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Rito Escocés Antiguo y Aceptado
del Guajiro

La Hermandad para toda la Humanidad

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Grado 23º
Jefe del Tabernáculo
R.·.E.·.A.·.A.·.


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Las ceremonias religiosas antiguas consistían principalmente en la adoración y los ritos privados llamados Misterios. Solamente los Iniciados podían asistir a éstos últimos. Estaban a su turno, divididos en los Misterios Menores que se ocupaban de las virtudes básicas apropiadas para las masas, y los Misterios Mayores que estaban reservados para los mas iluminados o para la Realeza, y estos revelaban las verdades del universo y la Omnipotencia de la Deidad.

Años de práctica de las virtudes más rígidas y pruebas del desarrollo de la profundidad espiritual eran requeridas como condiciones para el ingreso a los Misterios Mayores. Las ceremonias eran llevadas a cabo en la noche en algún lugar secreto y escenificaban a menudo alguna leyenda con dramas sagrados a modo de instrucción.

Los candidatos generalmente eran instruidos a interpretar las verdades por sí mismos. Éstos incluyeron a los grandes del día, tales como Moisés, Platón y Pitágoras; los que, a su turno enseñaban a otros las doctrinas esenciales. La misma práctica se sigue en la Masonería. Enseñamos con alegorías y símbolos , permitiendo a un Iniciado captar tanto como su capacidad mental pueda entender; cada Masón convirtiéndose en adepto hasta el punto de que él estudie para sí y entienda. Este grado conmemora el comienzo de la Orden del Sacerdocio en Aarón y su hijo. Al ocuparse de los Misterios Antiguos, introduce los Misterios Menores. La escena es el yermo de Sinaí en un campamento de las Doce Tribus de Israel. Las Carpas armadas en un gran círculo, el centro es la Carpa del Tabernáculo. Moisés y Aarón dirigen la acción en la cual uno de los Levitas es iniciado en las filas de los Guardianes del Templo.

Esto simboliza el primer paso del hombre en el conocimiento de cosas santas y su ingreso en los Misterios Menores.

Los misterios nunca fueron revelados a ninguna persona no considerada digna y bien capacitada. Debe haber sido justa, recta y veraz, poseída de un buen carácter moral y digna de un buen informe. Para lograr estos derechos y ceremonias, el aspirante tenía que ser sometido de antemano a una prueba necesaria de su valía y sus calificaciones. Los expedientes históricos nos dicen que cuando nuestro docto y antiguo hermano Pitágoras se presentó para la iniciación, experimentó la mas prolífica investigación durante la cual él exhibió gran fortaleza de ánimo y paciencia.

Él entendió la sublimidad y la grandeza de las filosofías profundas. Una vez dentro de los portales místicos, el candidato tenía que pasar por las ceremonias más penetrantes y majestuosas antes de ser merecedor a la confianza para recibir una llave de la simbología. Recién entonces el velo le era levantado y se le revelaba las glorias inefables. Pero antes, la luz resplandeciente del santuario lo cegaba y él así entendía que no hay una revelación inmediata, instantánea; mas bien, una comprensión de que la sublimidad y la grandeza se alcanzan solamente mediante la meditación y el estudio serios. Tal método finalmente lo llenaba de gran admiración por la majestuosa belleza y las enseñanzas esotéricas de nuestra Ilustre Fraternidad a través de los símbolos.

Éstos incluían el Nivel , representando la Igualdad y la Fraternidad Universal del Hombre; la Escuadra, representando la Justicia, la Honradez de propósito y el trato justo hacia todos; la Plomada, representando la conquista de nuestra naturaleza animal más baja e incuestionable Rectitud; el Pavimento de Mosaico, simbolizando la vida humana, el bien y el mal. El mosaico blanco de la Esperanza y el negro de la Adversidad; alegría y felicidad, dolor y tristeza.

Las enseñanzas esotéricas de los Antiguos Misterios se originaron en edades prehistóricas. Esas Verdades aún están muy vigentes en todas las religiones y filosofías. El principio está incrustado en la doctrina secreta de los Adeptos y Sabios de la India: que existe un principio creador omnipresente, eterno, omnipotente y omnisciente detrás de todas las manifestaciones. Llamamos a este creador la Deidad, el Gran Arquitecto del Universo. Mas aún, la Fraternidad Universal del Hombre como parte del todo Divino, es básica en todas las éticas, y el gran estudio del hombre es el hombre. Así adquiere la Luz con un claro entendimiento de Dios y la Naturaleza.

Nuestro Rito Escocés es descendiente directo de estas enseñanzas y ha preservado y mantenido el conocimiento y la sabiduría de estas fraternidades antiguas, las que dieron a Grecia su cultura y su refinamiento, y a Roma su civilización.

Nuestro progreso en las enseñanzas del Rito Escocés depende de la realidad de nuestra visión. Goethe, el gran poeta Alemán y ferviente Masón, comprendió esto con brillante profundidad cuando escribió:

“ El hombre busca su unidad interna, pero su verdadero progreso en el camino depende de su capacidad de resistirse a distorsionar la realidad de acuerdo a sus deseos.”

Debió haber aumentado: “ y sus temores.”

El hombre hoy fracasa muchas veces de salir de su auto-impuesta prisión de desesperanza y hostilidad.

El Rito Escocés enseña el camino de salida hacia el iluminado sol de la verdadera identidad y hacia el entendimiento de que el Reino del Cielo esta dentro de nosotros.

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