PORTAL MARTINISTA DEL GUAJIRO
"Purificaos, pedid, recibid y obrad.
Toda la Obra se halla en estos cuatro tiempos"
El TODO es espíritu. Más ¿qué es el espíritu? Esa pregunta no
puede ser contestada, puesto que definirla sería prácticamente definir al TODO,
el cual no puede explicarse. El espíritu es simplemente el nombre que los hombres
dan a la más elevada concepción de la infinita Mente Viviente, significa la esencia
real, tan superior a todo cuanto entendemos por mente y vida, como estas últimas
a la energía y la materia. El espíritu está más allá de nuestra comprensión, y usamos
dicho término en el mismo sentido y queriendo significar lo mismo que cuando hablamos
del TODO. Para nuestro entendimiento podemos pensar del espíritu como de una Infinita
Mente Viviente, teniendo en cuenta, al mismo tiempo, que no podemos comprenderlo
del todo. O hacemos esto, o nos vemos obligados a dejar de pensar. Procederemos
ahora a estudiar la Naturaleza del Universo, como un todo, y también en sus partes.
¿Qué es el Universo? Hemos visto ya que nada puede existir fuera del TODO; entonces
¿El Universo es el TODO? No, no puede serlo, porque el Universo parece estar hecho
de muchas, de múltiples unidades, y está en continuo cambio; Y de todas maneras,
no está de acuerdo con las ideas que nos hemos visto obligados a aceptar respecto
al TODO, según ya indicamos en nuestra lección anterior. Entonces, si el Universo
no es el TODO debe ser nada; tal es la inevitable consecuencia que se presenta en
la mente aparentemente. Pero esto no satisface la pregunta, porque nosotros somos
sensibles y sentimos la existencia del Universo. Y si el universo es algo y no es
el TODO, ¿Qué puede ser? Examinemos la cuestión.
Si el Universo existe absolutamente,
o por lo menos parece que existe, debe proceder en alguna forma del TODO, ser su
creación. Pero como algo no puede venir de nada, ¿de qué pudo crearlo el TODO? Algunos
filósofos han contestado a esta pregunta diciendo que el TODO creó el Universo del
sí mismo, esto es, sacándolo de su propia sustancia. mas esta respuesta no sirve,
puesto que el TODO no puede ser aumentado, ni disminuido, ni dividido, según hemos
ya visto, y aunque así fuera no podría cada partícula del Universo estar segura
de ser el TODO, puesto que éste no puede perder el conocimiento de sí mismo, ni
convertirse en un átomo o fuerza ciega o un ser viviente inferior. Algunos, habiendo
realizado que el TODO es todo, y reconociendo que ellos existían, han llegado a
la extraordinaria conclusión de que ellos y el TODO eran idénticos, y han llenado
el aire con sus gritos de " yo soy Dios", sirviendo de solaz a las multitudes
y de motivo de pena para los sabios.
Si el átomo gritara "yo soy hombre",
todavía sería modesto en comparación. Pero ¿qué es, en realidad, el Universo, si
no es el TODO ni ha sido creado por Él separándolo de su propia sustancia? ¿Que
otra cosa debe ser? O, mejor preguntado.
¿De qué otra cosa puede haberlo
hecho? Esta es la gran cuestión.
Nos encontramos con que el principio de
correspondencia (véase el capítulo I) viene en nuestra ayuda.
El antiguo
axioma hermético "como arriba es abajo" puede ser empleado ahora para
iluminar este punto. Tratemos, pues, de comprender algo de lo que pasa en los planos
superiores, examinando lo que pasa en el nuestro propio.
El principio de
correspondencia puede aplicarse a esto lo mismo que a cualquier otro problema. Veamos.
En su propio plano de existencia, ¿cómo crea el hombre? Primero, puede crear
haciendo o construyendo algo con los materiales que el mundo externo le brinda.
Mas esto no nos sirve, porque fuera del TODO no existen materiales de ninguna clase
con los que Él pueda crear. En segundo lugar, el hombre puede crear por medio de
la fecundación, que no es más que su multiplicación, acompañada por la transferencia
de una parte de su propia sustancia a la matriz de la madre. Mas esto tampoco nos
sirve, porque el TODO no puede transferir o substraerse a sí mismo una porción,
ni puede reproducirse o multiplicarse a sí mismo. En el primer caso habrá una substracción
de su sustancia o adición al TODO, lo que es un absurdo.
¿No existe otro
medio por el cual crea el hombre? Sí, hay otro: la creación mental. Al crear en
esta forma, él no emplea materiales que le aporte el mundo externo, ni se reproduce
a sí mismo, y, sin embargo, su espíritu compenetra su creación mental. Siguiendo
el principio de correspondencia, se puede pensar justificadamente que el TODO crea
el Universo mentalmente, de una manera parecida al proceso mediante el cual el hombre
crea sus imágenes mentales. Y he aquí que en esta descripción coinciden tanto el
dictamen dado por la razón como el de las almas iluminadas, según se puede encontrar
en sus escritos o en sus enseñanzas. Tales son las doctrinas de los sabios. Tales
las que enseñó Hermes.
El TODO no puede crear de ninguna manera, excepto
mentalmente, sin emplear ni materiales (pues no hay ninguno), ni reproduciéndose
(lo que también es imposible). No hay escapatoria para esta conclusión de la razón,
la que, como hemos ya visto, concuerda perfectamente con lo que dicen los iluminados.
De igual manera que podéis vosotros crear un universo en vuestra propia mente, así
el TODO crea los cosmos en la suya propia. Mas vuestro universo sería la creación
de una mente finita, en tanto que la del TODO sería la creación de un infinito.
Las dos son iguales en clase, pero difieren infinitamente en grado. Examinaremos
mas estrictamente el proceso de la creación y manifestación conforme vayamos avanzando
en nuestro estudio.
Mas este es el punto que debéis fijar por ahora en vuestras
mentes: El Universo y todo lo que él contiene es una creación mental del TODO; todo
es mente. "El TODO crea en su mente infinita, innumerables universos, los que
existen durante eones de tiempo, y así y todo, para Él, la creación, desarrollo,
decadencia y muerte de un millón de universos no significa más que el tiempo que
se emplea en un abrir y cerrar de ojos.
EL Kybalión.
"La mente
infinita del TODO es la matriz del cosmos". EL Kybalión.
El principio
de género o generación (véase el capítulo I y otros que seguirán) se manifiesta
en todos los planos de la vida: material, mental y espiritual.
Pero, según
ya hemos indicado anteriormente, el "género" no significa "sexo",
pues este último no es más que a manifestación material del género. "Género"
significa "lo relativo" a la generación o creación. Y dondequiera que
algo se genera o se crea, sea en el plano que sea, es principio de género se está
allí manifestando. Y esto es verdad, aun en lo que se refiere a la creación de los
universos.
Ahora no vayáis a suponer que estamos enseñando que hay un dios
creador macho y otro hembra. Esto no sería más que una mistificación de las antiguas
enseñanzas al respecto. La verdad es que el TODO, en sí mismo, está más allá del
género, así como también está más allá de toda otra ley, incluyendo las del tiempo
y del espacio. Él es la ley de la cual todas las leyes proceden, y, por lo tanto
no puede estar sujeto a estas últimas. Mas cuando el TODO se manifiesta en el plano
de la generación o creación, entonces actúa de acuerdo con la ley y con el Principio,
pues se está moviendo en un plano inferior de existencia. y consecuentemente, Él
manifiesta el principio de género, en sus aspectos masculino y femenino, en el plano
mental, por supuesto. Esta idea podría parecer un tanto chocante, si la oís por
primera vez, más otras veces la habéis aceptado pasivamente en vuestras concepciones
diarias. Habláis de la paternidad de Dios y de la maternidad de la Naturaleza, de
Dios como padre divino y de la Naturaleza como madre Universal, y así habréis conocido
instintivamente el principio del Género en el Universo. ¿No es así? Más las enseñanzas
herméticas no implican una dualidad real - el TODO es UNO - siendo los dos aspectos
simples fases de manifestación. La doctrina es que el principio masculino manifestado
por el TODO permanece, en cierta manera, aparte de la creación mental del Universo.
Proyecta su voluntad sobre el principio femenino (que puede ser llamado naturaleza),
siendo en ésta que comienza la obra evolutiva de un Universo, desde simples "centros
de actividad" hasta el hombre, y aun a más elevados planos de existencia que
el humano, todo ello de acuerdo con bien establecidas leyes de la Naturaleza. Si
preferís las antiguas imágenes mentales, podéis concebir el principio masculino
como Dios, el padre, y el principio femenino como Naturaleza, la madre universal,
de cuya matriz todas las cosas nacen. Esto es algo más que una simple figura poética
de lenguaje, es una idea del proceso de la creación de un Universo. Pero recordad
siempre que el TODO es UNO, y que en su mente infinita es donde crean y generan
y existen los cosmos.
Podría ayudaros a concebir esto propiamente el aplicarle
la ley de correspondencia en vuestra propia mente. Sabéis que esa parte de vosotros
que llamáis "yo", en cierto sentido, permanece aparte de la creación y
de vuestras imágenes mentales en el intelecto. La parte de la mente en la que se
efectúa la generación de imágenes puede ser llamada el "mí", en distinción
con el "yo", que permanece aparte y que examina los pensamientos, ideas
e imágenes del "mí". Como "arriba es abajo", acordaos, y los
fenómenos de un plano pueden emplearse para resolver los enigmas de los planos superiores
e inferiores.
¿Es acaso maravilloso que vosotros, los hijos, sintáis una
reverencia instintiva hacia Padre-Madre? Es maravilloso que cuando consideráis las
obras y maravillas de la Naturaleza os sintáis conmovidos hasta lo más profundo
de vuestro ser? Es a vuestra madre-mente a quien os estáis estrechando, como un
niño se estrecha al seno de su madre. No vayáis a suponer que el pequeñísimo mundo
que os circunda - la Tierra - que no es más que un grano de arena en el Universo,
es el universo mismo. Hay millones y millones de tales mundos, y aun muchos mayores
que él. Y aun hay millones de millones de tales universos que existen en la Mente
del Único. Y aun en nuestro sistema solar hay regiones y planos de vida muy superiores
a los nuestros, y seres comparados con los que nosotros somos lo que las amebas
respecto al hombre. Hay seres cuyos poderes y atributos son mucho más elevados que
los del hombre, y éste jamás ha soñado que pudieran existir. Más, a pesar de esto,
esos seres fueron en poco tiempo lo que nosotros ahora, y seremos un tiempo como
ellos son y aun superiores, porque tal es el destino del hombre, a juzgar por lo
que nos dicen los iluminados. La muerte no es real, ni aun en sentido relativo:
no es sino nacer en una vida nueva, y ascendemos y seguiremos ascendiendo a planos
de vida cada vez más elevados, durante eones y eones de tiempo. El universo es nuestra
casa, nuestro hogar y podemos explorarlo hasta sus más lejanos confines, antes de
la consumación de los tiempos. Estamos en la mente del TODO y nuestras posibilidades
y oportunidades son infinitas, lo mismo en el tiempo que en el espacio.
Y al fin del gran ciclo de eones, cuando el TODO reabsorba sus creaciones en sí
mismo, marcharemos alegremente porque entonces serremos capaces de comprender la
verdad toda de ser UNO con el TODO. Esto es lo que nos afirman los iluminados, esos
que han avanzado tanto en el sendero de la realización. Y, en el entretanto, estemos
tranquilos y serenos; estamos seguros y protegidos por el Poder Infinito del Padre
- Madre - Mente.
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