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Canciones de
La Limenita y Ascoy

Peru

La Limeñita y Ascoy




En sus actuaciones se convirtieron en una verdadera institución del mundo criollo cuando el vals y la marinera se engalanaban con su incomparable y añeja voz tan peculiar.




  1. Abandonada
  2. Amor Traidor
  3. Calvario
  4. Desden
  5. El Solitario
  6. La Pasionaria
  7. Luis Pardo
  8. Manjar del Sufrimiento



Recibieron aplausos y la gratitud del pueblo, reconocimientos y homenajes pero nunca tuvieron una casa ni un bien propio sobre la tierra, ni ningún tipo de ayuda económica, a pesar de que efectivamente era necesario.

En ellos se conjugó el vals callejonero de la Lima de ayer y los refinados ritmos del de hoy, sin excluir el alegre tondero y cualquier expresión musical peruana, sobre todo costeña

Al famoso dúo “La Limeñita y Ascoy, conformado por los hermanos Alejandro y Rosa Dolores Ascoy Villón, el destino tan implacable los separó. Hace ya varios años Alejandro murió con el peso de los años encima, mientras que Rosita se retiró del canto, padeció de arteriosclerosis y también se fue de este mundo,

La Limeñita y Ascoy, criollos desde sus años mozos, cantantes de prestigio y eminentes figuras del folklore nacional, estuvieron juntos desde 1937 hasta 1986 en que se disolvió el dúo.

¿POR QUE LIMEÑITA?

Año de 1937 y en la Lima de ayer en plena fiesta criolla que se realizaba en Radio Goycochea una pequeña muchacha agarra una guitarra y empieza a probar las cuerdas con mucha facilidad.

Rosa Elvira Figueroa, la destacada folklorista, mira atentamente a la joven y comenta con sus amigas: “que manos tan pequeñas. Son manos de limeñita”. La muchacha era Rosita Ascoy. Desde esa fecha quedó bautizada como Limeñita. Actuó en la emisora sola, mientras que por las calles del tradicional y criollísimo Barrios Altos, en aquella época había jarana, bohemia, serenata, música criolla.

Un joven pequeño y achinado con dedos cuadrados y uñas al ras de la carne se reunía con el inmortal Felipe Pinglo y Filomeno Ormeño cantando al ser querido. Era Alejandro Ascoy. No sabia que su hermana había debutado como cantante.

Ellos desde muy pequeños tocaban la guitarra por oído a pesar de la oposición de sus padres y otros familiares. Nacieron con el “bicho” del criollismo. Tenían un secreto: en la casa paterna ubicada en la calle Las Carrozas interpretaban canciones con una sola guitarra cada uno con una mano en el instrumento musical.

Hasta que un día decidieron incursionar en el arte juntos y formaron el dúo que tuvo como símbolo la peruanidad. Alejandro lo propuso cuando supo que ella debuto. Rosita aceptó, sin dudar ni vacilar.

Eran otros tiempos. En mi vida me he jaraneado-modestia aparte-le he dado al Perú conjuntamente con Rosita, bastante”, me dijo en una oportunidad Alejandro.

Publicado por Edgardo de Noriega




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