PORTAL ROSACRUZ DEL GUAJIRO

“El hombre que comprende su ignorancia
Ha dado el primer paso hacia el conocimiento.”


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La Sabiduría Antigua y Nuestro Tiempo


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Constant Chevillon
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Este interesante artículo fue escrito por el Gran Maestro Constant Chevillón,
quien fue una gran personalidad dentro del esoterismo europeo
en la primera mitad del siglo XX,
además de un hombre ilustrado y muy espiritual
fue un hombre comprometido con los
ideales de la libertad y fue ejecutado por los nazis
que ocupaban Francia en 1944.



LAS ESCUELAS INICIÁTICAS
Estas escuelas tuvieron su principio muchísimo antes de que se escribiese la historia de las actividades humanas y, en todas las épocas sus miembros estuvieron dispuestos a servir los mejores intereses de los pueblos enseñándolos y guiándolos para recibir los mayores beneficios posibles de la vida, con el menor sufrimiento; sin embargo, la historia revela que no todos estuvieron dispuestos a aceptar las verdades «¡que hacen libres a los hombres!».

Sus enseñanzas fundamentales, comenzando por las Coptas Egipcias primitivas y las precristianos Gnósticas, no han cambiado jamás.
Cada época, sin embargo, ha requerido una nueva interpretación y una nueva aplicación de la LEY a las, necesidades del individuo y de las naciones.

En esta Nueva Edad, la obra de las Asociaciones Espirituales y Ocultas debe ser restablecida en el mundo con la misma fuerza que tuvo en épocas anteriores para que los pueblos puedan ser instruidos en la Ley y se capaciten para usarla en la obtención de la Iluminación y la Inmortalización del Alma, como único medio de salvar a la humanidad.
En los últimos tiempos sociedades pseudo-ocultas y organizaciones rosacruces imaginarias han destruido la confianza de muchos investigadores, estudiantes y aspirantes. El hombre tiene tendencias demasiado poderosas a aceptar como verdad las apariencias que le halagan. Pero esta confianza será restablecida.

LAS ENSEÑANZAS ESOTÉRICAS
Cuando la mente de un individuo se ha abierto al pensamiento de que existe una ciencia más profunda que la que enseñan nuestras universidades -grandes y respetables por muchos de sus aspectos-, de que esa Ciencia Secreta debe ser estudiada al lado de las otras y lo intenta, inicia el proceso cultural-espiritual que la Sagrada Escritura llama «el ascenso de la escala de Jacob», que le conducirá, no precisamente al cielo, sino a la Iluminación de su mente y de su Alma, es decir: a la Iniciación, cuya consecuencia es la liberación de toda servidumbre de cuerpo, Alma y espíritu.

La mayoría sólo ha recibido enseñanza sobre las posibilidades de la vida material, e ignoran que poseen un Alma que pueden despertar y tornar activa, y cuyos poderes son más grandes, deseables y reales que todo lo que pueda apetecerse. Muchos continúan creyendo que una alta intelectualidad es la más apetecible y digna ejecución humana. Pero el intelecto no tiene acceso al mundo del Alma, al mundo de la Vida; su máximo poder consiste en dar explicaciones superficiales de las cosas, sin penetrar en su esencia y carece de poder vital para reformar al hombre y para crear fraternidad, en cambio, su naturaleza afectiva, llamada frecuentemente naturaleza divina, es la base de toda inteligencia y de todo poder verdadero y duradero.

El objeto primordial de estas enseñanzas es guiar al individuo hacia el interior de sí mismo hasta encontrar su propio Centro Metafísico y encender la Llama Sagrada sobre su Altar Interior Esta llama es el punto de contacto del hombre con la Fuente de todo poder y de todo Conocimiento. Proporciona un Centro Espiritual alrededor del cual puede construirse una vida fecunda, constructiva y feliz. Es la más alta experiencia que puede alcanzar el hombre según lo atestigua la literatura mística de todas las razas, incluyendo el Occidente. La genuina mística cristiana es rica en este tema; bastaría citar en este campo a Francisco de Asís, a Juan de la Cruz, o a Teresa de Ávila . La Orden enseña al aspirante las leyes y principios que conducen a ella, pero es el aspirante quien tiene que hacer su propio trabajo. Es él quien tiene que aplicarlos en su vida diaria para obtener su desarrollo interior y el despertar de fuerzas que puede usar para lograr salud, fortaleza y vitalidad juvenil, así como para cualquier otro propósito personal o social.

Este entrenamiento obliga a vencerse a sí mismo y a obrar cada vez más de acuerdo con la razón y con la Ley del Amor; es sencillo, natural y se lleva como parte de los quehaceres diarios, pues no es incompatible con ninguna actividad o empresa correcta, ni prohíbe ningún placer positivo. Multiplica la capacidad para el trabajo, purifica los sentidos, robustece la mente, desarrolla la sensibilidad y acrecienta y ennoblece la capacidad de goce, aun cuando también, por ley de polaridad, la capacidad para el dolor. No busca el domino de los demás, sino la inspiración y el poder para servir en forma eficiente y desinteresada; e impulsa a robustecer e independizar la voluntad y la mente y a acrecentar la capacidad de juicio y de discernimiento para hacer, antes que todo, hombres verdaderamente libres y, sobre todo, responsables.

Paso a paso, y a veces imperceptiblemente, el neófito gana en fuerzas para enfrentarse a las circunstancias particulares de su vida por adversas que sean. Aprende a despertar sus propias fuerzas y a ejercer sus propios poderes. Aprende a cultivar las emociones del corazón y del Alma y a actualizar en sí sus poderes, energías y posibilidades latentes, para alcanzar la plenitud de su vida y llevar a la manifestación la Sagrada Llama, para que arda sobre el Trono en el Centro de su ser y se convierta en Hermano de la Luz, o Hijo de Dios.

Una vez que el hombre alcanza cierto grado de desarrollo interno puede comunicarse con los Centros Jerárquicos, abiertos a quienes por una vida pura y creadora, alcanzan estos dones. Existen en los Espacios Superiores centros de Amor, de Poder, de Energía, de Bondad, que corresponden a todos los conocimientos y condiciones posibles al hombre. No sólo es factible ponerse En contacto con esos Centros, sino que pueden alcanzarlos una inmensa cantidad de individuos que hoy malogrando su tiempo mueren en mitad de su carrera. o despiertan demasiado tarde para remediar su insensatez. Beethoven, por ejemplo, estaba por naturaleza afiliado a los Centros Musicales y recibió su inspiración de esos Espacios; Sócrates estuvo en contacto con los Espacios Filosóficos y el Alma plena del Profeta de Galilea tomó su inspiración del Centro más interno: el del Amor.

Nunca en la historia del mundo se ofrecieron oportunidades mejores que en la hora presente. Pero hombres y mujeres viven como en sueño, trabados por su propia debilidad y por la ajena, enceguecidos por ambientes y condiciones adversos o bobalicones y esclavizados por la opinión de los demás. Andan a ciegas, guiados por filosofías o religiones simbólicas y externas, dando tumbos de experiencia en experiencia, sin comprender las lecciones del dolor, de la alegría o de las pérdidas y sin saber el porqué de todo ello. El que recurre al entrenamiento oculto descubre por qué las sufre: comprende la razón del sufrimiento, el sentido del dolor, de la alegría y del esfuerzo, y a la luz de la filosofía, de la ciencia y de la experiencia de los que le han precedido en el camino, estudia y aplica los Medios que han de llevarle a realizar la Iluminación y la inmortalización de su alma, dentro de una vida creadora y positiva para sí mismo y para los que le rodean.

LOS ROSACRUCES
Durante el período medieval, a despecho de la persecución al pensamiento independiente, cientistas, profesores, doctores y monjes, protegidos por las murallas de sus monasterios se entregaron al estudio de la ciencia de la filosofía, de la alquimia. de la astronomía, de la magia y de la filosofía oculta, Algunos de estos fueron profundamente religiosos, sinceros seguidores de la doctrina del Nazareno, que la entendieron como una enseñanza ética y mística relativa a la vida, y no como un sistema dogmático - teológico. Para defenderse de la persecución se unieron en sociedades ocultas y se mantuvieron fieles a la Sabiduría Secreta tradicional, de los Pitagóricos, los Esenios, los Gnósticos, los Platonianos y las Hermandades del Oriente. Celebrados pensadores, místicos y cientistas como Raimundo Lulio, Rogerio Bacon, el Abate Tritemio, Paracelso, fueron Jefes o miembros de ellas.

Al comenzar la Reforma en Alemania, uno de los prominentes de esa época, Johann Valentín Andrea, logró reunir a muchos de los más avanzados Iniciados de esas sociedades en una nueva Fraternidad, que tomó por emblema la Cruz y la Rosa. Su objetivo fue refundir en un solo cuerpo la Interpretación espiritual del cristianismo tal como la dieron Suzo, Tauler, Eckharth, Studion, Johann Schaeffer y otros, con la antigua. Sabiduría Hermética y las enseñanzas de los Místicos Orientales.

Así surgió en los comienzos del siglo XVII (1614) la Fraternidad de los Rosacruces, o Fraternidad de la Cruz Rosada, cuyo nombre original e inmutable es Orden Rosacruz, como heredera de la Sabiduría de los Antiguos Misterios y de lo mejor del pensamiento místico cristiano; fue la Escuela creadora de esta denominación y desde entonces hasta hoy ha venido observando estrictamente todos los antiguos «Lardmarks». Posteriormente, organizaciones distintas de ella han tomado abusivamente para si este augusto nombre.

Es una escuela estrictamente secreta y espiritual dedicada a la enseñanza de verdades espirituales y de una ciencia espiritual, filosófica y científica cuya práctica lleva al desenvolvimiento e Inmortalización del Alma humana mientras vive dentro del cuerpo físico llevándola a la Conciencia Cósmica y tratando de establecer por este medio la fraternidad sobre la tierra.

La Orden es una asociación de personas libres, absolutamente ética y libre de todo dogma. Miembros de cualquiera religión pueden ser y son Aspirantes en esta Escuela. Es apolítica, aun cuando adhiere ardientemente a la doctrina que postula la más completa libertad para el hombre. Es fundamentalmente espiritual porque enseña la Inmortalidad del Alma y la Paternidad de Dios; y es científica porque enseña las leyes que dan salud al cuerpo y fortaleza a la mente y trabaja incesantemente por la elevación y liberación física, mental y espiritual del hombre.

No promete poderes divinos o sobrenaturales a sus Neófitos. Manifiesta que sus miembros internos están familiarizados con las fuerzas psíquicas y ciertas leyes de la Naturaleza y son expertos en su manejo; que han descubierto en esta fuerzas más sutiles que la electricidad, que, bajo ciertas condiciones, pueden ser centradas y dirigidas por una mente apropiadamente entrenada y por una voluntad y una imaginación activas, llevando a cabo con ellas muchas cosas en exaltación y beneficio de la humanidad, mientras al mismo tiempo se forma un poder en el alma, muy superior al que el hombre de mente terrena puede comprender.

La Fraternidad, Orden, Templo y Hermandad de los Rosacruces enseña, fundamentalmente, las más altas formas de ética y la transmutación de los metales bajos (pasiones de la mente y del cuerpo) en el oro puro de la Iluminación espiritual.

Los Rosacruces son personas prácticas, que creen en el progreso de la raza, en el orden, en el continuo perfeccionamiento del ser en todas sus esferas de acción. Su lema es: ESFORZARSE, ATREVERSE.

Ser Rosacruz no es haber recibido un grado o título de alguna Orden o Fraternidad por poderosa que sea, es el resultado final de un proceso de desarrollo; proviene de haber penetrado ciertas capas profundas del ser y de haber alcanzado su conocimiento y su poder por propio esfuerzo y dedicación. Y quien lo logra, sella sus labios con impenetrable silencio y nunca se presenta o pretende ser tomado como tal.




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