Por Iván Herrera Michel
Ramón Martí
Comencemos con un pequeño resumen de los antecedentes del Gran
Priorato de Hispania, para ubicarnos en el contexto adecuado:
La Gran Logia
de España fue creada el 18 de diciembre de 1982, tras el forzado intervalo de cuarenta
años de prohibición Masónica del franquismo, con el apoyo de la Gran Logia Nacional
Francesa, lo que supuso la implantación por primera vez en España de la Masonería
de corte anglosajón (aunque viniera de mano francesa), conocida en ámbitos Masónicos
como “regular”. Con el “paquete” de ese día, la G.L.E. recibió también autorización
para trabajar los 3 primeros Grados de 3 Ritos Masónicos distintos: el Rito Escocés
Antiguo y Aceptado, el Rito de Emulación y el Rito Escocés Rectificado. Si bien
podía trabajar los tres primeros Grados, dependía para los Grados superiores de
cada Rito, de Cuerpos Masónicos relacionados de un modo u otro con la G.L.N.F.
En particular, para el Rito Escocés Rectificado, la G.L.E. dependía del Gran
Priorato de las Galias (G.P.D.G.) que administraba el resto, o sea : el Grado de
Maestro Escocés de San Andrés y la Orden Interior (compuesta de Escuderos Novicios
y de Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa).
En una primera etapa, la
Gran Logia de España, fue francófona y tuvo que conformarse a lo que le decían desde
Francia (y por lo que al G.P.D.G. y al R.E.R. se refería, muy a su pesar. Por aquel
entonces el Gran Priorato de las Galias formaba parte de la agrupación de Grandes
Prioratos anglosajones que regían y rigen los Knight Templar), pero en 1987 recibió
el ansiado reconocimiento de la Gran Logia Unida de Inglaterra. A partir de este
momento, el que era su Gran Maestro, Luis Salat, pasó de posibilitar la creación
de un Gran Priorato Rectificado a favorecer que se creara un Gran Priorato Templario
de corte genuinamente inglés, que administra los Knight Templar’s y la Orden de
Malta no dependiente ni reconocida por el Vaticano.
Así las cosas, el Gran
Priorato de las Galias se sintió que era su deber velar por los Masones Rectificados
existentes en el seno de la Gran Logia de España para que no desaparecieran con
el cambio de rumbo a efectuar, y el 22 de marzo de 1993, a la vista de la petición
formulada por las dos Prefecturas españolas, decide crear un Priorato Rectificado
español (bajo su tutela directa) que administrara lo que hasta entonces había sido
regido por ellos, nombrando como su primer Gran Prior, al Reverendo Caballero Ramón
Martí. Posteriormente, y tras la marcha de los Masones Rectificados de la G.L.E.,
el Gran Priorato de las Galias procedió al inmediato reconocimiento de la nueva
Obediencia y a la constitución y su consagración como GRAN PRIORATO DE HISPANIA,
el día 5 de abril del año 2003, instalando como Gran Maestro y Gran Prior al que
hasta entonces había estado llevando la dirección del Rectificado bajo todo tipo
de presiones y vejaciones, tanto de la G.L.E. como del nuevo Gran Priorato anglosajón,
el Muy Reverendo Caballero Ramón Martí Blanco. Es a partir de abril del 2003, que
el Régimen Escocés Rectificado puede practicarse en España en su totalidad, de una
pieza y sin interferencias.
El detonante para la Instalación lo representó
el retiro de la Gran logia de España (de la regularidad anglosajona) de las cuatro
Logias “Guillem de Montrodón” Nº1, de Zaragoza, “Tau” Nº2 de Barcelona, “Caballeros
de la Rosa” Nº3, de Madrid, y “Luz interior” Nº4, de Santa Cruz de Tenerife, mediante
comunicado del 12 de enero de 2003.
El Gran Priorato de Hispania, es una
Obediencia Masónica y Caballeresca que trabaja el Régimen Escocés Rectificado, disponiendo
también de un Capítulo de Altos Grados del Rito Francés. Todos ellos, en una versión
exclusivamente cristiana que ha desatado una viva polémica que incluye a Masones
provenientes de la regularidad anglosajona y de la Masonería progresista.
Ahora, su Muy Respetable Gran Maestro, V:. H:. Ramón Martí, me ha aceptado un
dialogo, para hablar de esta modalidad Masónica que interna sus raíces en el pasado
hasta el siglo XVIII.
1) Muy respetable Gran Maestro, ¿Quién es Ramón Martí
Masónicamente hablando?
Mi entrada en Masonería fue muy poco épica. Un vecino
mío, con quien intimé a partir de encontrarnos en las primeras elecciones democráticas
celebradas tras la muerte de Franco –militando en formaciones políticas distintas,
yo socialista y él en una coalición de centro derecha-, intuyendo por su parte una
preocupación en mí por el mantenimiento de ciertos valores (así, en abstracto),
me pidió –al cabo de algunos años- que le ayudara a doblar y ensobrar unos papeles.
Estos papeles eran la Convocatoria de la Logia de la que él era el Secretario. Ciertamente,
el descubrimiento de la Masonería –aunque fuera de esta manera casual y no buscada-
suscitó en mi una gran curiosidad e interés. Lo desconocía todo de la Orden Masónica,
pero decidí solicitar mi entrada basándome en algo tan pueril como el razonamiento
que si el dictador Franco la había perseguido tanto sería porque tenía algo de interesante.
Sin saber mucho donde me metía, fui iniciado a principios de 1984 en la Gran Logia
de España, en la Logia Tau Nº 12, y teniendo la suerte –pura casualidad (aunque
para todo buen cristiano nada es casual), pues de no ser por mi vecino, podría haber
sido enviado a cualquier otro Rito y Logia- de practicar desde primer momento el
Rito Escocés Rectificado; tenía yo entonces 31 años de edad, estaba casado, tenía
una hija de 7 años y otra que venía en camino. Pertenezco todavía a la misma Logia
Tau, ya que con nuestra marcha de la G.L.E. se vino con nosotros.
El Rito
Escocés Rectificado que encontré en la Logia en 1984 no tenía nada que ver con el
practicado en la actualidad en el Gran Priorato de Hispania. De hecho, descubrí
que el Rito Escocés Rectificado era cristiano, en el año 1987, siendo ya Maestro
Escocés de San Andrés, en el transcurso de una visita a la Logia de Maestros Escoceses
Tau de la G.L.E., del entonces Gran Maestro del Gran Priorato de las Galias, Daniel
Fontaine. Por la lectura de su Plancha, deduje que la Orden Rectificada y el Rito
Escocés Rectificado eran cristianos, lo que fue como un descubrimiento, pues inclusive
en los rituales utilizados se habían pasado por alto ciertos aspectos relativos
al genuino carácter cristiano o cuando menos de puntillas. Empezó a partir de aquel
momento un redescubrimiento del Rito Escocés Rectificado por mi parte, así como
una revisión de los rituales que tenía a mi disposición y el descubrimiento de ciertas
omisiones en la traducción, lo que me llevó a abordar el trabajo de revisión de
las traducciones y cotejarlas con los originales franceses. Paralelamente, inicié
una serie de contactos con los Hermanos franceses del Gran Priorato de las Galias
y en particular con Daniel Fontaine, quien terminó apadrinándome y un ingente trabajo
de traducción de libros y textos franceses (lo del trabajo de traducción empezó
para poder entender yo mismo lo que decían y luego derivó en poder ofrecerlo a mis
Hermanos para ayudar a su formación) que aún hoy continúa. Mi interés por la Masonería
Rectificada crecía a cada paso y a cada traducción que hacía, llevándome a la certeza
que si quería avanzar por esa vía y hacer avanzar conmigo a los Hermanos que verdaderamente
se sintieran interesados por el R.E.R. y su esencia, debía escuchar e inclinarme
más por los Hermanos franceses del G.P.D.G. (que no de la Gran Logia Nacional Francesa
pues al igual que los de la G.L.E., trataban de seducirme con otros Ritos) que los
de la Gran Logia de España y no hacían más que tratar de deslumbrarme ofreciéndome
todo tipo de cargos y prebendas al margen, claro está, de cualquier cosa que tuviera
que ver con el R.E.R.
Con todo, los intentos por acercarme al Rito de Emulación
lograron hacerme Maestro Masón de la Marca (creo que solo he asistido al día de
mi recepción, aunque guardo toda la documentación), y no pude evitar tener cargos
en la estructura obediencial de la G.L.E., llegando a ser Gran Orador y Asistente
del Gran Maestro de la Gran Logia Provincial de Cataluña. También llegue a ser Primer
Vigilante de la Logia de Estudios e Investigaciones de la G.L.E. que trabajaba en
coordinación con su homologa francesa Villard de Honnecourt e inglesa Quator Coronatti.
También fui Venerable Maestro de mi Logia en tres ocasiones durante esa etapa y
formé parte del Colegio y Logia de Maestros Instalados (a la práctica, un cuarto
Grado, aunque no este escrito en parte alguna, pues la condición de Maestro Instalado,
dispone de toque y palabra de pase).
Al margen de cargos en la Gran Logia
de España, completé mi carrera Masónica Rectificada como Caballero Bienhechor de
la Ciudad Santa, in Ordine, Raimundus, eques a Voluntatis Fortitudine (llegando
naturalmente a los más altos niveles a los que puede accederse); soy también Caballero
de Malta (de la Orden Masónica), y en el Rito Francés, Soberano Príncipe Rosacruz,
ostentando en la actualidad el cargo de Muy Sabio del Capítulo de Altos Grados.
2) ¿Cómo nace la idea de un grupo de Hermanos de constituir una Obediencia Masónica
que no se titule Gran Logia o Gran Oriente, sino Gran Priorato? ¿Cuál fue la intención
principal?
Nace como una necesidad y después de haber intentado por activa
y por pasiva el hacernos un hueco en el seno de la Gran Logia de España y en el
nuevo Gran Priorato Templario anglosajón que se creo el 8 de enero de 1994.
Para entender las complejas y difíciles relaciones entre la Orden Rectificada
y las Obediencias Masónicas implicadas (Gran Logia Nacional Francesa y Gran Logia
de España) nos hemos de remontar al acuerdo firmado entre el Gran Priorato de las
Galias y la Gran Logia Nacional Francesa el 7 de julio de 1958, en virtud del cual
el Gran Priorato de las Galias decide la disolución de la Gran Logia Rectificada
y cede la gestión de los tres primeros Grados el R.E.R. a la Gran Logia Nacional
Francesa, bajo cuya autoridad deja sus Logias de San Juan (también dichas Logias
azules por el color de sus mandiles), con el compromiso por parte de la G.L.N.F.,
que la práctica de estos Grados se hiciera conforme al Código Masónico de las Logias
Reunidas y Rectificadas de 1778, quedando las Logias de San Andrés y su Directorio
así como los Capítulos de Caballería de la Orden Interior, bajo autoridad del Gran
Priorato de las Galias.
Con la creación de la Gran Logia de España por parte
de la Gran Logia Nacional Francesa -por lo que al R.E.R. respecta-, se produce de
facto una prolongación del acuerdo de 1958 suscrito entre la G.L.N.F. y el G.P.D.G.
aspecto que nunca fue bien digerido por Luis Salat ni por ninguno de los otros Grandes
Maestros de la Gran Logia de España que le sucedieron hasta el momento de nuestra
marcha (Tomás Sarobe, y José Corominas), al ver siempre una injerencia externa y
una amenaza a su omnipotencia y hegemonía. Si a esto le añadimos la particular estructura
del Régimen Escocés Rectificado, con un funcionamiento distinto al resto de Masonerías,
que hace que toda autoridad venga de arriba y resida en la cúspide y no en la base;
con cuatro Grados simbólicos (en lugar de tres como el resto); que prescribe que
para optar a la condición de Venerable Maestro de una logia azul, el aspirante ha
de ser Maestro Escocés de San Andrés (cuando en el resto, es suficiente con que
hayas sido 1er o 2º Vigilante, para optar a formar parte del Colegio de Maestros
Instalados); que hace que solo se considere realmente como Maestro Masón a aquel
que llegue al Grado de Maestro Escocés de San Andrés, punto final de nuestra Clase
Simbólica (mientras en el resto, de todo el mundo tiene su Diploma de Maestro al
llegar al 3er Grado, lo que hacía que nosotros tuviéramos dos Diplomas); que exige
la condición de cristiano para poder ser iniciado o afiliado a una Logia Rectificada
(cosa que se veía –y se ve- como una restricción y atentado a la universalidad de
la Orden), el conflicto está servido.
La Gran Logia de España (y posteriormente
el Gran Priorato de España) no podía ver con buenos ojos que se reuniera la Logia
de Maestros Escoceses de San Andrés y no lo hiciera bajo su autoridad (sino bajo
la autoridad del G.P.D.G. primero y después bajo la autoridad el Priorato Rectificado
español creado por el G.P.D.G.) o las Encomiendas y Prefecturas de la Orden Interior.
Estos conflictos se traducían en prohibiciones periódicas a que acudiéramos a las
Tenidas de Maestros Escoceses y reuniones de la Orden Interior.
Por su parte,
en Francia, las cosas no es que fueran un lecho de rosas; las tensiones eran presentes
sin llegar a la prohibición explícita, y finalmente la Gran Logia Nacional Francesa,
rompió unilateralmente y sin previo aviso, el 13 de junio del año 2000, el acuerdo
suscrito con el Gran Priorato de las Galias. Automáticamente, el Gran Priorato de
las Galias, pasó a considerarse como Obediencia “irregular” y el resto de Obediencias
–entre ellas, la Gran Logia de España, claro está- de ámbito anglosajón del que
formábamos parte, prohibió todo contacto o relación.
Esto nos puso las cosas
muy difíciles para nosotros, los Masones Rectificados, que continuábamos teniendo
a pesar de no depender de ellos, un vínculo afectivo y de formación pues continuábamos
trabajando estrechamente con ellos y los considerábamos nuestros mentores. Fueron
casi tres años muy complicados, con unas relaciones muy tensas, pues nosotros seguíamos
en contacto con el G.P.D.G. aunque fuera de manera clandestina. Finalmente en septiembre
del 2002, tuve una reunión personal con el Gran Maestro de la G.L.E. (José Corominas,
en aquella época) quien me puso las cosas muy claras y me trazó el porvenir, que
por supuesto no era nada halagüeño para la Masonería Rectificada. Nos reunimos los
Caballeros de Zaragoza y Barcelona en Capítulo en Monzón (lo hacíamos allí, por
estar a medio camino entre Zaragoza y Barcelona) y decidimos una marcha organizada
que se produjo finalmente a principios de enero del 2003, solicitando las 4 Logias
representadas por los Caballeros presentes en la reunión, Carta Patente al Directorio
de las Logias Reunidas y Rectificadas dependiente del Priorato Rectificado español,
para trabajar regularmente y con toda legitimidad.
Pocos días después, el
13 de enero del 2003, el Gran Priorato de las Galias nos reconocía como nueva Potencia
Rectificada, mediante documento explícito, llevando a cabo, pocos meses después,
el 5 de abril del 2003, la Consagración y creación del GRAN PRIORATO DE HISPANIA,
y mi instalación como Gran Maestro y Gran Prior, recibiendo todo lo necesario para
la práctica de las tres Clases de la Orden Rectificada.
Por lo que al nombre
respecta, la Orden Rectificada (compuesta de la Clase Simbólica u Orden Masónica,
y la Orden Interior de caballería) organizada en una serie de círculos concéntricos
o niveles, en la que el nivel inferior está dirigido por alguien del nivel inmediatamente
superior, estando diferenciados pero no divididos, siempre se ha organizado en torno
a Grandes Prioratos de donde extrae su nombre. Las Ordenes religioso militares están
organizadas en torno a la misma denominación. De ahí, que cualquier otra denominación
como Gran Logia o Gran Oriente, simplemente no sea contemplada entre nosotros.
No hay que olvidar que el Régimen Escocés Rectificado nace en el siglo XVIII
como fruto de una reforma iniciada en Francia entre 1773/1774 por Jean-Baptiste
Willermoz y sus Hermanos de Estrasburgo, Lyon y Burdeos, y se gestó, por medio de
dos Conventos generales, tenidos el primero en Lyon (Convento de las Galias celebrado
entre el 25 de noviembre y el 10 de diciembre de 1778) y el segundo en Wilhelmsbad,
cerca de Annau, Alemania (Convento de Wilhelmsbad, entre el 16 de julio y el 1º
de septiembre de 1782). Esta Reforma la efectuó Willermoz a partir de su profundo
conocimiento de la Masonería de la época existente en la Europa continental (las
actuales Francia y Alemania; lo que ahora se conoce como Rito Francés –con sus tres
Grados y cuatro Ordenes- y que por aquel entonces nadie nombraba así) y que se había
instalado llegado de las islas inglesas, huyendo de la persecución que los orangistas
protestantes ejercieron sobre los estuardistas católicos. No se puede entender la
Masonería continental europea si se olvida este episodio histórico. Los Masones
partidarios de Carlos Estuardo, todos ellos católicos, constituyen el núcleo de
lo que conocemos como Masonería Escocesa y que no tiene nada que ver con el Rito
Escocés Antiguo y Aceptado que le es muy posterior. De ahí las dificultades por
parte del R.E.A.A. por explicar qué hacen en su Grado 18 de sus Grados filosóficos,
vestigios tan genuinamente cristianos.
De esa Masonería Escocesa provenía
la Estricta Observancia Templaria y se nutría la Orden de Altos Grados, de Martinez
de Pasqually, conocida como “Orden de los Caballeros Elegidos Coen del Universo”,
que sirvieron de base e inspiración a Jean-Baptiste Willermoz y los suyos para la
elaboración de la Reforma de la Masonería, que conocemos como Régimen Escocés Rectificado.
3) Cuéntenos un poco, ¿Cómo les ha ido desde entonces?
En los poco más
de siete años que llevamos desde nuestra marcha efectuada en enero del 2003, nos
ha sucedido un poco de todo, entre otras cosas, hemos sufrido dos escisiones.
La primera se produjo en febrero del año 2005 (apenas dos años después de nuestra
creación como Gran Priorato) y supuso la marcha del grupo de Hermanos de Zaragoza,
que junto a nosotros, habían sido los fundadores del GRAN PRIORATO DE HISPANIA.
La segunda, recientemente, en el último trimestre del año 2010, que ha supuesto
la marcha de los Hermanos de Madrid.
Los motivos que llevaron a ambas escisiones
son dispares. En el primer caso, nunca fueron claros; lo achacaron a una manera
distinta de ver las cosas, a un cierto autoritarismo –decían- por mi parte, lo que
les ha llevado a abrazar la Masonería mixta e iniciar mujeres en el R.E.R. En el
segundo caso, han habido motivos doctrinales. La Orden Rectificada es cristiana,
el Gran Priorato de Hispania, así lo ha entendido en el pasado, lo entiende en el
presente y habrá que continuar entendiéndolo así si quiere ser Orden Rectificada
en el futuro. Nadie está obligado a permanecer en la Orden Rectificada si no profesa
estos principios. La Orden Rectificada, está abierta a todos los cristianos sin
importar la confesión cristiana a que pertenezcan, pero la iglesia católica romana,
la ortodoxa, la anglicana, la luterana y protestantes en general, la copta, la maronita,
a pesar de sus divergencias que constituyen ramificaciones de un tronco común del
cristianismo, convergen en unos principios que son la base del cristianismo y que
vienen a definir quien es cristiano y quien no. Próximamente publicaremos un documento
referente al particular y que constituye su respuesta a nuestra pregunta de qué
se debe entender por cristianismo, respuesta que no será el criterio imperante en
el seno del G.P.D.H. sino la respuesta de las iglesias cristianas tradicionales
a la cuestión de qué entienden por ser cristiano.
Sobre lo de mantener una
actitud autoritaria por mi parte, diré, que aquellos que me conocen pueden dar fe,
que en mis escritos estoy diciendo lo mismo desde el año 1993. Hay una línea y actitud
perfectamente coherentes que no ha cambiado ni un ápice. Esto mismo deben apreciar
nuestros Hermanos del Gran Priorato de las Galias, con los sucesivos Grandes Maestros
a la cabeza (Daniel, Marc y Bruno) que me han conocido y conocen y que a pesar de
las dos escisiones sucedidas, no nos han retirado ni su confianza ni su Reconocimiento
(algo que entre Masones valoramos; no somos Masones porque lo digamos nosotros,
sino porque nuestros Hermanos nos reconocen como tales), si nos hubiéramos apartado
de los principios de la Orden Rectificada y del Régimen Escocés Rectificado, a estas
alturas el Reconocimiento lo tendrían los componentes de algunas de las dos escisiones
producidas. Por otro lado, en ambos casos se ha llevado a cabo una autoproclamación
que no ha encontrado ningún eco en aquellos que son los depositarios a nivel mundial
del Régimen Escocés Rectificado, el Gran Priorato de las Galias. Solo nos queda
constatar que también hay Masonería rectificada salvaje en nuestro país.
Por lo demás, cuando se tiene asumido que la Orden Rectificada - a la vista del
estado de nuestro mundo actual en que los valores sustentados por el cristianismo
son menospreciados - no es un affaire de mayorías, pues bien. De tanto en tanto
es necesaria una sangría para garantizar la buena salud del organismo. Nos hallamos
un poco con la serenidad de los que saben que mantener un testimonio vivo para las
generaciones venideras es primordial. Nuestros rituales son muy explícitos al respecto:
“La prosperidad de una Logia no dependerá nunca del gran número de sus miembros
sino de la buena elección que de ellos se haga, y de su acatamiento inviolable a
los principios fundamentales de la institución. Que una laxa complacencia no os
haga conceder nunca vuestro sufragio ni para la admisión ni el avance de aquel que
se presente cuando, en conciencia, no lo juzguéis digno de ello.”
4) Perdóneme
esta pregunta, pero me gustaría que me respondiera lo siguiente. He conocido de
Masones españoles la afirmación de que ustedes no son verdaderos Masones, o si lo
son, se trata de unos que practican una Masonería desviada. ¿Qué le podemos contestar
a estos Masones?
Yo también he oído esta afirmación, pero en otro momento.
En cualquier caso, este es nuestro sino; no ser comprendidos por nadie: los Masones
dicen que no lo somos, que somos unos infiltrados de la iglesia y las instituciones
eclesiales, pese a manifestarnos cristianos, les es más fácil meternos en el mismo
saco y decir que todos los Masones somos malos.
Esta afirmación viene por
el hecho de nuestra exclusividad cristiana que hace que solo admitamos cristianos
entre nosotros o a hombres dispuestos a llegar a serlo de buena fe. La Masonería
de corte liberal (partidaria de la laicidad) no puede soportar esta exclusividad,
pero inclusive la considerada Regular de corte anglosajón que se define como teísta,
se le hace muy difícil de asimilarlo, y no por razón de una supuesta tolerancia
que llevaría a un trato de igualdad entre las distintas religiones, sino porque
la secularización avanza a pasos agigantados y una cosa son los principios que la
Institución dice sustentar y otra la realidad de membresía de las Logias que cada
vez se asemeja más a la Masonería liberal aunque ellos se nieguen a reconocerlo.
Hablo con conocimiento de causa pues estuve casi veinte años en el seno de la Gran
Logia de España.
La Masonería tradicional era cristiana y particularmente
católica. Los antiguos documentos Masónicos conocidos como “Antiguos Deberes” u
“Old Charges” (me estoy refiriendo a el Manuscrito Regius de 1390, el Cooke de entre
1410 y 1420; los Estatutos de Ratisbona de 1459; el Manuscrito Grand Lodge Nº 1
de 1583 y el de Edimburgo de 1696, entre otros) lo prueban, no hay más que leerlos.
Pero hay otros estudios recientes que demuestran los orígenes cristianos de la Masonería
e incluso prueban que esta fue enseñada por los monjes benedictinos a los canteros.
Me estoy refiriendo a los estudios llevados a cabo por Eduardo R. Callaey y que
se pueden encontrar en su libro “Ordo Laicorum ab Monacorum Ordine” reeditado recientemente
por la editorial Kier, bajo el título “La Masonería y sus orígenes cristianos”.
A esta obra remito a los que puedan tener dudas sobre el particular.
Así
pues ¿quién está desviado?, ¿la Masonería Rectificada que ha permanecido fiel a
la tradición Masónica y cristiana o aquellos que echaron por la ventana al Gran
Arquitecto del Universo?
El siglo XVIII, conocido como el siglo de las Luces
tuvo también muchas sombras. Fue en ese agitado siglo cuando tomó cuerpo la Masonería
especulativa que ha llegado hasta nosotros, pero ¿quién se ha desviado realmente?
¿Quién ha sustituido, en ocasiones, el Volumen de la Ley Sagrada por las Constituciones
del país o simplemente por un libro blanco, para que cada uno imagine lo que quiera?
¿Quién ha vaciado de sentido la noción de Dios en el Gran Arquitecto el Universo
para sustituirlo por una diosa menor como la razón?
Nosotros preferimos pensar
que los Masones y la Masonería Universal busca la Verdad de buena fe, solo que algunos
lo hacen desde ópticas distintas, ópticas que respetamos de igual modo que exigimos
que se respeten las nuestras, y es en este marco de auténtica tolerancia (¡en ciertos
ambientes tenidos como Masónicamente tradicionales se acepta cualquier forma de
religiosidad o espiritualidad salvo el cristianismo a la que se considera una religión
menor!) y amor fraternal que hemos podido establecer Tratados de Amistad con Obediencias
que se encuentran totalmente alejadas de nuestros principios y postulados, y estoy
seguro que ello a puesto a prueba la tolerancia y amor fraternal de más de uno.
Me estoy refiriendo concretamente a los Tratados de Amistad con el Gran Orient de
Catalunya (Masonería mixta) y la Gran Logia Ibérica Unida y con otro que pensamos
establecer próximamente con la Obediencia más importante (numéricamente hablando)
después de la Gran Logia de España, con los que por supuesto es imposible establecer
tratado alguno.
Hay un aspecto muy importante a tener en cuenta cuando hablamos
de Masonería y es el de la Iniciación, que marca muy claramente la dimensión que
se otorga al hecho de ser Masón y establece muy claras diferencias. Por lo general,
la mayor parte de Masonerías y Obediencias se dicen iniciáticas, pero es en la dimensión
que se otorga al término –por desgracia el sentido que se da a las palabras se ha
pervertido en nuestro mundo actual- donde radica la importancia del mismo. La mayoría
de Masonerías entiende la iniciación como algo menor, simplemente como comienzo
de un camino. También les sirve de excusa para mantener un secretismo que no ha
hecho más que perjudicar la imagen de la Masonería. Otro grupo muy reducido, pero
no por ello menos peligroso –me refiero a las iglesias gnósticas surgidas a finales
del siglo XIX en Francia, de la mano de Jean Bricaud, Jules Doinel y otros-, concede
a la iniciación el conocimiento de unos secretos y claves que desvelarían los arcanos
que los depositarios de las distintas tradiciones religiosas son incapaces de interpretar
y que quedarían reservados a este tipo de adeptos. Son aquellos que pretenden unas
“enseñanzas secretas de Jesús” y se inclinan por otros evangelios que los comúnmente
aceptados de los 4 Evangelistas por todas las iglesias cristianas tradicionales.
La Orden Rectificada trata de situar el fenómeno de la Iniciación en su justa
dimensión. El Iniciado no es en realidad nadie superior al resto, en realidad (siguiendo
en esto la línea de pensamiento de Jean-François Var, nuestro Hermano Rectificado
y sacerdote ortodoxo) es alguien que necesita del instrumento de la Iniciación,
de esta “herramienta” para tratar de comprender lo que otros logran por la vía de
la Fe religiosa. De algún modo, el Iniciado, sería un “cojo” que precisaría de dicha
“muleta” para andar.
En este sentido, la Orden Rectificada, pone a disposición
de aquel que se adhiere sinceramente a ella, una metodología iniciática gradual
desarrollada inicialmente por Martines de Pasqually, y que Jean-Baptiste Willermoz
supo acoplar sabiamente ahondando en las bases de la tradición cristiana universal,
bajo las formas, primeramente Masónicas y después caballerescas del Régimen Escocés
Rectificado. De este modo, el Masón Rectificado, ahondando en la Tradición cristiana,
aprende y se familiariza con el lenguaje relacionado con todo aquello que tiene
que ver con el misterio de Dios y su inteligencia en la medida que la dimensión
humana puede acercarse a Dios.
¿Acaso ello no constituye una búsqueda de
la Verdad? ¿No hemos dicho antes que todos los Masones buscan ardientemente la verdad?
La única diferencia es que para una Masón Rectificado, la Verdad absoluta solo puede
ser Dios, llamémosle así o digámosle Gran Arquitecto del Universo.
Otra aclaración
importante. La Masonería Rectificada no sustituye a la Religión. Todos los Masones
sabemos que la Masonería no es una religión (aunque para algunos la asistencia a
la Tenida de su Logia sea la máxima expresión de religiosidad que son capaces de
expresar). Para un Masón cristiano tampoco, ya que sabe –como cualquier cristiano
ha de saber por otra parte- que la única vía para la Salvación –a la que todo cristiano
aspira- es la vía Sacramental, y ésta solo puede ser administrada por las distintas
Iglesias en tanto que depositarias de la Tradición cristiana. Simplemente, el Masón
Rectificado se vale de la metodología iniciática dispensada en nuestros rituales
y textos doctrinales, para avanzar por un camino por el que otros avanzan apoyándose
simplemente en la Fe. La vía iniciática no sustituye a la sacramental, simplemente
la complementa, permitiendo al que la sigue darle una dimensión interior que se
integraría en un hecho de civilización más amplio que denominamos “religión”.
5) Por otra parte, llama la atención que la ceremonia solemne de Instalación
del 3 de abril de 2003, fue celebrada en la Sala Capitular del antiguo Castillo
Templario de Huesca, en Aragón, España. ¿Fue una casualidad o se quiso resaltar
vínculos con la Orden del Temple?
El lugar elegido para la dedicación del
Gran Priorato de Hispania y la instalación de su primer Gran Maestro, sin ser un
hecho casual, tampoco hay que darle una dimensión que sobrepasaría su auténtico
significado.
No podemos decir simplemente que escogimos el castillo templario
de Monzón, porque esta localidad se encuentra aproximadamente a medio camino entre
Zaragoza y Barcelona (donde se encontraban ubicadas las dos Prefecturas fundadoras),
ni tampoco porque se quisiera resaltar algún tipo de vínculo con la Orden del Temple.
Todos sabemos que el Régimen Escocés Rectificado tiene una dimensión caballeresca
expresada en su Orden Interior, que se denomina Orden de los Caballeros Bienhechores
de la Ciudad Santa, pero no tiene nada que ver con la Orden del Temple ni con esa
corriente neotemplaria (expresada en la existencia y proliferación de multitud de
ordenes que se denominan así, incluyendo la orden Masónica de los Knight Templars)
tan en boga en nuestros días.
En el siglo XVIII, - época en que se constituyó
la Masonería especulativa que conocemos bajo las formas que han llegado a nuestros
días- ya había una gran inquietud en torno a la Orden del Temple, a la que se atribuía
el legado de las antiguas cofradías de picapedreros. De hecho, había un sistema
Masónico en Alemania denominado Estricta Observancia Templaria (sistema que Willermoz
conoció y del que se valió como uno de sus elementos para emprender la reforma que
supuso el R.E.R.) que pretendía el restablecimiento de la Orden del Temple y la
reclamación a los distintos gobiernos europeos de la época, de los bienes expoliados
a la Orden del Temple, cuando la disolución promulgada por el papa Clemente V. Podemos
imaginarnos la inquietud que levantaba en los distintos gobiernos europeos tal pretensión.
Tal es así, que en la constitución del Régimen Escocés Rectificado presentada en
el Convento de Wilhelmsbad por Willermoz, en su sesión del 29 de julio de 1782,
nuestro fundador se desmarcaba claramente de la misma, refiriéndose así a nuestra
Segunda Clase u Orden Interior de caballería: “…será el término final reconocido
de la Masonería, y constituirá la Orden interior a la cual será confiada la administración
del Régimen. Esta conservará una Orden de Caballería bajo el título de Caballeros
Bienhechores de la Ciudad Santa, con un ceremonial particular análogo a esa denominación,
lo que establecerá o conservará una conexión con la antigua Orden de los Templarios,
o como sus sucesores, no de sus posesiones sino de sus conocimientos […] ya que
es esa Orden rica y poderosa la que fue extinguida, y no la Orden primitiva pobre
y sin apoyo…” Así pues, si queda establecido algún tipo de vínculo con aquella Orden
del Temple, es con la orden de los “pobres caballeros de Cristo…” originaria y no
con aquella otra rica y poderosa –que sin saberlo- supo atraerse la envidia y la
codicia de Felipe IV que supuso su perdición.
6) A propósito de la pregunta
anterior, existen muchas organizaciones que afirman ser descendientes directas de
la Orden del Temple. ¿Cuales son los lazos que unen al Gran Priorato de Hispania,
en España, al Gran Priorato de las Galias, en Francia, y al Gran Priorato de Lotaringia,
en Bélgica, con los Templarios del siglo XIII y del siglo XXI?
Como ya he
dicho en mi anterior respuesta, no hay ningún lazo que una a ninguno de los Grandes
Prioratos Rectificados existentes con la extinta Orden del Temple, de igual modo
que no hay ninguna organización templaria o neotemplaria que pueda reivindicar el
menor vínculo con dicha Orden. Los templarios fueron disueltos y punto, por muchos
ríos de tintas que hayan hecho correr en el pasado, en el presente y continúen haciendo
derramar cíclicamente en el futuro por ser un tema recurrente como el Priorato de
Sión, el supuesto hijo de Jesús con María Magdalena o los evangelios apócrifos.
Otra cosa muy distinta es que los Grandes Prioratos Rectificados estén inspirados
por el ideal caballeresco latente en la caballería en general y que se traduce en
ese sentimiento de búsqueda inherente a la humanidad, expresado primeramente por
los picapedreros –aquellos primeros Masones operativos - que desarrollaron un lenguaje
expresado en los capiteles de catedrales y edificios extendidos por toda Europa,
lenguaje que de algún modo tuvo su continuidad en el lenguaje heráldico de los blasones
caballerescos, y que junto a la tradición judeocristiana – mal que nos pese - constituye
el entramado de la civilización del mundo occidental.
Hablando recientemente
con un historiador me decía: “el mundo occidental tiene algo que lo singulariza
y diferencia de la civilización islámica: el mundo occidental camina sobre dos “piernas”;
la primera es la religión cristiana, la segunda es el derecho romano. El Islam,
sin embargo, camina sobre una sola pierna: la religión que lo contempla todo y mueve
todo, y ello hace de ella una civilización que anda “coja”.
Que el mundo
occidental dé un espectáculo un tanto triste y desorientado que haya hecho, que
cuando la Comunidad Europea ha tratado de definirse haya obviado y olvidado la tradición
judeocristiana que le da base y la vertebra, se salva y mantiene gracias al derecho
romano, este a su vez, enriquecido y alimentado indirectamente –por mucho que cueste
de reconocer- por la tradición cristiana.
7) Desde hace una década se ha
notado un auge del Rito Francés, en el que se subraya principalmente su carácter
laico, por lo que llama la atención que el Gran Priorato de Hispania lo observa
en una versión cristiana que llaman “Tradicional”. Entonces, para definir términos,
¿Cómo entienden ustedes la Tradición Masónica?
El auge del Rito Francés solo
puede entenderse como un intento más por parte de la Francmasonería actual de retorno
a sus orígenes. Antes hablaba de esa necesidad de búsqueda por parte del ser humano,
que se hace patente desde el mismo siglo XVIII, época de gestación de la Masonería
especulativa, tratando de definir y buscar un objeto o razón de existir de la Orden
Masónica.
También he dicho anteriormente, que el Rito Francés, al que no
se conocía con este nombre en el siglo XVIII en la Europa continental, era heredero
de la Masonería traída de las islas británicas de la mano de los estuardistas escoceses
que huían de los Hannover, vencedores de la pugna dinástica que los enfrentaba.
Lo que pasa es que esos Masones escoceses eran católicos, y eso marcó de manera
determinante la Masonería que se implantó y extendió por Francia y Alemania. Otra
cosa, es que algunos Masones de la época no les agradara reconocerlo, y con los
vientos de la Revolución francesa, se impusiera otra visión de la Masonería más
acorde con el gusto de algunos, y surgiera una marcada tendencia contra el trono
y el altar, tendencia de una parte de la Masonería –cada vez más numerosa- que ha
servido de excusa a la Iglesia de Roma para condenar en general e injustamente a
todos los Masones.
Todo ello hace que el Rito Francés tenga un substrato
de base cristiano, que a diferencia del Rito Escocés Rectificado que lo proclama
y exige de sus miembros desde el Grado de Aprendiz, en el Rito Francés, solo aparece
claramente y de manera muy marcada en la Cuarta Orden, conocida como la de Soberano
Príncipe Rosacruz. Ello llevó, que el Gran Oriente de Francia, no instituyera el
Colegio de Altos Grados del Rito Francés hasta época reciente, y muchos Maestros
Masones practicantes del Rito Francés Moderno (queriendo significar con este apelativo
no tener nada que ver con el cristianismo) continuaban su camino Masónico en los
Grados filosóficos del R.E.A.A., sistema Masónico muy posterior, nacido con voluntad
de aglutinar la Masonería, y que tiene en su Grado 18, todas las formas de la Cuarta
Orden del Rito Francés.
Para ofrecer una idea del cristianismo inherente
al Rito Francés (así, sin apelativos de Moderno o Tradicional) podemos leer un extracto
del catecismo por Preguntas y Respuestas de la Cuarta Orden, la de Príncipe Rosa
Cruz:
P. - ¿Quién fue el primer Escocés?
R. – San Juan Bautista.
P. – ¿Quién fue el primer Rosa+Cruz?
R.- El Salvador J. C.
P.
- ¿Quiénes fueron el segundo y el tercero?
R. – El primer y el segundo Vigilante
de N.S.J.C.
P. - ¿Cómo se llaman?
R. – San Pedro y San Pablo.
P. - ¿Cuál es el nombre del Rosa+Cruz sustituto que gobierna todas las Logias
de este Grado?
R. – Nuestro Santo Padre el Papa. Masón o no, es el jefe del
Capítulo y debe salir su santidad.
Puntualizaré, que dicho ritual (al igual
que los otros que componen el Rito Francés) fueron recibidos con la Carta Patente,
por parte del Gran Priorato de las Galias, el año 1995, de manos de la única jurisdicción
que desde siempre los ha tenido: el “Gran Capítulo de los Altos Grados de la Orden
de los Francmasones del Reino de los Países Bajos” (Hoofkapittel des Hoge Graden
van de Orde van Vrijmetselaren in bet Koninkrijk der Nederland), jurisdicción, cuya
creación se remonta a 1803, época en que la zona de los Países Bajos (Holanda y
parte de Bélgica) estaba sometida a la dominación de Francia, tanto política como
Masónicamente hablando. Estos son los hechos.
Por otra parte, la relación
entre el Rito Francés y el Rito Escocés Rectificado, viene de antiguo. Era el Rito
que Jean-Baptiste Willermoz practicaba cuando comenzó a elaborar el R.E.R. De hecho,
una vez constituido el Régimen Escocés Rectificado, Willermoz, comunicaba las tres
primeras Ordenes del Rito Francés -y la cuarta lo hacía de forma ritual-, a todos
los Maestros Escoceses de San Andrés de la época. En la actualidad, lo hacemos a
partir de C.B.C.S. a todos aquellos que quieren conocerlo.
Por lo dicho hasta
ahora, creo que queda claro como entendemos la Tradición Masónica.
8) En
el mes de septiembre del año 2006, su Obediencia solicitó oficialmente a los Obispos
católicos reunidos en la Conferencia Episcopal Española reconocer y proteger el
derecho de los Masones a recibir la comunión. ¿Cómo debemos entender esta solicitud,
a la luz del pronunciamiento del actual Papa Benedicto XVI del 26 de noviembre de
1986, basado en otro del 17 de febrero de 1981, en que se ratifica la excomunión
a los Masones?
A la luz del vigente Derecho Canónico, ha desaparecido de
manera clara la condena explícita de excomunión contra todos los Masones, al haber
desaparecido del citado Código, el canon 2335, en que se hacía especial mención
a la Masonería y a la condena de excomunión de sus miembros. El nuevo código de
Derecho Canónico plantea un nuevo espíritu sancionador, que se aleja de la objetividad
de los hechos (pertenecer a la Masonería) y busca la intencionalidad dolosa y subjetiva
de la persona, mediante el análisis individualizado de un juicio contradictorio
para determinar, en su caso, si existe “maquinación” o propósito, bien en persona
física o institución que pretenda atacar o perjudicar a la Iglesia Católica o a
sus Autoridades Eclesiásticas.
La Declaración Quasitum Est de la Congregación
para la Doctrina de la Fe, de 26 de noviembre de 1983 –en la que se escudaba la
respuesta de la Conferencia Episcopal Española- no puede tener validez desde un
punto de vista jurídico, al no poder derogar dicha Declaración una disposición de
rango superior como es el Código de Derecho Canónico, aprobado por el Sínodo y ratificado
por el Papa. Otra cosa es que Juan Pablo II, no pudiendo ir en contra de la fuerza
de los acontecimientos del Sínodo, encargara sin embargo al Prefecto de la Congregación
el redactado de la Declaración, y el entonces cardenal Joseph Ratzinger, se viera
obligado a obedecer sus indicaciones. Juan Pablo II, detrás de esa imagen populista
y viajera, ocultaba una cierta cortedad de miras que lo llevó ha hacer pocos avances
en el ecumenismo con otras tradiciones religiosas, cosa que no puede decirse del
actual Primado de Roma, de imagen mucho más dura si se quiere, pero dotado de gran
inteligencia que le ha llevado a efectuar avances hasta hace poco impensables para
la Iglesia de Roma, como las peticiones públicas de perdón por las equivocaciones
y errores de la Iglesia.
Con todo, cuando nos dirigimos a la Conferencia
Episcopal Española, lo hicimos tratando de hacer ver que la Masonería no es monolítica
sino poliédrica, como también los es el cristianismo, y con distintas sensibilidades
y composiciones, y no por ello la Iglesia de Roma continúa manteniendo la excomunión
contra ningún otro miembro –sea a titulo personal o colectivo- de otra confesión
cristiana. Ello quiere decir, que aquellos Masones que mantengan una actitud de
condena o maquinen con la Iglesia Católica, pueden hacerse perfectamente reos de
excomunión, pero que no puede generalizarse y hacer extensiva dicha condena a todo
el cuerpo Masónico.
En cualquier caso, la Iglesia de Roma tiene más de dos
mil años de existencia, y como dice el dicho “las cosas de palacio van despacio”.
Nuestra posición y reclamación ahí está y así consta (puedo asegurarle, que el Vaticano,
es uno de los estados mejor informados del mundo); ellos saben perfectamente quienes
somos y qué pretendemos y todo llegará a su debido tiempo. Por nuestra parte, seguimos
con los contactos, y sabemos que próximamente el episcopado de Barcelona quiere
promover unos encuentros o jornadas, bajo el título “Cristianismo y Masonería” a
los que invitará a todos los Grandes Maestros de las obediencias Masónicas españolas
que quieran acudir, para hablar de estas difíciles relaciones. Por nuestra parte,
no faltaremos a la llamada; veremos que sucede por parte de los representantes del
resto de Obediencias.
9) ¿Puede un cristiano no católico pertenecer a una
Logia del Gran Priorato de Hispania?
Por supuesto que si. Al margen de una
mayoría católica, tenemos luteranos, anglicanos y ortodoxos, y en otros momentos,
hemos tenido maronitas y protestantes. Simplemente hay que ser cristiano, y a mi
modo de entender, es cristiano todo aquel que puede profesar sin problema ni objeción
el Credo de Nicea-Constantinopla, profesado por la mayoría de confesiones cristianas.
10) Cuando comencé a conocer el tema de los Grandes Prioratos Masónicos, me
causó sorpresa que el de las Galias posee relaciones con El Gran Oriente de Francia
desde el año 2000. Se esperaría que una versión exclusivamente cristiana de la Masonería
no reconozca a la Masonería liberal que representa el Gran oriente de Francia. Por
lo que me surge el interrogante de ¿Qué tan abiertos están ustedes para reconocer
como legítimos a otros modelos Masónicos, que inclusive no exigen la creencia en
un Dios? ¿Y a la Masonería mixta y femenina que vemos en todas partes?
En
primer lugar, el Gran Oriente de Francia no siempre ha sido como ahora es; hubo
un tiempo en que obligaba a sus Logias a trabajar a la Gloria del Gran Arquitecto
del Universo, hasta que en 1877, a instancias del pastor Desmons, suprimió dicha
obligación.
En segundo lugar, los vínculos de la Orden Rectificada con el
Gran Oriente de Francia se remontan a mucho antes, al mes de mayo de 1776 (algo
más de un siglo), en que se firma un Tratado de Unión entre los Directorios del
Régimen Rectificado y el Gran Oriente de Francia, en que el Artículo 6 reza: “El
Gran Oriente y los Grandes Dignatarios, conservarán cada uno, respectiva y exclusivamente,
la administración y disciplina sobre las Logias de su Rito y su régimen”. Con posterioridad,
el 14 de junio de 1811 se firma un nuevo Tratado que constituye una renovación del
anterior de 1776.
Luego vino la supresión de la obligación citada en 1877
por parte del Gran Oriente de Francia, pero el Gran Priorato de las Galias no ha
dejado de reconocerle la ayuda y el apoyo prestados en su momento y de ahí el Tratado
de Amistad (que no de reconocimiento, pues solo pueden reconocerse entre pares,
entre aquellos que son de la misma naturaleza) del año 2.000. Es por ello, que el
Rito Escocés Rectificado es practicado en el seno del actual Gran Oriente de Francia,
y las Cartas Patentes entregadas por este, jamás han sido contestadas por el Gran
Priorato de las Galias, si bien, el 25 de noviembre de 1913, el Gran Priorato Independiente
de Helvetia, denunció el Tratado establecido con el Gran Oriente de Francia, por
no respetar este la prohibición de modificar los rituales.
De cualquier modo
y en virtud del Tratado de Amistad del año 2.000, los Masones Rectificados del Gran
Oriente de Francia y nosotros nos visitamos mutuamente, aunque sea para constatar
nuestras diferencias. Los Hermanos del R.E.R. del Gran Oriente de Francia, tienen
la libertad de creer en Dios o no, en su Obediencia –lo cual nos parece magnífico-,
pero no podrían venir a participar de nuestros Trabajos –como Masones Rectificados-
si no fueran creyentes.
Estamos abiertos a recibir de visita en nuestras
Logias a Masones que sean creyentes o no. A nadie se le exige dicha creencia para
visitarnos, pero de igual modo que respetamos su ausencia de creencias –o su no
concordancia a las nuestras- exigimos un respeto y amor fraternales hacia nuestras
creencias cristianas.
En cuanto al papel de la mujer en Masonería, respetamos
aquellas Obediencias femeninas o de composición mixta y la prueba de ello es que
tenemos Tratados de Amistad firmados con este tipo de Obediencias.
Sin embargo
nuestra opinión al respecto no está de acuerdo con ellas. No porque consideremos
que la mujer está incapacitada para la Iniciación; en absoluto. Hombre y mujer tienen
los mismos derechos, pero también es cierto que somos de naturaleza distinta.
La Orden Rectificada contempla la Masonería como una Iniciación (más arriba
nos hemos expresado respecto a como entendemos el fenómeno iniciático), y el Régimen
Escocés Rectificado propone a lo largo y ancho de sus distintas Clases y Grados,
una metodología iniciática cuidadosamente pensada para que se despliegue lo mejor
de la sensibilidad de la naturaleza del individuo a que va destinada y le permita
la interiorización necesaria para que el proceso iniciático pueda llevarse a cabo.
Pero nuestros rituales están pensados por hombres y dirigidos específicamente a
la sensibilidad, modo de pensar y sentir masculinas ¿cómo podrían funcionar experimentados
en seres de naturaleza distinta? Jamás podrán obtenerse los mismos resultados.
La mujer tiene que desarrollar su propia metodología iniciática pensada por
y para ella misma, no utilizar simplemente la del hombre porque no está concebida
para ella. Nuestro mundo y nuestra sociedad olvida estos principios, y la incorporación
de la mujer al mundo laboral, más que incorporación, en algunos casos supone simplemente
ocupación del terreno y espacio hasta entonces ocupado por el hombre, no ya para
aportar nada nuevo sino simplemente por ocuparlo.
La mujer está incorporándose
al hasta ahora mundo del hombre, olvidando un tanto su esencia. El sistema económico
en que estamos inmersos, ha hecho creer a la mujer que su incorporación al mundo
laboral iba a darle una libertad que hasta ahora no tenía y ha acabado esclavizándola
como al hombre. Cuando la mujer trabajadora, que ha accedido a cargos de responsabilidad
hasta hace poco reservados para el hombre quiere ser madre, se da cuenta en la mayoría
de ocasiones que se le ha hecho tarde, y tiene que acudir a métodos extraordinarios
de fertilización y fecundación porque los tradicionales métodos reproductivos ya
no le sirven porque ha envejecido (el hombre, por su parte, ha perdido su capacidad
y fertilidad para procrear a causa del estrés), y cuando se somete a ellos, entonces
tiene trillizos.
El ser humano (hombre y mujer) tiene que aprender a reflexionar,
y en igualdad de derechos, encontrar plenamente su lugar sin necesidad de usurpar
nadie la parte del otro. Es un tema delicado, que no puede tratarse a la ligera,
so pena de ser tachado de reaccionario (como supongo me sucederá con alguno de los
lectores de esta entrevista) pero merece una seria reflexión, aunque todo mira a
no dejarnos detener en ello.
11) Q:. H:. tienen ustedes Logias en Argentina
y México. ¿Cómo les va en estos dos países?
Francamente bien. Recibimos frecuentemente
peticiones de Masones de otros países queriendo implantar la Masonería Rectificada
en ellos. Tratamos todas las peticiones con suma prudencia y lamentamos no poder
satisfacerlas todas.
De hecho, las dos Logias Rectificadas existentes tienen
que ser el germen de la Masonería Rectificada en Hispanoamérica, tanto en su vertiente
centro y norte como en su vertiente sur. No se puede hablar de “desembarco” porque
no tenemos por nuestra parte voluntad “colonizadora” alguna. Nuestra función es
la de apoyar ambos establecimientos Masónicos; hacer que entiendan en su justa medida
–sin pasarse ni quedarse cortos- la dimensión de la Iniciación Rectificada, para
que llegado el momento puedan transmitirla a las generaciones venideras.
La implantación del cristianismo en la América latina y su pervivencia es mayor
que en Europa; de hecho, las vocaciones eclesiales hasta los años setenta lideradas
por la católica España, están siendo sustituidas por vocaciones llegadas de países
sudamericanos, siendo las originarias de aquí minoritarias. Con este sustrato y
esta realidad, la implantación de la Masonería Rectificada –de marcado cariz cristiano-
parecería algo fácil y simple y hay que reconocer un potencial por su parte, pero
sabemos que lo nuestro no es mayoritario y actuamos y avanzamos con suma prudencia
y circunspección. Tenemos muy claro lo que dicen nuestros rituales, sobre que la
prosperidad de una Logia no será a causa de su número sino de la buena elección
que de sus miembros se haga.
12) Por último, Gran Maestro, ¿Qué le aconsejaría
a un Aprendiz recién Iniciado en la Orden Masónica?
Que sea un verdadero
hombre que busca; que sea humilde y se deje llevar por la Orden; que se instruya.
La Masonería Rectificada tiene una Regla, como los benedictinos tiene la regla de
San Benito, Bernardo de Claravall dio una a la Orden del Temple, y distintas órdenes
monásticas y caballerescas han adoptado una u otra. Utilizaré un fragmento a modo
de despedida y consejo. El último artículo de nuestra Regla Rectificada, le dice
esto al nuevo Hermano Aprendiz: “Si las lecciones que la Orden te ofrece, para facilitarte
el camino de la verdad y la felicidad, se graban profundamente en tu alma dócil
y abierta a los efectos de la virtud; si las máximas saludables, que marcan, por
así decirlo, cada paso que des en tu carrera Masónica, se vuelven tus propios principios
y la regla invariable de tus acciones, ¡oh, hermano mío!, ¡cuál será nuestra alegría!
Cumplirás tu sublime destino, recobrarás esa semejanza divina, que formaba parte
del hombre en su estado de inocencia, que es el objetivo del Cristianismo, y del
cual la iniciación Masónica hace su objeto principal. Te volverás la criatura amada
del Cielo: sus bendiciones fecundas recaerán sobre tí, y mereciendo el título glorioso
de sabio, siempre libre, feliz y estable, pasarás por ésta Tierra como los reyes,
benefactor de los hombres, y modelo de tus hermanos.”
Muchas Gracias,
Gran Maestro, por este diálogo fraternal.
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