Anécdotas Aeronáuticas
Ernesto Miguel Burga Ortiz
El día 20 de Octubre en la tarde, décimo desde la desaparición
del MI - 8, llegaron a la zona de búsqueda un hermano y un cuñado del capitán Gutiérrez,
venían directamente de Lima y estaban ansiosos por conocer la información que pudieran
proporcionarles; el oficial que los recibió les informó brevemente que Eco Bravo,
Jefe de Búsqueda o JEBUS , en ese momento se encontraba volando pero que regresaría
en una hora aproximadamente y que sería él quien les daría toda la información posible,
mientras tanto podrían alojarse y descansar.
Por supuesto que lo que querían
no era descansar sino recibir alguna información que les diera luces respecto de
la búsqueda, por lo que antes de diez minutos estuvieron reunidos con el oficial
que los recibió a su llegada. En Lima habían sido informados en términos generales
de lo que se estaba haciendo, pero la angustia de no saber el paradero del hermano
los había empujado a constituirse en el campamento base de la búsqueda y querían,
necesitaban, cerciorarse de que se estaba haciendo lo posible por ubicar a la tripulación
desaparecida, mientras charlaban miraban constantemente el reloj hasta que les avisaron
que el helicóptero llegaría en diez minutos.
No habían transcurrido tres
minutos aun cuando un “montaraz” señaló en una dirección determinada y anunció que
el helicóptero ya estaba cerca, todos aguzaron el oído pero nadie escuchaba el característico
sonido de las palas; un par de minutos más tarde recién se empezó a escuchar el
“flapeo” del rotor acercándose al campamento por la dirección que antes había indicado
el montaraz
El rotor no se había detenido aun cuando “Eco Bravo” descendió
del helicóptero y se dirigió directamente al grupo formado por los hermanos, el
oficial que los recibió y otros miembros del equipo de búsqueda.
- Hola, buenas tardes, soy el JEBUS - Eco Bravo se acercó extendiendo la mano para
saludarlos
- Hola Mayor, buenas tardes ¿Le avisaron
de Lima que veníamos? - la pregunta parecía haber sido hecha más por compromiso
que otra cosa, tal vez no sabían cómo enfocar el tema directamente.
- Sí, claro, en Lima les habrán informado de lo que estamos haciendo acá - Eco Bravo
encabezó la marcha hacia las instalaciones - vamos conversando por el camino - dijo,
mientras se dirigía hacia el comedor, lugar de las reuniones diarias después de
los vuelos
Al llegar al comedor se sentaron los cuatro alrededor de una mesa,
Eco Bravo, el oficial que los acompañaba y los dos hermanos; el empleado se acercó
solícito para ofrecerles algo de beber y los cuatro se inclinaron por pedir café;
durante veinte minutos el JEBUS les fue informando, carta en mano, los detalles
de la búsqueda.
- Ahora las cosas se han puesto
más difíciles, espero que lo comprendan; como hemos sobrevolado varias veces por
la misma zona, los pobladores caen en confusión y nos informan que han visto un
helicóptero tal día, a tal hora en tal punto; como ven, llevamos un registro detallado
de nuestros vuelos y hemos comprobado, más de una vez, que se trata de alguno de
nuestros propios vuelos de búsqueda - los hermanos escuchaban atentamente y hacían
preguntas cuando querían alguna precisión - además esta gente confunden los días
transcurridos, y al final no saben precisar si lo que vieron fue hace tres o cuatro
días, tú les preguntas
- Entonces ¿fue hace tres
o hace cuatro días?
- Si, hace tres o cuatro días
- ¿Hace tres días?
- Sí, hace tres días
- ¿Tres o cuatro días?
- Sí, hace cuatro días
- Parece que para ellos lo importante no es el día, sino el hecho en sí ¿Cómo confiar
en lo que nos dicen? - continuó Eco Bravo - ahora mismo, esta mañana, hubo una supuesta
información que trajo una aguaruna
- ¿Qué, qué decía
la aguaruna? - preguntó el hermano
- Desde el comienzo
sonó fantasioso, pero no quise dejar de averiguar si había algo de cierto
- ¿Pero qué decía la aguaruna? - se impacientó el cuñado.
- Cuando vino al campamento primero habló con un técnico
y él la llevó a mi presencia, lo delicado fue que ella había venido expresamente,
surcando dos días, para contarme que su marido le había dicho que “había visto caer
el helicóptero al medio de una laguna”, y que ella sabía que allí vivían unos indios
malos que se comen a los humanos
- ¿Y qué pasó?
- Lo que pasó fue que cuando hice venir al marido este salió con que a él le habían
contado de la existencia de esa cocha y esos indios malos pero que él nunca había
ido por ahí; o sea un cuento chino. ¿Qué hacer? No podemos desestimar dato alguno,
especialmente si no tenemos ninguna información.
- Mayor, el panorama que nos ha pintado es muy pesimista, prácticamente nos ha dicho
que no saben qué más hacer ¿Es así?
- Sí, así es
- el Jefe de Búsqueda hizo una pausa, los rostros de los hermanos se nublaron, anonadados
guardaron silencio unos segundos.
- ¿Entonces...?
¿No se puede hacer nada más? ¿Pero van a seguir buscando, no?
- Sí, por supuesto, pero.....- el mayor parecía dudar entre continuar o guardar
Silencio
- Por favor, si tiene algo que decirnos
hágalo ahora, para eso hemos venido
- Está bien,
escuchen; por ley vamos a seguir buscando una y otra vez, hasta por quince días,
pero ese no es el punto - el mayor tragó saliva, tomó aire y continuó - ustedes
han visto cómo es el terreno, variado pero siempre difícil, podrían estar en cualquier
lugar y nosotros no verlos, y ya llevamos diez días buscándolos sin resultado alguno,
no hemos conseguido ni un solo indicio o información, prácticamente estamos dando
palos de ciego
- Y eso ¿qué significa?
- Mi opinión personal, por mi experiencia, y disculpen si soy muy crudo - lo dijo
de corrido y continuó sin pausa - si ellos no salen por sus propios medios sus posibilidades
son casi nulas, ya ha pasado demasiado tiempo. Lo siento. Los hermanos se miraron
entre sí, en silencio, abatidos guardaron silencio asimilando lo que acababan de
escuchar - Entonces ¿qué nos sugiere?
- Si quieren
pueden quedarse con nosotros, eso no es problema, me gustaría decirles otra cosa
pero en realidad no nos ayudarían en nada - los hermanos se levantaron e hicieron
un aparte para conversar entre sí.
- Mayor, vamos
a conversarlo entre nosotros y luego le avisamos qué vamos a hacer
Diez minutos
más tarde buscaron al mayor para comunicarle su decisión; regresarían a Lima al día siguiente.
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