Alfonsina y el Mar
Ginamaría Hidalgo
Ginamaría Hidalgo
Por la blanda arena que lame el mar,
su pequeña
huella no vuelve más.
Un sendero solo, de pena y silencio,
llegó
hasta el agua profunda;
un sendero solo, de penas mudas,
llegó
hasta la espuma...
Sabe Dios qué angustia te acompañó,
qué
dolores viejos calló tu voz
para recostarte, arrullada, en el canto
de las caracolas marinas;
la canción que canta, en el fondo
oscuro
del mar, la caracola.
¡Te vas Alfonsina con tu soledad!
¿Qué
poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua, de viento y de sal,
te requiebra el alma
y te está llevando...
Y te vas hacia allá,
como en sueños;
dormida, Alfonsina, vestida de mar...
Cinco
sirenitas te llevarán
por caminos de algas y de coral
y, fosforescentes
caballos marinos, harán
una ronda a tu lado;
y los habitantes
del agua
van a jugar pronto a tu lado.
- "Bájame la lámpara
un poco más.
Déjame que duerma, nodriza, en paz.
Y si llama él,
no le digas que estoy:
dile que Alfonsina no vuelve.
Y si llama
él, no le digas nunca que estoy:
¡di que me he ido!"
¡Te vas
Alfonsina con tu soledad!
¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua, de viento y de sal,
te requiebra el alma
y te
está llevando...
Y te vas hacia allá, como en sueños;
dormida,
Alfonsina, vestida de mar...
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