La tan sostenida teoría de tres colores primarios y cuatro secundarios
es puramente exotérica, ya que desde los periodos más antiguos se sabe que hay siete
colores primarios, y no tres; pero el ojo humano es capaz de ver solo tres de ellos.
De esta forma, aunque el verde puede formarse al combinar azul y amarillo, también
existe un verde primario o verdadero que no es un compuesto. Esto puede comprobarse
al romper el espectro con un prisma. Helmholtz hallo que los llamados colores secundarios
del espectro no podían ser descompuestos en sus supuestos colores primarios. De
esta forma, si se pasa por un segundo prisma, el naranja del espectro no se divide
en rojo y amarillo, sino que permanece naranja.
La conciencia, la inteligencia
y la fuerza están adecuadamente simbolizadas por los colores azul, amarillo y rojo.
Por otra parte, los efectos terapéuticos de los colores, están en armonía con este
concepto, ya que el azul es un color purificante, calmante y eléctrico; el amarillo
es vitalizante y refinado; y el rojo es un color inquietante y conductor de calor.
También se ha demostrado que los minerales y las plantas afectan la constitución
humana según sus colores. De esta forma, una flor amarilla generalmente produce
una medicina que afecta la constitución de una manera similar a la que lo hace la
luz amarilla o el tono musical mi. Una flor naranja influenciara de una manera similar
a la luz naranja; y, como es uno de los llamados colores secundarios, puede corresponder
al tono re o al acorde de do y mi.
Los antiguos pensaban que el espíritu
del hombre correspondía con el color azul, la mente con el amarillo y el cuerpo
con el rojo. Por lo tanto, el cielo es azul, la Tierra es amarilla, y el infierno
---o el mundo inferior--- es rojo. La condición ardiente del infierno meramente
simboliza la naturaleza de la esfera o plano de fuerza del cual este se compone.
En los Misterios griegos, la esfera irracional siempre fue considerada roja, ya
que representaba aquella condición en la cual la conciencia esta esclavizada por
los placeres y las pasiones de la naturaleza inferior. En India, algunos dioses
están mostrados con una piel azul ---usualmente atributo de Vishnu--- para representar
su constitución divina y supermundana. Según la filosofía esotérica, el azul es
el color verdadero y sagrado del sol. La aparente sombra naranja-amarilla de este
orbe es el resultado de la inmersión de sus rayos en las substancias del mundo ilusorio.
En el simbolismo original de la Iglesia Cristiana, los colores eran sumamente
importantes y su uso fue regulado conforme a reglas cuidadosamente preparadas. Sin
embargo, desde la Edad Media, la indiferencia con la cual se han utilizado los colores
ha resultado en la pérdida de sus más profundos significados emblemáticos. En su
aspecto primario, el blanco o el plateado representaban vida, pureza, inocencia,
alegría y luz; el rojo representaba el sufrimiento y la muerte de Cristo y de Sus
santos, y también el amor divino, la sangre y la lucha o el sufrimiento; el azul,
la esfera celestial y los estados de devoción y contemplación; el amarillo o el
oro, gloria, fertilidad y bondad; el verde, fecundidad, juventud y prosperidad;
el violeta, humildad, profundo afecto y pena; el negro, muerte, destrucción y humillación.
En el arte eclesiástico antiguo, los colores en la ropa y en los adornos también
revelaban si un santo había sido martirizado, así como el carácter de la obra que
había realizado para merecerse la canonización.
Además de los colores del
espectro, hay un amplio número de ondas vibratorias de color, algunas tan bajas
y otras tan altas como para que el aparato óptico humano las pueda registrar. Causa
consternación el contemplar la ignorancia colosal del hombre con relación a estos
panoramas de espacio abstracto. Así como en el pasado el hombre exploro continentes
desconocidos, de igual forma en el futuro, armado con curiosos implementos destinados
para ese propósito, el hombre explorara estas poco conocidas firmezas de luz, color,
sonido y conciencia.