PORTAL MARTINISTA DEL GUAJIRO
"Purificaos, pedid, recibid y obrad.
Toda la Obra se halla en estos cuatro tiempos"
El lugar en el cuál los Martinistas se reúnen es llamado con diversos
nombre: Logia, Templo, lugar de reunión, etc. Evidentemente, existen matices diferentes
en cada uno de estos nombres. Si dejamos de lado los calificativos del grupo mismo,
podemos interesarnos sobre el lugar de reunión.
En la época de Martínez de Pasqually,
una habitación de gran superficie era requisito para poder llevar a cabo las operaciones.
En efecto, un cierto número de signos, círculos, símbolos debían trazarse en el
suelo. Además, numerosas luminarias debían estar emplazadas en ciertos puntos precisos
de estas figuras. Lo mismo sucedía con las operaciones teúrgicas de grupo. Respecto
a la reuniones propiamente masónicas de los Elus Cohens, el arreglo del local no
se distinguía mucho del de los otros masones.
En la época de Papus, el decorado
del templo era al comienzo de los más sencillos. Un simple lugar en el cuál una
mesa cubierta de un mantel servía de altar. Sobre el muro del Oriente el Pentáculo
Martinista. El Presidente del grupo se colocaba detrás del altar y presidía los
trabajos.
Algo más tarde, los rituales de la Orden Martinista, diseñados por
Teder, proveían un decorado mucho más importante y se asemejaba al decorado masónico.
El templo estaba dividido en varios espacios. Según los grados sobre los que se
trabajaba, se colocaban adornos de diferentes colores, unos símbolos eran mostrados
o velados, etc.
Según los ritos practicados, las Órdenes contemporáneas se sujetan
a tal o cual decorado específico. El decorado justifica la utilización de un templo
instalado en una habitación consagrada exclusivamente a estas actividades. En otros
casos de ritos menos complejos, las reuniones se celebran en casa de particulares,
que acondicionan la habitación para la ocasión y la desinstalan después. En estos
casos, existen ritos simples de purificación y consagración de la habitación, ejecutados
antes de la reunión.
Efectivamente, el templo es considerado como un espacio
sagrado, dentro del cuál quién no ha sido iniciado no tiene acceso. Los diferentes
símbolos son elementos que se corresponden a unos conceptos e ideas, que desarrollan
tal o cual idea de la tradición Martinista.
Se encuentra a menudo el Pantáculo
Martinista, el retrato de Louis Claude de Saint-Martín, el altar sobre el que se
encuentra el mantel triangular con los tres colores: negro, blanco y rojo, la butaca
de los Maestros del pasado recubierta del mantel blanco, la antorcha de los Maestros
del pasado, la Biblia, el mazo, la máscara, etc.
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