PORTAL MARTINISTA DEL GUAJIRO
"Purificaos, pedid, recibid y obrad.
Toda la Obra se halla en estos cuatro tiempos"
"El Cocodrilo" (1.799): Describe, a
través de un poema épico de 102 cantos, la forma como el mal se insinúa a las cosas
sagradas y con perfidia destila su veneno para destruir a aquellos que son ciegos
e insensibles. Pero el mal dispone de un tiempo limitado y puede ser fácilmente
reconocido por señales discernibles; no puede engañar a aquellos que tienen visión
de conciencia, que observan y son Caballeros de nobles designios.
"De
los Errores y de la Verdad" (1.775): El mensaje de este libro es que
por el conocimiento de su propia naturaleza el hombre puede alcanzar el conocimiento
de su Creador y de toda la Creación, así como de las Leyes fundamentales del Universo,
la cuales están reflejadas en la ley hecha por el hombre. Bajo esta luz fue mostrada
la importancia del libre albedrío.
"El Hombre de Deseo"
(1.790): En esta obra vemos la influencia de la doctrina de Böhme. Recuerda uno
de los Salmos que refleja el ardor del alma hacia Dios y deplora al alma humana,
sus errores y pecados, su ceguera y su ingratitud. En esta Obra Saint-Martin ve
la posibilidad de un retorno del hombre a su estado primitivo. Pero este retorno
no es posible sin el abandono de la vida de pecado y el seguimiento de las enseñanzas
del Redentor Jesús Cristo, Hijo de Dios, que descendió de las alturas de su Trono
celestial por amor a toda la humanidad.
"Ecce Homo"
(1.792): Saint-Martin advierte de los peligros de buscar la excitación de las emociones
de las experiencias mágicas de bajo nivel, las premoniciones, de los fenómenos que
no pasan de ser expresiones de estados psico-físicos anormales del ser humano.
"De los Números" (1.843): Se trata de una Obra inacabada,
pero contiene muchas indicaciones importantes que no podrán ser encontradas en otra
parte. Analiza los números desde un punto de vista metafísico y místico. Desde esta
perspectiva, en los números encontró una confirmación de la caída y del Renacimiento
del Hombre. Esta obra, aunque forma parte de las obras póstumas, se incluye en el
Grado Asociado porque es aquí donde los miembros de la Orden abordan el estudio
místico de los Números.
"La Tabla Natural de las Relaciones que existen entre
Dios, el Hombre y la Naturaleza" (1.782): El Hombre había sido privado
de sus aptitudes y medios superiores por estar sumergido en la materia tan profundamente
que perdió la conciencia de su naturaleza original, que tenía antes de la caída
y que era reflejo de la imagen de Dios. Con esta caída el Hombre quedó apartado
del cuadro de sus propios derechos y dejaría de ser un eslabón entre Dios y la Naturaleza.
En esta obra, compuesta en París por recomendación de algunos amigos, el autor infiere,
de la superioridad de las facultades del Hombre y de sus actos sobre los órganos
de los sentidos y sobre sus producciones, que la existencia de la naturaleza, sea
en general, sea en particular, es igualmente el producto de poderes creadores superiores
a este resultado. Sin embargo, el Hombre depende de las cosas físicas, de las que
no adquiere más que la idea que ellas forman a través de la impresión de sus órganos.
Pero tiene, al mismo tiempo, nociones de otra clase distinta, ideas de ley y de
poder, de orden y de unidad, de sabiduría y de justicia. Así pues, depende de sus
ideas intelectuales y morales, al igual que de sus ideas extraídas de sus sentidos.
Ahora bien, las primeras no provienen de él: parten pues de otra fuente, de facultades
exteriores que producen en él los pensamientos. Pero, ¿de dónde nace esta dependencia?
Del desorden producido por una causa inferior, que se opone a la causa superior,
y que ha dejado de ser en su ley.
El hombre está caído: desde entonces, lo que
existía en principio de forma inmaterial ha sido sensibilizado bajo formas materiales.
El orden y el desorden son manifiestos. Sin embargo, todo tiende a reintegrarse
en la unidad de donde todo ha salido. Si, a consecuencia de esta caída, las virtudes
o facultades morales e intelectuales han sido divididas por el hombre, él debe trabajar
en revivificar su voluntad por el deseo, para reunir lo que ha sido separado. Pero
su regeneración no se puede operar sin la intermediación del Reparador, pues el
sacrificio ha reemplazado las expiaciones que tendrían lugar según la ley del espíritu.
Tal es el plan de esta obra capital, cuyo desarrollo lógico es conciso, y más metódico
o más continuo que en la primera. En algunas partes, señalado por comillas, aparecen
comentarios algo extraños al discurso: son los que contienen la parte enigmática
de la doctrina de Martinez, donde se dice, por ejemplo, en la lengua misteriosa
de los números, que el hombre se perdió del 4 al 9, lo que quiere decir del espíritu
a la materia. Pero es en este punto donde por estas figuras puramente alegóricas
se debe juzgar el fondo de la doctrina.
"El Hombre Nuevo"
(1.792): Es más bien una exhortación que una enseñanza. Lo escribe en Strasbourg,
en 1.790, por consejo del caballero Silverhielm, antiguo capellán del rey de Suecia
y sobrino de Swedenborg. Trata del pensamiento como un órgano de Renacimiento que
permite penetrar lo más profundo del ser humano y descubrir la verdad eterna de
su naturaleza.
La idea fundamental de esta obra es que el Hombre porta en sí
mismo una especie de texto, en el que su vida entera deberá ser el desarrollo, porque
el alma del Hombre, dice, es primitivamente un pensamiento de Dios: de ahí resulta
que el medio de renovarnos entrando en nuestra verdadera naturaleza, es pensar por
nuestro propio Principio, y emplear nuestros pensamientos como órganos para operar
esta renovación. A pesar de la elevada fuente donde el autor se sitúa, confesaría
más tarde que no habría escrito este libro, o que lo habría escrito de otro modo
si antes hubiese conocido la obra de J. Böhme.
"Del Espíritu de las Cosas" (1.800):
En este libro el autor declara que el Hombre, creado a semejanza de Dios, puede
penetrar en el seno del Ser que está oculto por toda la Creación y que gracias a
su clara visión interior, es capaz de ver y reconocer las verdades de Dios depositadas
en la Naturaleza. La Luz interior es un reflejo que ilumina las formas.
"El
Ministerio del Hombre Espíritu" (1.802): Aquí el Filósofo Desconocido
completa todas las indicaciones precedentes, presentando un objetivo que no es diferente,
escogiendo como alegoría la ascensión de una alta montaña. El Hombre escala impelido
por una necesidad interior en el ante gozo de la victoria, que conduce a la libertad
tras tribulaciones y sufrimientos. Es el regreso del Hijo Pródigo a la casa del
Padre, siempre lleno de caridad y perdón. Esto es alcanzar la unidad perfecta con
Él: "Yo y el Padre somos uno".
El objeto de este libro es el de mostrar
cómo el Hombre-Espíritu (ejerciendo un ministerio espiritual) puede mejorarse y
regenerarse él mismo y a los demás, devolviendo la Palabra o el Logos (el Verbo)
al hombre y a la naturaleza. Es de esta Palabra que Saint-Martin, imbuido plenamente
de la doctrina y de los sentimientos de Jacob Böhme, extrae aquí sus razonamientos
y su estilo. Sin embargo, esta obra, aunque más clara en general que las precedentes,
es aún, en algunas de sus partes, demasiado alejada de las ideas humanas.
La
gran mejora que el Teósofo propone consiste en el desarrollo radical de nuestra
esencia íntima. Todos sus escritos descansan más o menos sobre esta base. En resumen,
La Tabla Natural, establece, por la obra de la regeneración, la necesidad de un
Reparador, para enseñar la grandeza del sacrificio en el cual la víctima se inmola
a sí misma, en el lugar de los holocaustos sangrantes que habían tenido lugar anteriormente.
El Hombre de Deseo muestra que la sangre de esta víctima era espíritu y vida, la
misericordia se torna así unida a la justicia. El Ministerio del Hombre Espíritu
enseña finalmente a operar en él mismo la acción del Reparador, inmolándose, a su
ejemplo, para separarse del reino material, órgano del mal. El renacimiento del
Hombre por esta vía donde J. Böhme había penetrado tan profundamente según Saint-Martin,
era bien preferible a las vías que abren las visiones contemplativas de los místicos,
o las manifestaciones sensibles producidas, sea por la exaltación del alma como
Swedenborg, sea por el adormecimiento de los sentidos corporales como en el magnetismo
sonambúlico.
Obras Filosóficas, literarias y poéticas; Obras póstumas y Correspondencia.
Su estudio nos aclara y nos amplia todo lo anterior, y nos ayuda a conocer mejor
el semblante del Filósofo Desconocido y su entorno. La correspondencia de discípulos
y amigos es igualmente muy instructiva.
Fuentes principales de las que bebe
nuestro V∴M∴
Doctrina de la Reintegración de los Seres
de Martinez de Pasqually,
Teosofía de Jacob Böhme,
Padres de la Iglesia (Cristianismo Primitivo).
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