Esclavas Blancas
Carlos Gardel
Música de Horacio Pettorossi
Letra de Horacio Pettorossi
Almitas torturadas,
pobres esclavas
blancas
del tango y la milonga.
Mujeres infecundas,
¡autómatas del vicio,
sin alma y sin amor!...
No sé
por qué esta noche
reflejan tus pupilas
la pena que te
mata
y en cada carcajada,
yo sé, pobre milonga,
solloza el corazón.
Tal vez tu propia culpa,
tal vez
el desengaño
del hombre que has querido
y hoy para
olvidarlo,
emborrachás tu alma
con tango y con champagne.
Pero pensá, milonga,
que hay una criaturita
de
manecitas blancas
que en este mismo instante
tal vez a
unos extraños
les llamará mamá...
No comprendés,
milonga,
que vos pasás la vida
en una farsa alegre,
donde se necesita,
para conquistar hombres,
eterna
juventud.
Pero los años pasan,
dejando sus recuerdos,
recuerdos muy ingratos
y cuando vieja y fea
te
encuentren tus "amigos",
¡Oh verás qué ingratitud!
Yo
sé que vos sos buena,
que escucharás el ruego
de este
sincero amigo.
No sigas por la senda
de fáciles placeres,
de tango y de champagne.
Pensá cinco minutos
en
esa criaturita
de manecitas blancas,
que en este mismo
instante,
tal vez a unos extraños,
¡les llamará mamá!
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