Es una Orden iniciática. Como tal, entronca con las más antiguas
tradiciones iniciáticas que convergen en lo que René Guenon ha venido a definir
como la Tradición Primordial.
¿Qué es la iniciación?
Es un proceso de reordenación de nuestro ser interior que devuelve
al ser humano, si el interesado realiza el trabajo necesario para llevarlo a cabo,
al estado que era el suyo anterior a la caída, considerando nuestra existencia y
mundo que conocemos, como un estado transitorio. En cuanto al fenómeno de la iniciación
en sí, existente desde el inicio de los tiempos, podemos afirmar sin temor a equivocarnos
que cada cultura tiene la suya, no hay una sola iniciación, pero de lo que sí estamos
seguros es que la Iniciación Masónica es la que le corresponde al mundo occidental
de tradición judeo cristiana.
¿Por qué la exigencia de la condición
de cristiano para poder ingresar en la Masonería Rectificada?
No somos el único Sistema Masónico que exige la condición de cristiano
para poder ingresar en él, en el bien entendido de que la condición de cristiano
no restringe confesión cristiana alguna (católicos, ortodoxos, anglicanos, protestantes,
etc.) y que no exigimos a nuestros miembros antes de entrar en Tenida, el certificado
del cura párroco conforme han ido a misa el domingo anterior, allá cada cual con
su conciencia, pero como decíamos, además de la Masonería Rectificada existen otros
Sistemas como el Rito Sueco (practicado por todas las Grandes Logias Escandinavas)
y en Alemania el Rito de Zinnendorf, que al igual que nosotros exigen esta condición,
y por supuesto en Francia, donde tuvo su cuna la Masonería Rectificada, practicada
por el Gran Priorato de las Galias, de quien la Masonería Rectificada española es
hija y tiene Carta Patente.
¿Qué fines persigue la Masonería Rectificada?
Mantener viva una Tradición, una corriente iniciática a lo largo
del tiempo - para nosotros y para las generaciones venideras – que permite al ser
humano reintegrarse, al que era su estado de gloria anterior a la caída que lo precipitó
a nuestro estado actual, a nuestro mundo sensible. Evidentemente que nuestros fines
no tienen que ver con nada material, si no que toca plenamente a la espiritualidad.
Resulta difícil para el hombre de la calle actual poder entender todo cuanto decimos,
cuando nuestro mundo, nuestra sociedad ha dejado de ser tradicional, ha abandonado
hace mucho tiempo (desde la revolución francesa), toda noción de Tradición.
¿Para que sirve ser Masón?
Para nada de lo que resulta bien visto en nuestra sociedad: dinero,
influencias, relaciones, poder... nada de esto podemos ofrecerle. Pero podemos mostrarle
el camino de la Sabiduría que lleva a la Verdad.
¿Qué utilidad tiene
la Masonería en el siglo XXI?
Como antes hemos visto, la Masonería pretende realizar en el hombre
una revolución interior, un volver a poner las cosas en su lugar, y evidentemente
esta armonía, este equilibrio, este estado de Justicia y justeza, se tiene que notar
a nuestro alrededor, en nuestra familia, entre nuestros amigos, en nuestra relación
con los demás. Este fluir de dentro a afuera se tiene que traducir en el ejercicio
de una beneficencia activa, esclarecida y universal que hace que nuestra Institución
no tan solo sea útil sino que se convierta en imprescindible, puesto que va dirigida
a las que son las verdaderas necesidades del ser humano, y éstas son totalmente
atemporales puesto que contemplan al hombre de todos los tiempos. La noción de beneficencia
es tan importante para nosotros que le dedicamos una página en esta web, la cual
recomendamos visitar para poder entender a qué nos estamos refiriendo.
¿Cualquiera puede ingresar?
Después de lo que aquí estamos diciendo, dudamos que puedan haber muchos interesados en entrar, si somos realistas veremos que nuestro mundo no esta mucho por lo que son los principios masónicos. Sin embargo, los usos y costumbres masónicos dicen que para ingresar es suficiente con ser: "Un hombre libre y de buenas costumbres...". Entre los masones he oído en muchas ocasiones que la alusión a ser "un hombre libre..." tenía que ver con que, en el siglo XVIII, de donde provienen estos usos, aún había esclavitud en algunas partes del mundo (me pregunto si aún hoy no continúa existiendo), con lo cual esta alusión hacía referencia a que no se podía recibir masón un esclavo. Para la Masonería Rectificada la noción de "hombre libre" tiene que ver con que éste no sea esclavo de sus pasiones y vicios.
Quizá alguien pueda pensar que para estar con nosotros se tiene que ser un místico, un ser tan espiritual que prácticamente no sea de este mundo. Se equivoca totalmente, hay que tener vocación guerrera, ser vitalista. No es en vano que la condición más alta a que todo Masón Rectificado tiene derecho a aspirar es la de Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa. Pero ahora los Caballeros ya no vamos guerreando contra los infieles, ni derramando sangre con la espada, lo que no quita que nuestra guerra diaria sea menos cruenta. Hay muchos enemigos a batir y no todos exteriores, algunos incluso los llevamos dentro de nosotros, pero en cualquier caso, es en este mundo que debemos librar la batalla. La figura del monje-soldado, pero entendida en el sentido que venimos de decir, explicaría bastante el simbolismo.
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