PORTAL MARTINISTA DEL GUAJIRO

"Purificaos, pedid, recibid y obrad.
Toda la Obra se halla en estos cuatro tiempos"

2


Lectura para los Iniciados
24


Asociado

"El Cocodrilo" (1.799): Describe, a través de un poema épico de 102 cantos, la forma como el mal se insinúa a las cosas sagradas y con perfidia destila su veneno para destruir a aquellos que son ciegos e insensibles. Pero el mal dispone de un tiempo limitado y puede ser fácilmente reconocido por señales discernibles; no puede engañar a aquellos que tienen visión de conciencia, que observan y son Caballeros de nobles designios.

"De los Errores y de la Verdad" (1.775): El mensaje de este libro es que por el conocimiento de su propia naturaleza el hombre puede alcanzar el conocimiento de su Creador y de toda la Creación, así como de las Leyes fundamentales del Universo, la cuales están reflejadas en la ley hecha por el hombre. Bajo esta luz fue mostrada la importancia del libre albedrío.

"El Hombre de Deseo" (1.790): En esta obra vemos la influencia de la doctrina de Böhme. Recuerda uno de los Salmos que refleja el ardor del alma hacia Dios y deplora al alma humana, sus errores y pecados, su ceguera y su ingratitud. En esta Obra Saint-Martin ve la posibilidad de un retorno del hombre a su estado primitivo. Pero este retorno no es posible sin el abandono de la vida de pecado y el seguimiento de las enseñanzas del Redentor Jesús Cristo, Hijo de Dios, que descendió de las alturas de su Trono celestial por amor a toda la humanidad.

"Ecce Homo" (1.792): Saint-Martin advierte de los peligros de buscar la excitación de las emociones de las experiencias mágicas de bajo nivel, las premoniciones, de los fenómenos que no pasan de ser expresiones de estados psico-físicos anormales del ser humano.

"De los Números" (1.843): Se trata de una Obra inacabada, pero contiene muchas indicaciones importantes que no podrán ser encontradas en otra parte. Analiza los números desde un punto de vista metafísico y místico. Desde esta perspectiva, en los números encontró una confirmación de la caída y del Renacimiento del Hombre. Esta obra, aunque forma parte de las obras póstumas, se incluye en el Grado Asociado porque es aquí donde los miembros de la Orden abordan el estudio místico de los Números.

 

Iniciado

"La Tabla Natural de las Relaciones que existen entre Dios, el Hombre y la Naturaleza" (1.782): El Hombre había sido privado de sus aptitudes y medios superiores por estar sumergido en la materia tan profundamente que perdió la conciencia de su naturaleza original, que tenía antes de la caída y que era reflejo de la imagen de Dios. Con esta caída el Hombre quedó apartado del cuadro de sus propios derechos y dejaría de ser un eslabón entre Dios y la Naturaleza.
En esta obra, compuesta en París por recomendación de algunos amigos, el autor infiere, de la superioridad de las facultades del Hombre y de sus actos sobre los órganos de los sentidos y sobre sus producciones, que la existencia de la naturaleza, sea en general, sea en particular, es igualmente el producto de poderes creadores superiores a este resultado. Sin embargo, el Hombre depende de las cosas físicas, de las que no adquiere más que la idea que ellas forman a través de la impresión de sus órganos. Pero tiene, al mismo tiempo, nociones de otra clase distinta, ideas de ley y de poder, de orden y de unidad, de sabiduría y de justicia. Así pues, depende de sus ideas intelectuales y morales, al igual que de sus ideas extraídas de sus sentidos. Ahora bien, las primeras no provienen de él: parten pues de otra fuente, de facultades exteriores que producen en él los pensamientos. Pero, ¿de dónde nace esta dependencia? Del desorden producido por una causa inferior, que se opone a la causa superior, y que ha dejado de ser en su ley.
El hombre está caído: desde entonces, lo que existía en principio de forma inmaterial ha sido sensibilizado bajo formas materiales. El orden y el desorden son manifiestos. Sin embargo, todo tiende a reintegrarse en la unidad de donde todo ha salido. Si, a consecuencia de esta caída, las virtudes o facultades morales e intelectuales han sido divididas por el hombre, él debe trabajar en revivificar su voluntad por el deseo, para reunir lo que ha sido separado. Pero su regeneración no se puede operar sin la intermediación del Reparador, pues el sacrificio ha reemplazado las expiaciones que tendrían lugar según la ley del espíritu. Tal es el plan de esta obra capital, cuyo desarrollo lógico es conciso, y más metódico o más continuo que en la primera. En algunas partes, señalado por comillas, aparecen comentarios algo extraños al discurso: son los que contienen la parte enigmática de la doctrina de Martinez, donde se dice, por ejemplo, en la lengua misteriosa de los números, que el hombre se perdió del 4 al 9, lo que quiere decir del espíritu a la materia. Pero es en este punto donde por estas figuras puramente alegóricas se debe juzgar el fondo de la doctrina.

"El Hombre Nuevo" (1.792): Es más bien una exhortación que una enseñanza. Lo escribe en Strasbourg, en 1.790, por consejo del caballero Silverhielm, antiguo capellán del rey de Suecia y sobrino de Swedenborg. Trata del pensamiento como un órgano de Renacimiento que permite penetrar lo más profundo del ser humano y descubrir la verdad eterna de su naturaleza.
La idea fundamental de esta obra es que el Hombre porta en sí mismo una especie de texto, en el que su vida entera deberá ser el desarrollo, porque el alma del Hombre, dice, es primitivamente un pensamiento de Dios: de ahí resulta que el medio de renovarnos entrando en nuestra verdadera naturaleza, es pensar por nuestro propio Principio, y emplear nuestros pensamientos como órganos para operar esta renovación. A pesar de la elevada fuente donde el autor se sitúa, confesaría más tarde que no habría escrito este libro, o que lo habría escrito de otro modo si antes hubiese conocido la obra de J. Böhme.

 

S6 I6

"Del Espíritu de las Cosas" (1.800): En este libro el autor declara que el Hombre, creado a semejanza de Dios, puede penetrar en el seno del Ser que está oculto por toda la Creación y que gracias a su clara visión interior, es capaz de ver y reconocer las verdades de Dios depositadas en la Naturaleza. La Luz interior es un reflejo que ilumina las formas.

"El Ministerio del Hombre Espíritu" (1.802): Aquí el Filósofo Desconocido completa todas las indicaciones precedentes, presentando un objetivo que no es diferente, escogiendo como alegoría la ascensión de una alta montaña. El Hombre escala impelido por una necesidad interior en el ante gozo de la victoria, que conduce a la libertad tras tribulaciones y sufrimientos. Es el regreso del Hijo Pródigo a la casa del Padre, siempre lleno de caridad y perdón. Esto es alcanzar la unidad perfecta con Él: "Yo y el Padre somos uno".
El objeto de este libro es el de mostrar cómo el Hombre-Espíritu (ejerciendo un ministerio espiritual) puede mejorarse y regenerarse él mismo y a los demás, devolviendo la Palabra o el Logos (el Verbo) al hombre y a la naturaleza. Es de esta Palabra que Saint-Martin, imbuido plenamente de la doctrina y de los sentimientos de Jacob Böhme, extrae aquí sus razonamientos y su estilo. Sin embargo, esta obra, aunque más clara en general que las precedentes, es aún, en algunas de sus partes, demasiado alejada de las ideas humanas.
La gran mejora que el Teósofo propone consiste en el desarrollo radical de nuestra esencia íntima. Todos sus escritos descansan más o menos sobre esta base. En resumen, La Tabla Natural, establece, por la obra de la regeneración, la necesidad de un Reparador, para enseñar la grandeza del sacrificio en el cual la víctima se inmola a sí misma, en el lugar de los holocaustos sangrantes que habían tenido lugar anteriormente. El Hombre de Deseo muestra que la sangre de esta víctima era espíritu y vida, la misericordia se torna así unida a la justicia. El Ministerio del Hombre Espíritu enseña finalmente a operar en él mismo la acción del Reparador, inmolándose, a su ejemplo, para separarse del reino material, órgano del mal. El renacimiento del Hombre por esta vía donde J. Böhme había penetrado tan profundamente según Saint-Martin, era bien preferible a las vías que abren las visiones contemplativas de los místicos, o las manifestaciones sensibles producidas, sea por la exaltación del alma como Swedenborg, sea por el adormecimiento de los sentidos corporales como en el magnetismo sonambúlico.
Obras Filosóficas, literarias y poéticas; Obras póstumas y Correspondencia. Su estudio nos aclara y nos amplia todo lo anterior, y nos ayuda a conocer mejor el semblante del Filósofo Desconocido y su entorno. La correspondencia de discípulos y amigos es igualmente muy instructiva.

Fuentes principales de las que bebe nuestro V∴M∴
Doctrina de la Reintegración de los Seres de Martinez de Pasqually,
Teosofía de Jacob Böhme,
Padres de la Iglesia (Cristianismo Primitivo).




ee



ooooooOoooooo