhiram como responsable y Maestros Constructor. Sin embargo, la búsqueda de éste no ha concluido aún, y tal y como Hiram Abif ha enseñado, debe recibir su recompensa a tiempo, pero ahora debe regresar a las Canteras para continuar sus labores. La bella pieza de trabajo (dovela) que Adonhiram trae a la vista representa a la vida pura y completa ofrecida al Supremo Arquitecto del Universo, seguida de una advertencia en la que se indica que es preciso permanecer satisfecho para, a su debido tiempo, recibir nuestra recompensa. El premio vendrá a nosotros una vez que nuestra vida haya concluido, y simbolizará nuestro ingreso al Noveno Arco, una vez que hayamos aprendido las enseñanzas de la Masonería del Antiguo Gremio (Ancient Craft Masonry).

Tradicionalmente, el Noveno Arco se ha considerado como la simbólica Puerta de la Muerte. Son ahora las doce en punto, un buen momento para suspender nuestras labores y orar para comulgar con el Supremo Arquitecto del Universo. El número doce (medio día) ha sido considerado un número sagrado en la mitología y algunos lo explican como producto de multiplicar los tres lados del triángulo por los cuatro lados de la escuadra. El triángulo represente los tres atributos de la Deidad: Su Omnisciencia, Omnipresencia y Omnipotencia, es decir, la Sabiduría Universal, la Paz y el Poder. El otro doce (media noche) consiste de los mismos números, pero alude a la muerte, o bien a la media noche de la vida. Hiram Abif pasa de la plataforma espiritual a la plataforma temporal, donde de nueva cuenta se reúne con el candidato que continua buscando la Verdad Divina. Hiram Abif, al tanto que circunvala lentamente la Sala imitando el movimiento del Sol, pronuncia su discurso acerca de la muerte, y explica que todos los hombres son iguales ante los ojos de Dios, tanto el más joven de los aprendices admitidos como el mismo rey Salomón. Segunda Sección Como la luz primera del día viene del Este, entonces enseñamos a mirar al oriente para ver la claridad. Este paso simboliza la reverencia hacia el cambio, así como alternamos nuestros pasos cuando avanzamos de grado, incluyendo al grado de Maestro Real.

Se piensa que esto alude al cruce del sol en los hemisferios norte y sur, entre las dos señales del Zodiaco, Capricornio y Cáncer, en un movimiento en zigzag. Cuando ambos hemisferios están fuera de extremo a extremo, con dos líneas paralelas en los lados, formando un cuadrado oblongo o la forma de una casa. Una línea es la señal del Alfa y la otra del Omega, primera y última letras del alfabeto griego, que equivalen al principio y fin de cualquier cosa. Alfa y Omega, Principio y Fin, son el símbolo de Dios. Este pasaje, que era leído del Apocalipsis, ahora se lee del Libro de las Revelaciones.

El triángulo equilátero, en este momento del ritual, representa a nuestros tres Grandes Maestros; el triángulo roto representa la alegoría de la vida: algunos deben ir, otros permanecer y otros continuar. El número siete era sagrado en las ceremonias y en las escrituras hebreas. El séptimo día era el día sabático; Salomón estuvo siete años durante la construcción del Templo; normalmente hay siete años del sabático; los periodos de fiesta tenían siete días, y el siete representa la integridad. El Santuario del templo siempre tuvo doce barras de pan, representando a las doce tribus de Israel. Era un símbolo el pan de la vida eterna, y por esa razón lo tenemos nosotros en la presencia de Dios. El mueble principal en el Templo de Salomón, dentro del Santuario, era el Arca de la Alianza, y estaba protegida por los Querubines y entre sus alas estaba el Shekiná, y una nube permanente mientras consultaba el Sumo Sacerdote. El Altar del Incienso, hecho de madera y recubierto de oro. Se quemaba incienso todas las mañanas, Sobre la mesa los vasos, las ollas, las palas, las cubetas, así como todos los utensilios necesarios, hechos de oro y latón.

 

Maestro Real - PPTX

 

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