Cuando el Ego se encuentra en vías de
renacer, con la ayuda de los Ángeles o Jerarquías Creadoras; forma en el Segundo
Cielo (De la región de la mente concreta), el arquetipo creador de cuerpo físico
denso. Tal arquetipo, es algo sonante y oscilante; puesto en vibración por el
Ego con cierta fuerza proporcional a la duración de la encarnación, que va a
pasar sobre la Tierra.
Y hasta que el arquetipo deje de vibrar, la forma
del cuerpo físico denso; compuesta por los elementos químicos de la Tierra,
continuará existiendo. La vida prosigue, cuando tomamos el recto sendero y
hacemos el debido uso de las oportunidades; pero si por el contrario, nos
olvidamos de ello y nos metemos en un callejón sin salida, las Jerarquías
Creadoras destruyen el arquetipo en el mundo Celeste, para terminar con nuestra
vida.
Por lo que podemos decir; que la duración de una existencia queda
determinada antes, de nacer físicamente.
Pero cualquier vida puede
acortarse si descuidamos ciertas oportunidades que nos permitan:
Dominarnos a nosotros mismos e inclinarnos hacia la virtud y la compasión;
y oponernos, a la maldad y al vicio. Pero para la rectitud en el obrar y lograr
resistir los sofismas e impulsos de la tentación, tenemos que:
a) Conocernos a nosotros mismos; para que en tiempo presente, purifiquemos nuestros hábitos
negativos; y
b) Expiar sin calificar, los malos actos de nuestras vidas
pasadas.
Ejercer nuestro servicio desinteresado, en pro del prójimo. El mundo es
un agregado de oportunidades; y para aprovecharnos de ellas, es necesario tener
la suficiente capacidad y eficiencia en cualquier línea de esfuerzo. El desarrollo
de nuestros poderes espirituales nos capacitará para ayudar o perjudicar a nuestros
hermanos más débiles; pero cuando el objetivo es sólo servir a la humanidad,
esa eficiencia es justificable.
También existen la posibilidad de algunos casos, cuando se ha llevado
completamente en toda su mayor amplitud una existencia; y en la que la persona
ha tratado de seguir el recto sendero y aprovechar todas la oportunidades, para
infundir nueva vida en el arquetipo que su Ego creó.
De ésta manera, se
puede prolongar la vida; pero eso sólo sucede, en casos excepcionales. En los
cuales, el arquetipo creador del cuerpo físico denso; en la región de la mente
concreta (Segundo Cielo), persiste vibrando por un tiempo mayor a la vida que
debió experimentar, el cuerpo físico denso.
Pero cuando una persona
fallece de muerte natural; aunque sea en los albores de la vida, la actividad
del arquetipo cesa porque no se siguió un recto camino ni se aprovecharon todas
las oportunidades que presenta la vida. Por lo que el cuerpo de deseos o astral
se ajusta por sí mismo a ocupar la forma del cuerpo físico denso fallecido, como
si fuera una cáscara vacía.
En el caso del suicida, un espantoso
sentimiento de "vacío" permanece en el arquetipo que sigue titilando hasta que
llega el tiempo en el que; por el curso natural de los acontecimientos, debió
ocurrir la muerte natural del suicida.
Cuando se habla de los arquetipos
de las diferentes formas del mundo físico, no debe creerse que sean simplemente
moldes, en el mismo sentido en que hablamos de un objeto hecho en miniatura o de
otro material apropiado para su uso final. No son escuetos dibujos o modelos de
las formas que vemos en torno nuestro, sino que son arquetipos creadores; esto
es, son los que modelan las formas del mundo físico a su propia imagen o
imágenes.
Porque a menudo, muchos arquetipos trabajan juntos para
producir ciertas especies de los diferentes reinos (Mineral, vegetal, animal y
humano); dando cada arquetipo la parte de sí que se necesita, para construir la
forma física densa requerida.
Así, como se crean figuras geométricas
pasando un arco de violín sobre el borde de un cristal plano cubierto de arena
fina; igual se construyen las formas que vemos en torno nuestro; las cuales son
las figuras cristalizadas de los sonidos de las fuerzas arquetípicas Angelicales
que actúan con los arquetipos, en el Segundo Cielo.