“In principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum,
et Deus
erta Verbum.
Hoc erat in principio apud Deum.
Omnia per ipsum facta sunt,
et sine
ipso factum est nihil quod factum est.
In ipso vita erat,
et vita erat lux hominum;
et lux in tenebris lucet,
et tenebrae eam non comprehenderunt”.
“Al principio
existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios.
Al
principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la palabra
y
sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida,
y la vida
era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la
percibieron”.
San Juan I:1-5
El triángulo, como polígono, une su simbólica a la del tres y
constituye la primera superficie (lo forman tres ángulos internos que suman 180°).
El triángulo es un antiguo símbolo, con el que los egipcios representaban a
la Divinidad y los pitagóricos a la sabiduría.
Si está apoyado sobre uno de
sus lados es emblema del concepto más profundo de lo femenino (se apoya sobre la
materia terrena pero desea alcanzar estados más elevados), así como el fuego, del
calor seco y temperamento colérico; representa el Paraíso Terrestre, dirige su centro
hacia su polo divino.
En el oriente, encima del pulpito del rey salomón, se
corona un triángulo, en masonería este triángulo lleva inscrito en su centro el
tetragrama sagrado
IEVE, o YHVH, o bien el ojo divino; este es un triángulo
isósceles donde el ángulo superior (108°) es el triple de los ángulos de la base
(36°), dicho de otra manera, los ángulos están en una relación de 1 a 3.
El
triángulo del R.·.E.·.R.·. es equilátero y no isósceles, lo que, según la tradición,
representa a Dios cuyo nombre está prohibido pronunciar.
Sus tres lados y sus
tres ángulos son iguales; las bisectrices se confunden con las medianas, por lo
tanto simboliza el ternario donde los tres términos son equivalentes, en particular
la Trinidad Cristiana.
El triángulo simboliza la Santísima Trinidad en la divinidad
del catolicismo es equilátero. En efecto, se constata como una representación, en
cuadros o representaciones pictóricas, de Dios antes de renacer. Las podemos apreciar
en el frente de muchas iglesias barrocas de Venecia y en la capilla del castillo
de Versalles.
Este triángulo equilátero representa la forma elemental de la
tierra. Según el catolicismo, es el que luce tras la cabeza de Dios, como símbolo
de perfección y equilibrio. En su plano psíquico, representa al Sol, del que emana
la Luz y, en el plano astral, al Gran Arquitecto del Universo.
Según Plutarco,
Jenócrates comparó la divinidad a un triángulo equilátero: “para que sea una razón
perfectamente igual en toda su perfección, mientras que el triángulo isósceles solo
tiene dos lados iguales, en consecuencia carece de perfección.”
Este triángulo
con sus tres lados y tres ángulos, evoca las tres palabras que con frecuencia encontraremos
en el templo o en los rituales:
El ternario se impone en campos muy diferentes, ya que da cuenta
del equilibrio entre dos fuerzas opuestas: el activo y el pasivo.
Daremos por
lo tanto el significado más importante del Triángulo Masónico: Luz, oscuridad, duración.
La luz y la oscuridad, siendo los lados oblicuos que son equilibrados y se unen
en la parte superior, en el vértice. El tiempo o la duración en el segmento que
forma la base del triángulo (ternario cósmico).
El triángulo dentro de las primeras
figuras geométricas, es a través de sus tres lados y ángulos iguales un símbolo
de la balanza, la unidad y la armonía. El Triángulo masónico se representa con su
base hacia abajo, descansando sobre el Hombre de la Tierra, de la materia, y su
punta dirigida hacia el cielo, mundo divino celestial, el mundo de la espiritualidad.
Este aspecto recuerda que el hombre tiende a subir desde el fondo hasta la parte
superior, del ser básico para el ser superior.
Este rito ha añadido llamas que
salen de los lados al grafismo del triángulo, otros consideran que el triángulo
es llameante por sí mismo, desde el interior; en este rito el interior del triángulo
está vacío. La frase de San juan aparece sobre los tres lados del triángulo: “et
tenebrae eam non comprehenderunt”.
Salen de esta fuente de conocimiento para
el resto del mundo. Estos rayos muestran que este símbolo es activo e independiente.
Este símbolo produce una energía que emana continuamente para proporcionar el conocimiento
y el amor divino por lo tanto sus beneficios son en todas las direcciones.
Referencias
Bibliográficas
Este triángulo con sus tres lados y tres ángulos, evoca las tres palabras que con frecuencia encontraremos en el templo o en los rituales:
El triángulo simboliza la Santísima Trinidad. En efecto, se constata como una representación, en cuadros o representaciones pictóricas, de Dios antes de renacer, es el que luce tras la cabeza de Dios, como símbolo de perfección y equilibrio.
En el R.E.R. se ha añadido llamas que salen de los lados al grafismo del triángulo, otros consideran que el triángulo es llameante por sí mismo, desde el interior; en este rito el interior del triángulo está vacío. La frase de San juan aparece sobre los tres lados del triángulo:
“ET TENEBRAE EAM NON COMPREHENDERUNT”
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