“…Yo no he venido a abolir la ley, sino a hacer que se
cumpla” (Jesucristo)
1ºAMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU SER, CON TODO TU CORAZON Y AL PROJIMO
COMO A TI MISMO. Es la impersonalidad, -puede decirse así-, la clave de este
primer postulado. Mas tarde el Profeta Nazareno, -Avatar de la Era de los
Peses-, agregara: “Busca el Reino de Dios y su justo uso, que los demás se te
dará por añadidura”; palabras que develan el íntimo significado de este primer
mandamiento. Cuando comprendamos y hallamos aprendido “Amar al Señor” nuestro
Dios, REALMENTE, entonces amaremos por añadidura al prójimo; porque nosotros
mismos somos Dios ya que somos hechos a su Imagen y Semejanza en lo esencial de
nuestro ser. Cuando hayamos culminado el grado que nos permita “conocer”
nuestro YO íntimo, esa partícula aparentemente divina, -pero indivisa de la Vida
Una-, cuando por conocerla hayamos establecido la sincronización de mente,
cerebro y corazón y podamos actuar en la defensa del TODO porque de él somos
parte, entonces hemos comenzado a vislumbrar la Luz Eterna, Increada, la Aurora
Inmortal. Vibrar en ella es escalar la cumbre de nuestro personal Tabor y
mostrar la luz indefinida e inexplicable del Yo Soy, hilo indivisible que enlaza
el arriba y el abajo, al hombre con Dios.
2º NO JURAR SU SANTO NOMBRE EN VANO. Jesús agregará: “cuando tengas que
decir o justificar algo, sí, sí, sí, no, no; pero no jures por el Nombre de
Dios, cuyo trono es el cielo y su estrado la tierra”. Para poder respetar y
actuar en toda su estatura ese mandato, débese haber realizado la síntesis del
primero, de lo contrario, no sabremos que leyes se movilizan en el momento que
violamos este postulado. Somos Dios, somos su Imagen perfecta; Dios soy Yo.
Somos sus expresiones en grado de vibración diferenciado de nuestro Universo,
pero manifestando cada uno en su plano, grado y modo, sectores de la evolución
del Todo; por lo tanto, no se debe jurar por Él porque todavía no conocemos su
Presencia Inefable, ya que nuestro estado evolutivo se encuentra atravesando la
oleada de vida más densa y lenta en este cuerpo planetario, clasificado tierra;
la lógica entonces nos conduce al convencimiento de que no debemos jurar tomando
su Nombre como base, porque es irreverente, ni podemos, ni debemos jurar por el
Dios de nosotros, -nuestro Yo Soy-, porque todavía no lo hemos conocido. La
frase Socrática define el valor esencial de ese mandamiento: “Hombre, conócete a
ti mismo y conocerás a Dios”. Entonces no habrá necesidad de jurar, porque
habremos encontrado la LEY.
3º SANTIFICAR LAS FIESTAS Los pueblos han formado con los más importantes
procesos cósmicos de nuestro universo, días especiales en los cuales el sentir
religioso se pone de manifiesto en los ritos y costumbres de cada porción de
tierra habitada de nuestro planeta. El Equinoccio Vernal, etapa en la cual por
encontrarse el Sol sobre el horizonte, los días y las noches son iguales, señala
el comienzo de la época denominada PRIMAVERA. En este proceso cósmico la
humanidad católica-romana celebra acá en la tierra la semana de la pasión mejor
conocida como Semana Santa. La Muerte del Nazareno, la Crusificción del Hijo de
Dios, abre el camino al estudioso para la investigación e interpretación de este
simbolismo y en consecuencia, la comprensión de las otras festividades. En
el Macrocosmos (Sistema solar) en cada equinoccio el Sol y su cortejo
planetario, trascienden un nuevo grado de la eclíptica, vale decir, de trabajo
cósmico, en la tierra mueren los seres y cosas que tuvieron a su cargo el
mensaje o enseñanza para el nuevo proceso de trabajo que tenemos por adelante.
Esto es en su aspecto trascendente el significado simbólico de la Primavera;
el ingreso del Sol a 0º de determinada constelación, transcurridos los 360º de
su recorrido, ya que esto propicia en nosotros los nuevos estados en que hemos
de vibrar, por cuya experiencia avanzaremos un poco más hacia la perfección.
Esta es la intr.-relación fundamental de las festividades religiosas;
movimientos de los cuerpos planetarios que en el Cosmos con sus quías de luz, en
un importante y augusto silencio, cruzan la línea divisoria, dejando el grado
que terminan, para ingresar en el que comienzan; marcando así la evolución en el
abajo en su eterno ascenso hacia la perfección. Por eso la necesidad imperiosa
de SANTIFICAR LAS FIESTAS.
4º HONRRAR PADRE Y MADRE El enunciado de este mandato ordena rendir el
honor y el respeto debido a la jerarquía de nuestros progenitores. No por ello
como hombres y mujeres en su experiencia evolutiva, sino, porque ellos
simbolizan el Gran Arcano de la cópula cosmogónica, el maridaje de las fuerzas
cósmicas, que hace nacer mundos y sistemas. Por eso, el honrar y respetar a
nuestros padres, estamos rindiendo pleitesía y devoción a esas fuerzas de
quienes somos células. Engendros de la misteriosa matriz universal donde se
procrean y gestan los embriones arquetípicos, mediante los cuales evoluciona la
Vida en su proceso eterno e infinito.
5º NO MATAR Eso reza el quinto mandamiento. Bueno es analizarlo e
interpretarlo. NO MATARAS, sin embargo, sabemos que a nuestro alrededor se mata,
se destruye, obedeciendo el mandato imperioso de la alimentación. Gran
contra-sentido si recordamos que en el Antiguo Testamento se especifica lo que
el hombre puede y debe utilizar para su necesidad sin tener que recurrir a la
matanza brutal de animales, alimento básico actual con las excepciones del caso.
NO MATARAS, pero antes que podamos obedecer esta mandato, debemos haber
aprendido el primero: AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO; porque haciéndolo
aprenderemos a respetar en lo otros, a amarnos los unos a los otros, única forma
de NO MATAR. Mientras no hayamos hecho conciencia lo primero, no podremos
obedecer el quinto mandamiento de la Ley y seguiremos viendo guerras, crímenes,
violencia y toda esa gama de escalofriante de sucesos, que imperan en el reino
humano, porque impulsado por el instinto –grado que estudiamos con la ayuda del
discernimiento t razón, facultades específicas en la evolución del hombre-,
luchamos para vencer el grado de animalidad que yace en nosotros, haciéndonos
cometer toda serie de errores. NO MATARAS, porque al matar, matamos grados de
evolución ultrapasados por nosotros siglos atrás.
6º NO FORNICAR Dice el Diccionario refiriéndose a la palabra “FORNICAR” lo
siguiente: “Tener cópula carnal fuera del matrimonio” e imparte la siguiente
explicación de la palabra MATRIMONIO: “Unión legal de hombre y mujer”. El
sexto mandamiento impone pues, que todo hombre y mujer que haya recibido la
consagración para unirse desde el sector filosófico o religioso, así como
también desde el social al cual pertenece, inician una vida mancomunada, secreta
y mística en el hogar que conforman. Por lo tanto, el hombre y la mujer deberán
respetar este sexto mandamiento en lo físico como en lo mental si es que quieren
vivir en paz, ya que su violación produce tremendos efectos cádmicos e
inquietudes extremas. Es bueno hacer un paréntesis para aclarar que los
órganos generadores no se originaron para la gratificación ni el desenfreno
sexual y que es bien sabido por todos los que transitamos el sendero del
conocimiento, que el mal uso del sexo degenera, su estudio y práctica
científica, regenera y la práctica sana y moral de todo hogar cristiana genera
la vida, multiplica la especie y cumple una buena parte del contenido esencial
en el evolucionar. Así pues, NO FORNICAR, es no abusar en la vida en lo que
se relaciona con el sexo. NO FORNICAR, es conocer que todo lo que se relaciona
con el aspecto sexual de la naturaleza, desde la procreación en las plantas,
minerales, los animales y el hombre es un proceso lógico y cumple un cometido
específico en el desenvolvimiento armonioso de la vida universal y divina y por
lo tanto, su práctica tiene su código de acción de modo que, la correcta
actividad sexual y el buen uso del sexo nos traerá como consecuencia la más
exquisitas delicias y óptimos resultados en la salud, la armonía, la paz y la
prosperidad. NO FORNICARAS, es el mandamiento que llama a la reflexión de ese
interrogante que es la vida en el sector secreto entre el hombre y la mujer y en
todos los tiempos los grandes templos de misterio donde operaban las Escuelas
Secretas del saber de la antigüedad, velaron la enseñanza y estudio de ese
secreto para cumplir el mandato Crístico: “NO ECHAR MARGARIAS A LOS CERDOS”.
Hoy nos encontramos en la Era de Acuario, la Era de la Luz, del espacio, de la
mente y de la infinitud y se impone también la práctica de uno de los postulados
de la Esfinge que con su hierática figura da testimonio de los tiempos pasados,
presentes y futuros: “SABER ATREVERSE”. Nada o casi nada se conoce del aspecto
fundamental de ese mandato como no sea al que atañe al cruce sexual del hombre y
la mujer como medio de alcanzar el clímax del placer en la vorágine del erotismo
más intenso y del diablo como la figura que frena la concupiscencia de la carne.
Más Jesús, el hombre casto por excelencia declaró con toda claridad: “YO NO HE
VENIDO A ABROGAR LA LEY, SINO A HACER QUE SE CUMPLA” y de los mandamientos este
es el que tiene la clave de la Inmortalidad.
7º NO HURTAR No Hurtar, es decir, no disponer de nada que no nos
pertenezca. Profundicemos en este estatuto. Nuevamente el Diccionario no ayuda
con el concepto que emite: “Sacar a una mujer violentamente o con engaño de la
patria potestad”. Por lo tanto, LA LEY es clara, meridiana. Todo lo que
pertenezca a otra persona, -analícese el sentido de la LEY-, debe ser respetado
o quedamos fuera de ella. Por eso el mandamiento que antecede nos conmina a “NO
FORNICAR”. Cuando un hombre y una mujer CRUZAN sus naturalezas, realizan un
acto de Magia Cósmica, un pacto que solo Dios podrá deshacer. Por eso, el hombre
que teniendo su mujer, amparado en la circunstancia o en el engaño, comercia o
da su amor de cualquier manera a otra, ese hombre es un LADRON. Lo mismo y con
mayor castigo se refiere a la mujer, matriz del hogar y tronco de la familia
resultante. En algunas latitudes de nuestro planeta la promiscuidad sexual es
una costumbre, pero no se ha visto felicidad pura y sana donde existen estos
hábitos. Fue Dios quien escribió con su fuego LA LEY y solo cuando el hombre
aprenda a respetarla y vivir de acuerdo con ella, estaremos comenzando a ser
Hijos de Dios.
8º NO LEVANTAR FALSO TESTIMONIO Como se dejó dicho en la interpretación
esencial del segundo mandamiento. Jesús nos enseña “CUANDO TENGAS QUE GARANTIZAR
ALGUNAS COSAS, TUS PALABRAS NDEVEN SER SI, SI, NO, NO, PERO NUNCA TOMAS LAS
COSAS A NOMBRE DE DIOS PARA TUS JUICIOS PORQUE TE CONVIERTES EN REO DE ACCION T
SOBRE TODO NO TESTIMONEARAS FALSAMENTE, PORQUE LA LEY MISMA SE ENCARGA DE
DESCUBRIR TU TRAICION Y TU FALTA DE HONRADEZ”. Esto explica la pauta de trabajo
de este octavo mandamiento.
9º NO DESEARAS LA MUJER DE TU PROJIMO Nada hay que agregar al enunciado de
este mandato. Sin embargo, la humanidad actual (con las excepciones del caso),
de espaldas como se encuentra a la verdadera razón de vivir, es precisamente en
el violación de este Estatuto que encuentra diabólica satisfacción en su lujuria
concupiscente. El hombre y la mujer conforman una célula ante Dios, célula
en la cual El mismo se manifiesta como aspecto trino y nada ni nadie debe tener
cabida en esta comunicación. Hermano, frena tu condición pensante, la actividad
errada de tu mente para que vivas en Paz.
10º NO CODICIAR LOS BIENES AJENOS Se precisa de un análisis exhaustivo
para la interpretación, adaptación y realización de este mandato. Se podría
también usar la palabra ENVIDIAR LOS BIENES AJENOS. El motivo y razón de ser de
este mandato nos lleva a grandes verdades como es, la ley de re-encarnar.
Trayendo la enseñanza tradicional bíblica como Juez de nuestras explicaciones,
nos referimos a aquella pregunta que se le hizo al Avatar de la Era de los Peces
–Jesús, el Nazareno-, “Eres tú Abraham, Moisés, Elías, etc.?” a lo que El
respondió, “antes de que Ellos fuesen, yo ya existía”. Estas palabras
CON-tienen el secreto de LA LEY del re-encarnar a la que no nos referimos por
cuanto no es tema de este trabajo y solo hemos hecho mención de esta acusación
para comprobar el porque no podemos, ni debemos envidiar o codiciar los bienes
ajenos; porque “aquello” que disfrutamos o sufrimos hoy, es la comprobación
científica de lo que fuimos o hicimos ayer; o sea, en la ENCARNACION anterior a
la presente existencia terrestre. Más claro, nuestra ambiente marca el grado
evolutivo e indica el sendero que venimos transitando dentro de la evolución.
Hasta aquí las referencias explicativas de los DIEZ MANDAMIENTOS que
CON-forman LA LEY; según la tradición estos se resumen en dos fundamentales que
son:
“AMA A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS, Y AL PROJIMO COMA A TI MISMO” y en
sus postreros días Jesús, el Iluminado de Belén, rubricó este código de acción
con un nuevo mandamiento, enmarcado en su amor universal que dice así: “Un
nuevo mandamiento os dejo. Que os améis los unos a los otros como yo os he
amado. En esto demostraréis que sois mis discípulos”. Y estas son las
consideraciones hechas al margen de LA LEY que nos fue lagada por Profetas y
Avatares, en quienes ha reposado la responsabilidad de guiar a la humanidad a
grados superados de conciencia. Todo en el universo está sujeto a ritmo y
medida, y todo debe ser aprendido primero y aplicado después; solo que, a todo
le llega su tiempo y todo tiene su lugar donde ir a encontrarlo. Amigo
lector medita lo dicho y saca consecuencia. Si lo escrito es útil para algunos,
ya está recompensado mi deseo de servirle a El, a mi MAESTRO, que me enseñó el
Sendero dándome la limosna de su Luz.”