La filiación caballeresca de la Masonería fue enunciada el 21
de marzo de 1736 por el caballero escocés Andrew Michael Ramsay, que pronunció un
célebre discurso en París con el que difundió la leyenda que une la Masonería con
la época de las cruzadas.
El sistema de Ramsay, católico, miembro de la
Royal Society y preceptor del príncipe Carlos Estuardo, añadía a los tres grados
gremiales los de escocés, novicio y caballero templario.
Tal fue la influencia
de su discurso que, en 1782, había ya más de 400 altos grados.
Ello llevó
a que este mismo año masones de toda Europa acudieran a la localidad de Wilhemsbad
a celebrar un convento para aportar cuantos documentos tuviesen en su poder para
examinar la legitimidad estos ritos y de la supuesta filiación con el Temple.
El Régimen Escocés Rectificado se había ido perfilando entre 1774 y 1782
por dos grupos de francmasones de Lyon y Estrasburgo, entre los que sobresale Jean-
Baptiste Willermoz.
Respecto a su estructura y simbolismo masónico, las
tres fuentes en las que bebe el Régimen Escocés Rectificado son:
- La Masonería francesa de la época, en la que existía una gran
proliferación de grados, que se estructurarían hacia 1786-1787 en un sistema que
llevará el nombre de "Rito francés", sin omitir los diversos grados cuya
combinación constituye lo que se llama " el escocismo" sintetizados igualmente
por Willermoz.
- El Sistema de Martínez de Pasqually, al que Willermoz reconoció
como su Maestro; es decir, la “Orden de los Caballeros Masones Elegidos Coens del
Universo".
- Por último, la Estricta Observancia, llamada aún "Masonería
rectificada" o "reformada de Dresde", un sistema alemán en el que
el aspecto caballeresco sobresalía sobre masónico, pues se decía no sólo heredero,
sino restaurador de la antigua Orden del Temple.
Partiendo de estas fuentes, Willermoz conformó su Sistema o Régimen
como una arquitectura concéntrica organizada en tres "clases" sucesivas,
cada vez más interiores y más secretas.
La “orden interior” es una Orden
de caballería cristiana, en ningún modo asimilable ni a un sistema de los altos
grados, ni a los grados filosóficos.
Según las decisiones adoptadas por
el Convento de las Galias y confirmadas en el Convento de Wilhelmsbad de 1782, el
Régimen escocés Rectificado se desmarca de la Estricta Observancia renunciando a
una filiación histórica con la Orden del Temple, conservando con ella una filiación
espiritual, ilustrada por la adopción, al mismo Convento, de la denominación "Caballeros
Benefactores de la Ciudad Santa".
De esta manera se hace referencia
a los "pobres caballeros de Cristo" de los orígenes, -no a la Orden rica y poderosa
en que sus sucesores se habían convertidos con el paso del tiempo.
La Revolución
Francesa truncó a partir de 1789 el desarrollo del Régimen Escocés Rectificado,
que desapareció definitivamente de Francia en 1857.
En el país galo se impuso
el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que aunque comparte raíces como el escocismo,
no está adherido a la mística cristiana, por lo que fue utilizado durante la progresiva
secularización que la Orden sufrió en Francia y que terminó con la ya mencionada
retirada del reconocimiento al Gran Oriente de Francia por parte de la regularidad
masónica internacional.
El depósito de la Tradición pervivió en Suiza, al
abrigo del Gran Priorato Independiente de Helvetia, que había sido fundado en 1779
y es el generador común de todos los Grandes Prioratos existentes en la actualidad.
En 1935, el Rectificado volvió a ser practicado en Francia.
En nombre
de su filiación espiritual, el Régimen escocés Rectificado reivindica, al igual
que la Orden del Temple, la doble calidad caballeresca y cristiana.
En efecto,
el Régimen escocés Rectificado tiene por objetivo confesado el de mantener y fortificar
los principios que están en su origen:
- La fidelidad a los principios cristianos primitivos.
- El apego a los principios y tradiciones, tanto masónicas como caballerescas del
Régimen que se traduce en el estudio del esoterismo cristiano.
- El perfeccionamiento
de sí mismo por la práctica de las virtudes cristianas para vencer sus pasiones,
corregir sus faltas y progresar en el camino de la realización espiritual.
- La práctica constante de una beneficencia activa hacia todos los hombres.
Al igual que los demás ritos que se trabajan en la masonería regular,
los primeros tres primeros grados que conforman el Régimen Escocés Rectificado son
los de Aprendiz, Compañero y Maestro, que constituyen la denominada Masonería Azul.
Sin embargo, este rito ha preservado en su simbolismo los rasgos cristianos
de los antiguos rituales masónicos.
Por eso, desde su fundación, sólo admite
cristianos en sus logias.
La esencia del Régimen Escocés Rectificado entronca
con uno de los ejes fundamentales del Cristianismo: el de la imagen y semejanza.
El hombre es un ser degradado tras la caída de su estado original glorioso;
la iniciación le permite avanzar en su reintegración a su estado primitivo.
Una idea de una perfecta ortodoxia que recorre todo el Régimen desde la “Primera
Divisa del Primer Grado”: “El hombre es la imagen inmortal de Dios; pero, ¿quién
podrá reconocer la belleza de esa imagen si él mismo la desfigura? De hecho, en
la “Fórmula del Juramento” que el candidato al iniciarse masón en las logias rectificadas
se dice que se compromete a ser fiel “a la Santa Religión Cristiana”.
La
Masonería Rectificada participa también de la tradición cristiana de la Regla, común
en las comunidades monásticas y caballerescas, cuyo fin es lograr la abertura al
Espíritu mediante la fijación de costumbres y principios aplicables en el marco
de la vida cotidiana.
Los nueve artículos de la “Regla Masónica al Uso de
las Logias Rectificadas” son entregados al nuevo masón tras su iniciación para que
su lectura meditada le ayude a penetrar por las vías que le son abiertas.
El cuarto grado del Régimen Escocés Rectificado es el de Maestro Escocés de
San Andrés.
En origen, formaba un todo con los tres grados de Aprendiz,
Compañero y Maestro, dentro de la Masonería Simbólica.
En 1958, con el fin
de adecuar la estructura de cuatro grados simbólicos a lo estipulado por las grandes
obediencias regulares, que sólo reconocen los tres primeros, se resolvió desgajar
este grado y conferirlo en la Cámara Verde.
Se trata de la misma solución
adoptada en 1813 en Gran Bretaña, cuando los antiguos, que también trabajaban cuatro
grados, se integraron con los modernos.
En su caso, el cuarto grado dio
origen al llamado Arco Real, que guarda ciertas similitudes con el de Maestro Escocés
de San Andrés.
El grado de Maestro Escocés de San Andrés actúa como puente
entre el Simbolismo y la Orden Interior.
Este grado recoge la leyenda escocesa,
-presente en muchos altos grados de diversos ritos-, que cie que tras la destrucción
del Temple en 1307, Henry St. Clair, barón de Rosslyn y Gran Maestre de la Masonería
Operativa Escocesa, dio cobijo a un numeroso grupo de templarios.
El 24
de junio de 1314, día de San Juan, 432 de estos caballeros apoyaron al rey Roberto
I de Escocia en la batalla de Bannockburn, en la que las tropas de Eduardo II de
Inglaterra fueron derrotadas tras 20 años de anexión inglesa.
Como recompensa,
Roberto I reconoció oficialmente la Orden de San Andrés del Cardo, patrón y emblema
de Escocia, para refugio y transmisión del depósito templario.
En 1689,
Jacobo II de Inglaterra y VI de Escocia fue acogido en Francia tras la entronización
de Guillermo de Nassau.
Según las antiguas historias, con él llegaron los
maestros masones operativos relacionados con la Orden de San Andrés del Cardo.
El Régimen Escocés Rectificado se completa con la “Orden Interior” ligada
a la caballería medieval, al hombre que rechaza la corrupción del ambiente y somete
su vida a un ideal tras ser armado caballero.
El masón rectificado aspira
a convertirse en señor y sirviente.
Señor de su montura, que no es otra
que él mismo y los medios a su alcance, y sirviente de las virtudes que ha conocido
y estudiado como masón y ahora jura practicar.
La Orden Interior se compone
de dos etapas:
-Escudero Novicio:
Esta calidad se
concede por ceremonia de investidura.
Es preparatoria y transitoria; podría
llegar a perderse.
-Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa:
Se confiere mediante ceremonia de armamento.
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