Canciones de
Lucha Reyes
Lucha Reyes,
(*Lima, 19 de julio de 1936 — † 31 de octubre de 1973).
Cantante peruana cuyo verdadero nombre era Lucila Justina Sarcines Reyes de Henry. También era conocida por los seudónimos La Morena de Oro del Perú, que se lo puso Augusto Ferrando, y La Reina de la Popularidad.
- Allá estarás conmigo
- Amor de una Noche
- Así lo quieres Tu
- Aun que me Odies
- Callecita de Antaño
- Castigo
- Cobardía
- Como una Rosa Roja
- Contigo y sin ti
- Corazón
- De Puerta en Puerta
- Dolor y odio
- Dos almas
- El Payande
- El Último Beso
- El Último Brindis
- Hace tiempo
- Hoy vuelvo a ti
- Ilusión de mi vida
- Jamás impedirás
- José Antonio
- La Flor de la Canela
- Limeña
- Locura y pasión
- Malabrigo
- Mentira
- Mi ultima canción
- Morena la Flor de Lima
- Nada te debo
- Perdón por Adorarte
- Por tus Ojitos
- Propiedad Privada
- Que cosa tu me has hecho
- Que Importa
- Que Viva Chiclayo
- Quiero pedirte perdón
- Regresa
- Secretos
- Siempre te amare
- Siempre te ayudare
- Soy tu amante
- Te quiero mas
- Tu me acusas
- Tu Voz
- Tuya es mi vida
- Un rosal divino
- Una Carta al Cielo
- Ya ves
- Yo no se
- Yo tengo una Pena
Nació en la Calle Aromito, (hoy Jr. Sechura) en el
distrito del Rímac, de cuna sumamente humilde, tanto su infancia como
su juventud estuvieron marcadas por el dolor y las desventuras. Fue
hija de don Tobías Sarcínes y de doña Lucila Reyes, una modesta lavandera.
A ella se sumaron otros quince hermanos, todos de la unión Sarcines-Reyes.
En 1942, tuvo los primeros golpes de su vida, quizás uno de los más
fuertes: la muerte de su padre Don Tobías, y la llegada de un nuevo
hombre en la vida de su madre, el cual lejos de cumplir un rol paterno
la maltrataba física y psicológicamente. Tiempo después, un pavoroso
incendio, originado por un lamparín que iluminaba su vivienda, hizo
que la familia se trasladara a los Barrios Altos, una zona de Lima caracterizada
por ser la Cuna del Criollismo, vena fiel de Felipe Pinglo Alva, Pedro
Espinel, Samuel Joya entre tantos otros.
A pesar de los sinsabores
tempranos, Lucha tuvo en el canto una fuente de realización. Ella cantaba
y lo hacía con toda el alma, con una emoción y un sentimiento únicos,
que la llevaron a la fama. Debido a la agudización de los problemas
económicos, su familia tomó otra decisión que dejará huella en su vida:
su envió al Convento de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor,
a cargo de Religiosas Franciscanas. Ellas la formaron hasta el tercer
grado de primaria y le inculcaron valores que la caracterizarían posteriormente:
su proximidad con los humildes y su visión de la vida desde un punto
humano. Años más tarde, contrae matrimonio civil con Jorge Henry, sargento
de la Guardia Civil, relación que estuvo marcada por la violencia y
duró corto tiempo, dejando en ella, otra vez, la amargura de un hogar
infeliz. Pasado el tiempo, tuvo una segunda relación de la cual no se
tiene información alguna; sin embargo tampoco en ella fue feliz. En
medio de penurias y dolor, Lucha concibe en 1952 a su hijo Humberto
Cueto Sarcines, y en 1953 a Alejandro Cueto Sarcines, inclusive cuando
sus hijos ya eran grandes, llegó a criar a una niña llamada Beatriz
Rivera, esto lo hizo hasta el final de sus días.
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