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Rito Escocés Antiguo y Aceptado
del Guajiro
La Hermandad para toda la Humanidad
La liturgia del Grado 18 Caballero Rosacruz de la Masonería Escocesa,
menciona al existencia de una mente y consciencia universal, en la cual está imbíbita
la mente y consciencia de un ser o maestro interior que es el alma que todo ser
humano posee, y que no es exactamente el ser ordinariamente consciente humano. Como
también menciona la existencia de una iniciación trascendental que no es posible
adquirirla en templos materiales ni otorgada por ningún ser humano. La liturgia
indica a la “concentración y meditación” como uno de los caminos para retornar a
nuestra divina esencia y regresando conscientemente por medio de nuestro maestro
interior a la consciencia universal.
La mente humana le gusta correr como
un potro salvaje a donde desee, además, pedirle que se abstenga de pensar para entrar
en un proceso receptivo por algún tiempo apreciable, es difícil al principio, porque
por todos los medios tratara de generar ideas.
El ego que en la ciencia llamada
psicología le llaman el “yo”, es esa parte de nuestra mente que fue formada o entrenada
para relacionarnos con el mundo circundante y asegurar de algún modo nuestra supervivencia.
En misticismo el ego no es exactamente el verdadero “yo”, sino que éste último es
el alma o maestro interior. Al ego le gusta ser el centro de toda acción en nuestras
vidas, lo es cuando nos va bien o mal, y cuando ninguna de estas dos situaciones
se dan, procura generar alguna. El ego viene siendo el “Guardián del Umbral”, el
“Terrible” en la iniciación Masónica del primer grado, que a pesar de no poder tocarlo
físicamente, trata de impedirle de algún modo el paso al iniciante. Este viene siendo
simbólicamente el “Kerubin” que custodia el Jardín del Edén con espada flamígera
en mano y al que Adán debe vencer arrebatándole la espada para abrir el “Libro Apocalíptico
de los Siete Sellos”, Es “Satán” (El Opositor) que tienta Jesús para evitar se convierta
en Cristo. Es “Mara” (El Tentador) que tienta a Buda para evitar que alcance el
estado de “Iluminado”.
Callar nuestra mente y ego es el reto para adentrarnos
en nuestro propio mundo interior, que es el templo donde deberemos buscar nuestra
propia iniciación trascendental por medio de la “concentración y meditación”. Los
Católicos Romanos, los Budistas e Islamistas sin algunos saberlo, utilizan el rosario
para centrar su mente y alejarla del mundo exterior. Otros recitan monótonamente
“mantras” o los nombres sagrados de sus dioses. Algunos más particulares, manejan
ritmos respiratorios o fijan su atención en ellos. Los rituales o ceremoniales contienen
también la intención de fijar la mente de los participantes en la esencia o espíritu
de ellos. Todas son herramientas para alcanzar un estado de consciencia libre de
las exigencias del mundo exterior, y adentrarnos en los mundos divinos interiores
en un estado de consciencia espiritual.
Interpretar alguna melodía con un
algún violín con solo estudiar algún manual al respecto, es una ilusión. De igual
modo estudiar y comprender intelectualmente las enseñanzas Rosacrucianas es la mitad
del sendero, la maestría se alcanza a través de la práctica constante y permanente.
Existen varios tipos de Masones, algunos ingresan buscando algún poder que alague
su ego o les facilite algún trabajo en el mundo profano, gran quimera. Otros buscan
el conocimiento intelectual, otros simplemente se sienten confortables por la fraternidad,
y según mi experiencia personal, pocos son los que se adentran en la práctica real
del misticismo o arte real de la Masonería escocesa. Algunas personas de noble corazón,
se inclinan por la filantropía y el altruismo, y eso es bueno, pero esto solo forma
una parte del Arte Real de la Masonería.
La humildad del Caballero Rosacruz,
no tiene nada que ver con la mansedumbre, sometimiento o cualquier cosa que se asemeje
con la debilidad. Para alcanzar la humildad mística se requiere fuerza de voluntad,
carácter, y determinación. Salomón, Abraham, Moisés, Juan el Bautista, María, Ester,
Rut, o Jesús el Cristo, ninguno de ellos fueron débiles, y sin embargo alcanzaron
la humildad que les permitió escuchar la voz de su Maestro interior y a su Dios.
Porque nadie escucha a su Dios sino es a través de su propio maestro interior, porque
como lo dice la liturgia, el maestro interior de cada persona, vive imbíbita en
la consciencia cósmica o universal.
El silencio es el sostenedor de las
palabras. No es posible escuchar a nadie si nosotros no paramos de hablar, y aunque
la meditación tiene una parte activa y otra pasiva, su núcleo principal es escuchar,
de ahí la frase que dice: “Orar es hablarle a Dios. Meditar es escucharlo”. No es
posible alcanzar el “silencio interior” mientras no eduquemos a nuestra mente y
ego. Debemos educar no reprimir ni eliminar al ego, porque en el momento que lo
intentemos, lo fortaleceremos al brindarle atención, por lo cual es menester inhibirlo
y educarlo.
El conocimiento intelectual te lleva hasta las puertas del templo,
hasta ahí te puede acompañar tu hierofante, a ti te corresponde traspasar las puertas
de la iniciación transcendental, y recorrer con tus propios pies el sendero que
te separa el poniente del oriente, y presentarte ante el Sumo Maestro por el cual
has de alcanzar la iniciación trascendental de la que habla nuestra liturgia del
Gr. 18.
La meditación debe tener una intención utilitaria hacia el resto
de la humanidad, cuando se pretende meditar con un beneficio exclusivamente personal,
deja de ser un acto espiritual y se convierte en un acto egoísta. El masón trabaja
sobre sí mismo al servir a la humanidad, porque es solo a través del trabajo constante
que se convierte el conocimiento intelectual en maestría.
Los grados del
arte real de la Masonería Escocesa, son grados de consciencia alcanzados, y el sendero
para lograr este propósito es la meditación, alcanzando estados de consciencia donde
se experimente “en” y “por” uno mismo lo que es el ser humano, la humanidad, y ¿Porque
no? La mente y consciencia universal como lo indica la liturgia del Gr. 18.
Uno de los pilares fundamentales de la Masonería actual, es la fraternidad,
Busca Caballero Rosacruz experimentar más allá de las palabras, ese sentimiento
y estado de consciencia que es la fraternidad, y si la alcanzas, hazla extensiva
hacia tus seres más cercanos, y extiéndelo hasta donde te sea posible, experimenta
en consciencia en toda la humanidad.
Tu formas parte de la humanidad, como
la humanidad forma parte de la tierra y el universo entero, todo se resume en la
unidad, todo lo que hagas afectara al resto de la creación, no existe nada separado
de ti como tu formas parte del universo entero, la conciencia cósmica o universal
que menciona la liturgia del Caballero Rosacruz. Cuando San Pablo alcanzo este grado
de consciencia universal dijo: “Ya no vivo yo, es Cristo que vive en mí’ (Gál 2,
20)… Cosa difícil pero no imposible, y si el presente no es cierto, hay que revisar
y modificar nuestras liturgias.
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