El Rito Escoces Rectificado, así como el régimen que le sirve
de guía, se caracteriza por tener una doctrina que no ha sido modificada, debido
al hecho de que fue elaborado en Francia hacia finales del siglo XVIII, gracias
a un grupo de masones que manejaron con gran habilidad los rituales primigenios
y los instrumentos simbólicos para dejar como herencia el legado de una obra homogénea,
pedagógica e iniciática.
Jean Baptiste Willermoz (1730-1824) es el principal
creador del Rito Escocés Rectificado; éste gran masón de Lyon se inició a los 20
años de edad. De inmediato, se dio cuenta de que la masonería especulativa que se
había instalada en Francia en 1725 estaba en pos de convertirse en una floración
anárquica de “altos grados”. Se mostro crítico porque los misterios y secretos masónicos
se habían convertido en una explotación mercantil por parte de unos falsos maestros
que vendían los grados masónicos. Consciente de la necesidad de una reforma profunda
de la masonería, Jean Baptiste Willermoz sería el principal instigador de la “renovación
de la Orden” y de la creación del Rito Escoses Rectificado, junto con Jean de Turckheim.
Las fuentes de inspiración del Rito Escoces Rectificado son:
–La Estricta
Observancia Templaría (fundada en 1764 por el Barón de Hund (1722-1776) en Dresde
– Alemania) orden masónica que tenía como meta la restauración de la Orden del Temple.
–La Orden de los Caballeros Masones Elegidos Coens del Universo, dicha orden
masónica fue fundada por Martínez de Pasquailly (1727-1774).
–Rito Francés
El “Código de las Logias Reunidas y Rectificadas“, texto fundamental que rige
la vida del rito, precisando su organización y definiendo los principios del Régimen
Rectificado, fue definido y aprobado durante el convento de la Galias en 1778. Los
rituales y la organización del régimen fueron aprobados en el convento de Wilhemsbad
en 1782.
Desde tal época antigua los rituales han sido conservados sin ninguna
modificación. El conservador y garante del rito es el Gran Priorato de Helvetia,
constituido el 14 de agosto 1779 y vigente hasta la fecha actual.
Este rito
es de esencia cristiana y trascendente, pero no es dogmático. Es un Rito Masónico
y Caballeresco, estructurado en cuatro grados masónicos y un grado caballeresco,
acompañado de un periodo probatorio de Escudero Novicio que forma la orden Interior.
A semejanza de las otras vías masónicas, el R.E.R procede por etapas. Cada uno
de los diferentes grados del ritual es completado por una instrucción moral y un
catecismo de preguntas y respuestas, ya que procura una enseñanza progresiva. La
especificidad del rito radica en su construcción: cada grado hace alusión a lo que
viene enseguida, igualmente cada grado brinda las claves del grado anterior, y esto
se hace necesario para su completa comprensión – o más bien integración profunda
– de lo que ha precedido. De esta metódica imbricación surge una permanente interpelación
hacia quien busca una invitación para volver sobre lo adquirido, además de reformularlo
y enriquecerlo. Este trabajo se desarrolla en el intercambio con los hermanos y
en el foro interior.
En este proceso hay una mayéutica socrática que consiste
en el profundo conocimiento del hombre de sí mismo, el deseo de descubrir al “maestro
interior” (que constituye la verdadera esencia de él) y así darle la plena dimensión
al hombre cuando las vanas pretensiones del ego hayan sido reducidas a la nada.
Para este trabajo, este rito propone las tradicionales herramientas simbólicas
de la masonería y de los relatos históricos o míticos extraídos del Antiguo Testamento;
en particular, acentuando la tripartición “unión casi inconcebible que está en nosotros:
el espíritu, el alma y el cuerpo que es el gran misterio del hombre y del masón,
a su vez representado por el templo de Salomón”.
No hay realización espiritual
sin perfeccionamiento moral. El masón del R.E.R., se compromete ante los seres humanos
a poner en práctica las virtudes que persigue esta orden masónica. La exigencia
de la beneficencia es destacada, particularmente: “Todo ser que sufre o gime tiene
derechos sagrados sobre ti”. De igual modo, el principio evangélico: “Ama a tu prójimo
como a ti mismo”. Tales lemas son deberes prioritarios para el masón del Rito Escoces
Rectificado.
Búsqueda en el
|
Copyright © 2018 - Todos los derechos reservados - Emilio Ruiz Figuerola